pai-mei
Muerto por dentro
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Las madres nunca aman realmente a sus hijos, para ellas es algo vehicular como todo lo demás, pero esto no lo saben ni ellas mismas ni mucho menos sus hijos, tan perfecta es la mentira.
Si a 100 madres las pusieran en el brete de ser decapitadas a cuchillo a cambio de que no se lo hicieran a sus hijos, la mayoría optaría por echarse a llorar sin tomar una decisión, para luego en un mar de lágrimas, dejar que matasen a su hijo de la forma más cruel posible.
La mayor parte de los padres se pondría a darse de hostias con los asesinos para luego dejar que le rebanen el gaznate.
La mujer no toma decisiones, es un ser pasivo y gran parte de su desmedido amor por sus hijos consiste en darse golpes en el pecho o en criarlos en la penuria (lo cual no es poco) pero serían incapaces de hacer el sacrificio final y definitivo por un cocktail explosivo de indecisión, pasividad y egoísmo que es lo que las arroja al pozo de la mediocridad profesional y no el patriarcado opresor.
El amor de una madre no es más que un invento, el tabú final, la farsa definitiva que todo el mundo se cree a pies juntillas, es otro mito más como los reyes magos.
No tenéis hijos ergo no tenéis ni puta idea de lo podridos que estamos.
Para amor bueno el de un padre.
Si a 100 madres las pusieran en el brete de ser decapitadas a cuchillo a cambio de que no se lo hicieran a sus hijos, la mayoría optaría por echarse a llorar sin tomar una decisión, para luego en un mar de lágrimas, dejar que matasen a su hijo de la forma más cruel posible.
La mayor parte de los padres se pondría a darse de hostias con los asesinos para luego dejar que le rebanen el gaznate.
La mujer no toma decisiones, es un ser pasivo y gran parte de su desmedido amor por sus hijos consiste en darse golpes en el pecho o en criarlos en la penuria (lo cual no es poco) pero serían incapaces de hacer el sacrificio final y definitivo por un cocktail explosivo de indecisión, pasividad y egoísmo que es lo que las arroja al pozo de la mediocridad profesional y no el patriarcado opresor.
El amor de una madre no es más que un invento, el tabú final, la farsa definitiva que todo el mundo se cree a pies juntillas, es otro mito más como los reyes magos.
No tenéis hijos ergo no tenéis ni puta idea de lo podridos que estamos.
Para amor bueno el de un padre.