Mi sumisa tiene ese carácter, y sabe que en ese aspecto yo no la quiero tratar así, por lo que en el día a día nos comportamos como un rollo normal. Nos conocimos como un rollo y así quiero seguir. Por otra parte también nos va bien el día que la sorprendo, por ejemplo obligarle a hacerme una mamada en un bar, en esos momentos que empieza el juego, ella ya sabe que ha de adoptar su papel y sino accede a lo que me apetezca, hay castigo. Pero además ella es masoquista, por lo que a pesar de ser sumisa no puede evitar cuestionarme, se resiste lo justo para que le cause más dolor, me va poniendo a prueba en beneficio suyo, claro. Podemos estar hablando y de repente le digo que se calle y ya empieza a excitarse y mojar las bragas, le va el trato duro, insultos, y más que eso mi punto sádico, es capaz de correrse sólo con una mirada y una caricia mientras le digo al oído que le voy a romper el culo y no digamos si la azoto o le muerdo los pezones, entonces no par.