Chicas en la noche...

AhoraEsEM

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4 Feb 2007
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Vengo de pasar un rato agradable con mi novia, de guardar el coche en el garaje, paseando tranquilamente hasta mi casa. Muchos ya duermen. Llego a mi calle y escucho algunas risas. Faros encendidos, alguna frase de malestar: “no tía, coño, no voy... no pienso ir”, risas en medio. Algunas chicas se están montando en dos coches.

Reflexionemos. Imaginemos por un momento la escena, el ambiente en el que se desarrolla y se desenvolverá el percal de nuestra historia: son las dos de la madrugada, un grupo de chicas entre 21-23 años ha salido a divertirse. Comenzaron a beber a las ocho o nueve de la tarde y, a esta hora, ya en plena calle, son capaces de potar el hígado en cualquier esquina por la sobresaturación de alcohol etílico en vena, pero sólo es el comienzo: están empezando la noche. Quedan muchas horas por delante, abren el maletero de un coche de muy segunda mano, ponen la música a 90 dB y ellas mismas se jalean con un vaso de cualquier licor fuerte, comprado en un supermercado de barrio, nadando en unos cubitos de hielo que han pillado en una gasolinera.

Se han vestido adrede provocativamente, luciendo sus mejores modelitos fashion style: minifaldas, sandalias caras con tacones de quince centímetros, bisutería a juego, vestidos cortos y estrechos, ajustados como un guante, escotes demasiado generosos que horrorizan y hacen enmudecer de preocupación y prevención a sus abuelas y a sus madres, y que dejan poco o nada que adivinar sobre las curvas que tratan de ocultar. Caras jóvenes, donde se hace innecesaria la pintura, revocadas con maquillaje a conciencia, en la que cada una ha empleado no menos de una hora de sutil y paciente dedicación, como si de una obra de arte se tratara. Uñas de manos y pies pintadas. La mejor manicura posible. Sacan sus mejores galas a escena.

Van de caza. Han salido supuestamente a divertirse, pero de una forma sui generis, muy especial, pero tan antigua para ellas como si habláramos de una etapa en la evolución geológica olvidada en el tiempo. Decididas, envalentonadas por el alcohol, con todas las copas necesarias en las tripas para ser capaces de amorrarse al primer fulano desconocido que encuentren, van a entrar como una piña en uno de los cientos, miles, de antros de moda que proliferan en este caluroso verano de nuestro querido país. Dentro bailarán hasta agotarse, reirán a gritos, se dejarán invitar a muchas otras copas. No tienen ni un céntimo de sobra en los bolsos. Alguna de ella, puede que perdiendo su capacidad de control con la bebida, caerá ya al suelo y será levantada por las amigas.

Su propósito: liarse con cualquier mengano o fulano que les parezca suficientemente guapo, interesante, pudiente, atractivo... con el único fin de pasar una noche entera haciendo alardes de cuál de ellas es capaz de ser más provocativa, más sensual, más arriesgada, más echada hacia delante. Podríamos pensar entre nosotros que es el momento propicio para acercarnos, que están especialmente receptivas para ser asediadas, para romper barreras e, incluso, para ligar y follarlas, pero ése no es precisamente el propósito que las empuja.

Todas, al unísono, han decidido algo no escrito, algo que ni siquiera han mencionado previamente, algo que sólo es inconsciente, pero que actúa dentro de sus mentes embotadas como si estuvieran programadas por un resorte inalterable e inmutable, pero que es el único propósito que las mueve: rozarse, besarse, dejarse incluso magrear por todos los que se atrevan a pagarles una copa, pero sin dejar siquiera ni por asomo que puedan llegar a intuir que van a poder tener relaciones sexuales con ellas.

¿Quién puede explicar esto? ¿No sienten deseo?

Es posible que sea así en alguna ocasión, pero eso no es perentorio ni determinante y lo disimularán bien, haciendo lo posible para no manifestarlo delante de las demás amigas. Serán capaces de poner enhiestas pollas hasta la bandera, calentar hasta el límite a cada hombre que se acerque como si trabajaran en un alto horno de fundición, rozándoles el culo al bailar, pero siempre con el límite de no permitir en ningún momento ni por asomo dejarse llevar hasta una cama, al asiento trasero de un coche o al solar posterior lleno de cascotes, de vómitos. Un lema básico: impedir a toda costa que las follen, que las penetren o que los dedos pasen de cierto límite.

