Como siempre que viene Hediondo, queda patente el genio y la bonhomía de los organizadores. Sin ir más lejos, recordemos este año en Compostela, que en Valencia da igual, que son valencianos, y con los valencianos de mierda ya se sabe que son como catalanes revenidos, catalanes de marca blanca, catalanes Hacendado.
Santiago se convirtió en un estado policial a lo Half Life 2, que no se farden tanto con Londres estos días. No se podía ni mear en una esquina con patrullas rondando cada calle cada cinco minutos. Policías desos cansados y cansinos, hostigadores de inmis y rastis, sobaqueros por su olor y por su forma de hablar, polcías sui generis, policías taxista. También hubo registros sorpresa en los pisos con las banderas de Eu nom te espero, supongo que la escribir aportuguesadamente te hace sospechoso de secesionista o burro. Una mani desas de protesta de unos días fue disuelta a hostiazo limpio sin venir a cuento, fue como el trailer del 15M, el trailer red band.
Luego, claro, no vino ni la mitad de la gente que se esperaba, ni un tercio, ni un cuarto. Feijoó y Bugallo, Porky para sus folks, limpiaron la ciudad de vagabundos, como en Barcelona 92, había que hacer sitio para oleadas de otobuses atobrrados de devotos recalcitrantes dispuestos a consumir F E de la güena, de la que coloca pero no mata. No sé si por eso de que el Hedi iba estar de gira cada poco por la piel de Torbe al final sé quedó en meh, con la ciudad yerma porque los ciudadanos de bien se fueron a la aldea a ver pasar las vacas o se quedaron en casa atendiendo a las reposiciones de Los Serrano, que a Teté le estaban creciendo las tetés.
Los comerciantes, justificación última de la visita por los chorromiles de millones que iban a llover, perdieron dinero porque la supuesta enajenación religiosa que venía a llevarse todos las estampitas, llaveros con forma de botafumeiro y minigaitas se les apilaron en la tienda. También se imaginaban unas monjitas de Mataperros poniéndose ciegas a percebes y albariño, o al menos ribeiro, y esas, como los demás, se llevaron su bocadillo de chorizo de Pamplona, que esos dedos huesudos no sueltan pita y solo sirven para pellizcar. FAIL total que no salió en los medios, claro. Y eso.