Correcto, follar, lo que es follar, uno lo sabe por instinto, como sabe comer o cagar, o como lo saben los animalicos de dios del campo, a los que nadie enseña cómo cubrir a la hembra y lo hacen con total perfección a la primera y sin haberlo visto antes.
Pero no estamos hablando de cubrir a la hembra sin más. Estamos hablando de follar, que en el ser humano tiene unas dimensiones muy diferentes. Por supuesto que el porno, al igual que la literatura, construyen y configuran una forma de follar. Por supuestísimo que sí. Nadie a estas alturas va a inventar la mamada o el dar por el culo o una cubana, claro está.
Pero introducir todas esas cosas en el repertorio de los actos sexuales cotidianos no es cosa que uno aprenda porque le sale natural, por no hablar de lamer pies u otras prácticas mucho más raritas. ¿Os creéis que vuestras abuelas, que las mujeres del siglo XIX se sacaban la polla del marido del coño y le pedían la lechita en la cara, que se les corrieran en las tetas como hace cualquiera a día de hoy? ¿Creéis que vuestros abuelos demandaban un deepthroat o un ass-to-mouth a sus mujeres? Alguno habría, sin duda; alguna habría, también. Pero no era lo normal ni de lejos. ¿Acaso no recordáis cómo a todas las tías les dio hace ocho años por probar el BDSM y que les ataran y les dominaran? ¿Fue una especie de alucinación colectiva a nivel mundial? No, es que estaban de moda las novelas de 50 sombras de Grey y todas empezaron a querer esa mierda. ¿El puto ahegao ese ridículo que se lleva ahora lo hacen porque es una práctica de toda la vida o porque lo han visto en el porno japonés? La gente empezó a correrse en las tetas de las tías porque lo vieron primero en el porno, que es donde se enseñaba porque convenía VER la corrida en la película y si se corrían de la forma normal y natural de toda la vida y la normal no se podía ver. ¿Acaso la práctica de atar a la fulana a la cama, de vendarlre los ojos, era moneda tan común como lo es hoy hace cincuenta, cien, doscientos años? No. Eso lo hemos introducido en el repertorio de hoy día porque lo hemos visto en las pelis. De la misma manera que los niños aprenden a jugar a indios y vaqueros no porque haya habido un indio y un vaquero que les haya enseñado sino porque lo han visto en la tele, los adultos también jugamos a las cerdadas porque las hemos visto. Hoy día te vas a tirar a una tía y esperas que empiece mamándotela, luego tú a ella, luego lo siguiente, lo siguiente y terminar sacándola antes de correrte y ponerle las tetas como la radio de un pintor. Exactamente como en una escena porno, exactamente en el mismo orden, que ni he tenido que explicar en detalle porque ya os lo sabéis de tanto verlo, ¿a que sí?
A ver si ahora hemos pasado del follar normal a decir "toma puta, toma, te gusta, eh zorra" mientras están atadas al cabecero de la cama por otra cosa que no sea el porno, no te jode.
Y por último, y no menos importante: no es únicamente a nosotros a quienes nos ha enseñado eso el porno. A ellas también les ha enseñado que eso es lo que les tiene que gustar, y les gusta.