¿Qué ganan, qué obtienen?

Parto de la premisa de que quien escribe es un hombre y, como varón, vería absurdo buscar una excitación hasta el límite si no supiera que luego voy a poder culminar el acto sexual, pero para ellas es distinto: pueden estar horas chorreando flujos, con las vaginas empapadas, riendo histéricas, haciendo morritos y dejándose incluso tocar hasta que casi cada centímetro sea explorado, pero no dar jamás el paso de dejarse penetrar ni de culminar el acto. Mañana, colgarán las fotos en el Tuenti o se las enviarán por Mms.

Luego la pregunta básica, primordial, es qué obtienen, qué consiguen. Podríamos pensar decenas de razones: demostrarse a sí mismas que son capaces de subirse el ego incitando, que tienen edad suficiente para ser capaces de provocar ya a los hombres, que saben simular ser guapas, que saben cómo excitar a un macho, que consiguen ponerlos en erección, que pueden "conquistar" alguien interesante que ceda a fijarse en ellas, sí, pero para qué...

Son las 7 ó las 8 de la mañana... Clarea el día y el sol ya empieza a asomar tímidamente por encima de algunos tejados en los edificios lejanos. Están sucias, cansadas, muchas de ellas han vomitado, sienten dolor de cabeza, de pies... se descalzan. Van con los tacones en la mano. El carmín de la barra de labios ha desaparecido, el rimel aparece corrido y la sombra de ojos es ya sólo otra sombra de la “obra de arte” pretérita que produjeron muchas horas atrás. Ningún espejo en el baño ha permitido poder corregirla entre las prisas, las risas, las manos inseguras o temblorosas bajo los efectos del alcohol de garrafón.

De vez en cuando se abrazan, se rodean la cintura, sueltan alguna incoherencia estúpida, se despiden riendo, alguna llora dejándose llevar por un bajonazo recordando al chico que la dejó cuando se enteró de que una noche estuvo puteando con otro y se lo contaron. Van volviendo a casa.... Se sienten más solas que nunca. Ninguna tiene novio o, si lo tuvieron, fue algo insustancial, frágil, que apenas duró unas semanas o muy pocos meses. Alguna ni siquiera se quitará la ropa y caerá rendida en la cama. No ha follado ninguna, no se han dejado follar; hablarán de sus “conquistas”, pero... ¿qué han conquistado?

Al día siguiente, después de la resaca, a las cuatro de la tarde, algunas se llamarán en privado y criticarán a otra de las que no están presentes: dirán de ella que se comportó como una furcia, como una puta guarra “liándose con mengano o con zutano”, pero a los pocos días, quizá mañana mismo, volverán a olvidarlo todo y repetirán una vez más el ritual todas y cada una de ellas. Sí, pero...

¿Hasta cuándo? ¿Para qué? ¿Qué han obtenido o conquistado? ¿Dónde está la meta?
 
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¿Qué porcentaje de la población femenina dices que hace eso? Lo digo para ir apartando los objetos contundentes, no vaya a ser que de tanto reír me ahostie otra vez la cabeza, el codo, la rodilla... Joder, estoy hecho un cromo. :lol:

Edito: venga, Nueces, responde ya que me quiero ir a la cama.
 
AhoraEsEM rebuznó:
¿Hasta cuándo? ¿Para qué? ¿Qué han obtenido o conquistado? ¿Dónde está la meta?

Imagino que formará parte del entrenamiento para buscar un novio-marido pagafántico-calzonazos. Aprenden a hacerse deseables por lo único que pueden poner en el haber de su existencia y a la vez, aprenden a no sucumbir a los encantos del primero que pase hasta no cercionarse de su condición pf-cz. Las españolas son puritanas de cara a la galería en comparación con otros países europeos no por tradición, cultura o religión. Son puritanas porque no tienen nada más que ofrecer.

"Los tíos sois unos cerdos, en cuanto conseguís lo que queréis desaparecéis". No, bonita, lo que sucede es que cuando nos damos cuenta de que no sois más que eso, un coño con patas, os follamos y pasamos a otra cosa más importante. Cuando uno exprime un limón no se queda la corteza de recuerdo. Si lo único que pueden aportar a nuestras vidas es imbecilidad y un coño, normal que tengan que elevar el valor de su entrepierna. Al final no es más que especulación, elevar artificialmente el valor real de un bien o servicio.
 
lemikox rebuznó:
Edito: venga, Nueces, responde ya que me quiero ir a la cama.

