paradox
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...hacia nosotros; pero mira adelante,
dijo mi Maestro, si algo distingues.
Como cuando una espesa niebla sopla,
o cuando nuestro hemisferio pernocta,
se ve a lo lejos un molino que al viento gira,
así me pareció ver un gran edificio entonces;
luego, por el viento, me encogí detrás
de mi Conductor, porque no había otra roca.
Allí estaba ya, y con pavor lo pongo en verso,
donde todas las sombras estaban cubiertas
y transparentes como brizna de paja en vidrio.
Unas están yacientes; otras erectas,
ésta cabeza abajo, aquella de pie,
otra, como un arco, el rostro al pie devuelve.
Una vez que hubimos avanzado lo bastante
para que a mi Maestro le placiera mostrarme
la criatura que tuvo el bello semblante,
se quitó delante de mí y me detuvo,
he aquí a Dite, me dijo, y aquí el lugar
donde importa que de fortaleza te armes.
Cómo entonces quedéme helado y sin voz,
no me preguntes, lector, porqué no lo describo,
porque todo discurso sería poco.
Yo no morí y no quedéme vivo;
piensa ahora por ti, si tienes mucho ingenio,
qué vine a ser, no siendo lo uno ni lo otro. .....
XXXIV Salida del infierno (la divina comedia) Dante Alighieri
dijo mi Maestro, si algo distingues.
Como cuando una espesa niebla sopla,
o cuando nuestro hemisferio pernocta,
se ve a lo lejos un molino que al viento gira,
así me pareció ver un gran edificio entonces;
luego, por el viento, me encogí detrás
de mi Conductor, porque no había otra roca.
Allí estaba ya, y con pavor lo pongo en verso,
donde todas las sombras estaban cubiertas
y transparentes como brizna de paja en vidrio.
Unas están yacientes; otras erectas,
ésta cabeza abajo, aquella de pie,
otra, como un arco, el rostro al pie devuelve.
Una vez que hubimos avanzado lo bastante
para que a mi Maestro le placiera mostrarme
la criatura que tuvo el bello semblante,
se quitó delante de mí y me detuvo,
he aquí a Dite, me dijo, y aquí el lugar
donde importa que de fortaleza te armes.
Cómo entonces quedéme helado y sin voz,
no me preguntes, lector, porqué no lo describo,
porque todo discurso sería poco.
Yo no morí y no quedéme vivo;
piensa ahora por ti, si tienes mucho ingenio,
qué vine a ser, no siendo lo uno ni lo otro. .....
XXXIV Salida del infierno (la divina comedia) Dante Alighieri