Jajaja, qué desgraciao. Bah, es que lo que relata el amigo AhoraEsEM lo he vivido en mis carnes más de una y de dos veces. Me irrita.
 
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Mmm... no sé... Siempre existe la queja... juegan pero no van a hasta el final... Cuando en realidad en muchas ocasiones las tías al final se van a la casa del desconocido que les ofrece el peta en el bar/discoteca.
Qué se yo.
 
Nueces rebuznó:
Imagino que formará parte del entrenamiento para buscar un novio-marido pagafántico-calzonazos. [...] Al final no es más que especulación, elevar artificialmente el valor real de un bien o servicio.

Buena apreciación, pero si es así, y considero que tu reflexión es bastante acertada, ¿qué ganan con ello si cada vez que lo hacen se "degradan" socialmente un poco más y son vistas por las demás como más furcias, más putas, más vendidas y usadas? ¿Qué obtienen? ¿Alguien querría tener como pareja a una tía que ha sido magreada prácticamente por cada hombre que hay en un discoteca después de meses y años acudiendo a ellas?

A mí también es un tema que me irrita profundamente y por eso lo he argumentado. Nunca lo he llegado a comprender.

Si yo fuera mujer y buscara una pareja, trataría de valorar aspectos como la honradez, la inteligencia, la seriedad, la responsabilidad, pero no la forma como el tio se calienta, me toca las tetas o como me rozan la polla por el culo o tratando de evitar que me folle a toda costa.
 
Lo que no entiendo es como fin de semana tras fin de semana hasta la vejez salen con la misma ilusión de encontrar ese principe.PUTAS SUBNORMALES.
Aún asi seria injusto no decir que existen muchas chicas sin esas tonterias en la cabeza, que a mi modo de ver no tienen otra base que haberse criado en culturas catolicas.
 
Nueces rebuznó:
Si lo único que pueden aportar a nuestras vidas es imbecilidad y un coño, normal que tengan que elevar el valor de su entrepierna. Al final no es más que especulación, elevar artificialmente el valor real de un bien o servicio.


Hostia puta. Una década en foros y nunca lo había leído ni escrito tan claro.

:121:121:121
 
AhoraEsEM rebuznó:
Si yo fuera mujer y buscara una pareja, trataría de

:pringui


Años tardé en comprender lo errónea de esa frase. Ni tú ni ninguno tenemos ni puta idea de lo que haríamos si fuéramos mujeres.
Una mujer es un ser que ante un galán universitario y un motero malote de barrio que la va a ahostiar, elige lo segundo.
Una mujer es un ser que podría follar con cientos de tiarrones, y prefiere dedicar su vida a creerse que podría follar con mil tiarrones.
Una mujer es un ser que, teniendo 100 millones de euros en la cuenta bancaria, escogería un millonario gordo, viejo y cabrón, que fuera director de empresa, antes que a un abogado joven, guaperas y con personalidad.
Una mujer es un ser que si se acerca un feo y le ofrece sexo, dice sí; pero si se acerca un guaperas y le ofrece sexo por dinero, dice no.
Una mujer es un ser que dice querer ser amada, y detestar ser usada, pero que sólo desarrolla armas sexuales para conseguir el amor (falso, obviamente) de los hombres.

La mujer no tiene cerebro de hombre. No tiene nada que ver con el hombre. De lo contrario no estaría abierto este subforo.


Cualquier hombre que intercambiara su cuerpo con el de una mujer viviría en el cielo: hartándose de follar, cazando un nerd millonario y divorcio express. Pero no funciona así. Hay un dicho marinero que lo refleja muy bien: Si el grumete supiera y el patrón pudiera todo bien se hiciera. Una mujer con cerebro de hombre lo tendría demasiado fácil.
 
Sexo en Nueva York, es una serie de referencia apostólica entre las mujeres, una especie de Biblia elevada a la categoría de dogma, con sus mesiánicas fulanas convertidas en las nuevas heroínas de la causa feminista. Existe una especie de conciencia colectiva según la cual el aparatoso e impostado despertar sexual de la mujer es una revancha generacional contra el patriarcado opresor. Antes que las academias y los laboratorios, por delante de los doctorados universitarios y las investigaciones de vanguardia, se busca la igualdad y la venganza en los asuntos de la entrepierna. Han asumido que la liberación de su género comienza por bajarse las bragas y engullir kilómetros de pollas sin el menor remordimiento, igual que hacen en las pelis porno y en sus series favoritas.

En España, como en tantas otras cosas a lo largo de la Historia, nos hemos quedado a medio camino. Y en lugar de zorras lúbricas y despreocupadas, nos toca sufrir los aspavientos de unas calientapollas de tercera división, envanecidas, alcoholizadas y torpes, con esa lascivia teatral y zozobrante de quien ni cree en lo que hace ni sabe porqué. Van con el freno de mano echado, con el clítoris blindado y la conciencia redoblando campanas dando la señal de alarma. Quieren ser putas y doncellas y no se les ocurre otra cosa mejor que salvar la integridad de su himen ofreciendo el ano y la garganta.

Al final lo resuelven todo con cuatro requiebros o con un polvo triste lleno de exigencias y culpabilidad. O reculan o se envalentonan por mantener la postura y el ego y terminan echándole la culpa al cha-cha-chá y al pacharán. Les ha quedado una cosa destartalada, incoherente. Tan pronto atraviesan crisis desérticas de estoicismo sexual como de repente piden la vez para comerle la polla al stripper de turno. Por eso es tan difícil tomarse en serio a una mujer, porque ni son desinhibidas ni tienen moral, sino una cosa a medio hacer, una cosa tonta y decepcionante.
 
¿Te das cuenta, AhoraEsEM, de que todo este asco por esa situación, toda esta repugnancia ante estas actitudes, ante estas asquerosas actividades, ante esta odiosa conducta que me da más asco a mí que a ti -fíjate si me lo dará-, no es sino fruto de haber esperado de ellas algo bueno, mucho más de los que pueden dar de sí? ¿Ves cómo esta repugnancia no es tanto de la cosa en sí que nos da repugnancia sino que es más por darnos cuenta de la infinita distancia entre la realidad y nuestras expectativas?

Yo, francamente, ya no espero nada de ellas. Nada. Ya no. Es perfectamente inútil esperar algo de ellas como género. Como individuos aislados, sí. Como individuos aislados y diferentes al resto alguna quedará que no sea como las que describes, pero como género, como sexo, no. Pero durante muchos años esperamos de ellas, como conjunto, que fueran lo que ahora sabemos que no son.

¿Qué queda, pues? Anoche le comentaba a mi acompañante la frase, mítica, de Pai Mei "a mí no me gustan las mujeres, pero me atraen sexualmente". No, no me gustan. Me temo que a ti tampoco. Sin embargo nos atraen sexualmente.

Es una lástima todo. Dan ganas de vomitar.
 
Imaginaos por un momento un grupo de tíos. Llevan camisas, gomina en el pelo formando los más risibles peinados, llevan cien euros cada uno en billetes de diez, spray bronceador, Ray Ban de noche. Ellos no se preguntan qué quieren, lo saben. Quieren follar, con la tía más buena posible, así que dedican sus esfuerzos a tal fin.

Pero no estoy hablando de unos esfuerzos concretos, de gastarse un dinero, de emplear algún tiempo. No, no hablo de eso, hablo de TODOS los esfuerzos, hablo de TODO el dinero, hablo de TODO el tiempo. Hablo de machacarse todo el cuadro superior en un gimnasio cinco días a la semana, hablo de trabajar sin ahorrar, gastando en un coche que sólo quieren para impresionar a las chicas que describís, gastando en cocaína que luego ni siquiera se van a meter ellos, hablo de ciclos de esteroides acortavidas, hablo de meterse en peleas innecesarias. Para follar. Ya sabéis de lo que hablo, también los conocéis.

Son de un barrio malo, dejaron los estudios pronto. Todos han trabajado en la obra, todos saben todo lo que hay que saber de coches, drogas y mujeres de su entorno. Se reunen un sábado y van a los locales de moda. Todos han conseguido reunir los cien euros en billetes de diez, así que toca cacería. Se juntan, hablan de sus trabajos, de sus coches, del fichaje de Neymar y de Mourinho, de sus nuevos tatuajes, de la vecina a la que puede que se follen, puede que no. Están haciendo tiempo. Beben whisky, Jack o quizás cuatro rosas, adiós a los primeros veinte euros. La botella la dejan a la mitad, y se van a hacer cola. Pasan todos, conocen al portero. Empiezan a llegar las chicas, ya no hay amigos. Todos se han levantado presas los unos a los otros, sin rencores. No hay amigos, se separan. Unos son de barra, bien, es respetable. Es su terreno, invitan a tragos, sugieren que llevan speed, trabajan el objetivo. Los billetes de diez abultan cada vez menos. Otros son de pista, ahí trabajan. Al principio todos son de barra, pero las drogas y el alcohol comienzan a desinhibir a las jovenes gacelas y los leones salen a bailar con ellas. No van borrachos, nadie. Ni ellas ni ellos, pero todos fingen. Ellos se han ciclado para muscularse, y ellas se han rellenado el sujetador. Todos se han maquillado. Es todo mentira, lo saben y no les importa.

Algunos follan, otros no. La mayoría no, no han tenido suerte. No queda ningún billete de diez, las bolsas de speed están vacías. Comentan la noche y se van a casa. Desayunan y se meten en la cama. El lunes toca currar, y pronto la paga extra. Y fiestón en Ibiza. España está perdida.
 
AhoraEsEM rebuznó:
son las dos de la madrugada, un grupo de chicas entre 21-23 años ha salido a divertirse.... van a entrar como una piña en uno de los cientos, miles, de antros de moda que proliferan en este caluroso verano de nuestro querido país. Dentro bailarán hasta agotarse, reirán a gritos, se dejarán invitar a muchas otras copas...
Pues déjalas que entren, ya saldrán de ahí escarmentadas...

Total, sólo sirven para zorrear y ponerse vestidos modernos.
 
De acuerdo con gintonic, cada dia les tengo mas tirria, pero por otro lado estoy foreando desde una playa nudista y acabo de ver una chica que si me dijese que me deja comerle el coño a cambio de matar a mi familia, ya estaria buscando un cuchillo.
 
¿"Chicas en la noche"? Qué forma tan elegante para referirse a las calientapollas de toda la vida.

Anoche mismamente vi a una rubia sentada en un portal con las piernas bien abiertas y la cara a pocos centímetros del suelo y vomitando. Los chinos se paseaban vendiendo alcohol a una generación decadente. Pero no son sólo ellas. El alcoholismo es una epidemia.

Pero yo me siento afortunado viendo este panorama. Es maravilloso ser un hombre y además de verdad, no un niñato borrachuzo. No entiendo vuestro odio hacia las mujeres. A mí el llamado segundo sexo (o sexo de segunda) sólo me inspira cierta compasión y hasta ternura. Nosotros somos guerreros y cazadores mientras que la máxima realización a la que pueden aspirar ellas es la maternidad.
 
pd: señor gintonics, ha tenido mala suerte con las mujeres, su aurea energetica le hace moverse en un universo donde solo hay malas pecoras, existen otros paralelos donde hay buenas mujeres, claro esta dentro de que son mujeres y sus limitaciones, pero dociles, con buen corazon y hasta que saben cocinar. No desista.

No creo haber tenido mala suerte. He tenido dos novias maravillosas, increíbles. Y otra que no, que fue una puta mierda, pero bueno, esa es otra historia :lol:. También he estado más o menos liado con un buen puñado de chicas de las que no tengo queja alguna ni la puedo tener. Y otro nutrido grupo de ellas en las que la relación no ha ido más allá de una noche o dos, y de esas tampoco me quejo ni les pongo faltas o pegas. Y también, claro, unas cuantas amistades femeninas estupendísimas. No me refería al caso concreto, ni siquiera al conjunto de "las que me han tocado", ni al de "las que he conocido". Hablo más allá de eso. Hablo de la generalidad, del género, de todo un sexo; nada hay de personal en lo que dije antes, no es mi suerte la que entra en juego al decir lo que he dicho. Lo único personal es mi apreciación, lo único personal es el criterio bajo el que miro a ese género, en el que tantas cosas buenas deposita uno cuando aún no sabe cómo son y que tras observarlo no deja en pie ni una de ellas. Pensaría igual habiendo si tuviera a mi lado a una mujer excepcional y maravillosa. Mis conclusiones son como sujeto observador, que lo soy, no como sujeto paciente, que también lo soy.
 
¿La que fue una puta mierda fue la de la historia aquella mítica que contaste por aquí?
 
Cenobita rebuznó:
¿La que fue una puta mierda fue la de la historia aquella mítica que contaste por aquí?

No, si te parece esa fue la extraordinaria y maravillosa, no te jode el otro :lol::lol:

El tema del hilo no soy yo, por cierto, ni esto una entrevista ni un repaso a mi historial amoroso. Si lo he traído a colación es por responder a la cuestión que planteó consegliere; respondida esta cuestión, no sigamos por aquí y volvamos a la temática del hilo.


Por cierto, otro caso que vi anoche que se me antoja incomprensible, de chicas in tha night. Saliendo de un parking, por delante de nosotros iba una tipa que estaba buenísima acompañada de un maromo. Ella llevaba unos zapatos de Jimmy Choo, que no van baratos precisamente, y ropa de marca. Portaban ambos sendas bolsas de Carrefour con ron y cocacolas. No sé si en la del tío iba también una fanta, pero pudiera ser :lol:. Iban a hacer botellón, ahí tirados en el parque. No concibo semejante aberración: ¿qué cojones hace una tía con zapatos de Jimmy Choo haciendo botellón en el puto parque como un perroflauta cualquiera? Si fuera un niñato con una camiseta de Blind Guardian, una empanada mental de tres pares de cojones, acneico perdido y con 8'90 € en el bolsillo lo entiendo perfectamente. ¿Pero eso de las pijazas -porque lo era- haciendo botellón a santo de qué? El otro día paseando tras cenar por el barrio de Salamanca vi no menos de cinco, CINCO, botellones de pijas vestidas como de boda en portales y rampas de parking, y era martes. ¿Se puede ser más ridículo, más idiota? Lo que decía mister4 de los paletas intentando aparentar también se da entre las chicas de clases supuestamente altas, en cuya estirpe -y en ellas también- yo me cago.

Lamentable todo.
 
Vamos a ver, no seamos tampoco hipocritas, el dia que esa chica de nuestros sueños decida pasar con nosotros su vida, nuestro concepto sobre la mujer no cambiarà, pero si variará.

Vemos al resto de personas gilipollas, basicamente por que la gente que nos reunimos en este foro no somos personas comunes, ni tenenemos visiones sobre lo importante distintas a el resto.No intenteis comprender a las mujeres,los que se matan a abdominales ni a las de los zapatos esos, tienen otras prioridades e inquietudes en su vida.
 
Lo más curioso de este tipo de tías es que yendo de botellón con la bolsa de las cosas para la fiesta, ninguna te dice ni hola media hora antes de realizar su ceremonia, pero seguramente cambian un 100% cuando están borrachas y en plena fiesta.:93
 
Ese tipo de mujeres que describes hasta lo que yo conozco no suelen irse a casa solas y desconsoladas, mas bien la hilera de hormigas solitarias rumbo a casa suele ser masculina. Una individua atractiva (Y si encima se aprietan las tetas, el culo y se maquillan para que decir mas) sin novio al lado echando miradas de furia recibe no menos de veinte proposiciones a lo largo de la noche, si la elementa en cuestión no tiene demasiados fregados en la cabeza y se limita a follarse al mejor postor no dudéis que sola precisamente no va a dormir.
Últimamente no son una ni dos las que vienen diciendo "que no quieren novios", obviamente son chicas jóvenes que aún no sufren la sombra del viejazo. Que tienen algún que otro follamigo y ligues ocasionales, salen a hacer el gilipollas con las amigas y luego si cae algo decente pues mejor, pero de lo que estoy seguro es que tienen de sobra alguien que las riegue el jardín.
Y creo que es aplicable al caso concreto que describes, no has barajado la posibilidad de que todas ellas ya tengan la merienda en casa y se limiten a que las inviten a las copitas de turno y calienten las braguetas de rigor.
 
Resumiendo: ellas se van solas a su casa porque lo desean, en cambio, los tíos nos vamos solos por obligación.
 
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