Eran esos años de tristeza absoluta, y yo recién había alcanzado la mayoría de edad. Como estaba mandao, salía cada fin de semana con un grupo de chicos hipoacúsicos de mi edad a discotecas y toda esa mierda. Nadie me caía bien, todos me parecían repelentes y estirados, aunque me la sudaba e iba a mi bola, haciendo lo que quería. Y resultó que en una de esas noches, vino más gente a reunirse con nosotros puesto que había un evento especial en la discoteca a la que íbamos. Fue entonces cuando le conocí. Un joven muchacho muy apuesto, con buen físico y una arrebatadora sonrisa. Le saludé y empezamos a hablar, como siempre hago. Pero con él... fue diferente. Extrañamente, hubo una conexión instantánea, y empezamos a conversar sobre cosas que nos gustaban, de una manera tan fluida que me costaba creerlo. Recuerdo sobre todo lo que nos reíamos al comentar escenas de "Jackass". Realmente estábamos muy a gusto, y hubiéramos estado toda la noche hablando juntos, pero las ESTÚPIDAS de mis "amigas" (joder, qué asco de tías más estiradas y amargadas) no paraban de reclamarme y llamarme la atención, y él también tenía que atender a sus amigos. Así fue cómo otro chaval consiguió cazarme, y yo, que soy débil de voluntad, no supe cómo decirle que no e irme corriendo a por el muchacho apuesto. Toda la noche en las discotecas con ese chaval pesao de cojones, mientras el muchacho apuesto y yo nos mirábamos a lo lejos... VAYA PUTA MIERDA (y lo peor es que a día de hoy sigo siendo así de rajada).
Al día siguiente, en casa de una de las hamijas, nos conectamos al messenger, y ahí estaba el muchacho apuesto, a quien habíamos agregado. Y me dijo que yo era muy guapa y quería conocerme mejor... me puse increíblemente contenta, mientras ella le enseñaba sus tetas XXXL en un intento infructuoso de llamarle la atención. Pero no hubo oportunidad, porque yo vivía en otra ciudad y tenía que volverme pronto.
Con el tiempo, surgieron oportunidades para quedar (recuerdo sobre todo una vez que yo quería ir a casa de una de esas amigas de mierda para salir de fiesta, pero al final me dijo que "no podía", y salió el muchacho apuesto a decirme que "no le caía bien a nadie en realidad", pero que no me pusiera triste porque yo sí le caía muy bien, "y lo sabes, ¿verdad?", "sí", "te invito a mi casa entonces, si quieres", respuesta negativa, por rajada de mierda). Nunca fructificaron.
Al cabo de unos años, tras haber perdido todo el interés en él, e incluso haberle tratado con cierto desdén porque cada vez que le saludaba me respondía de una manera muy aburrida (yo ya era forera de PL, y no era capaz de soportar conversaciones normales), me enteré, a través de un email colectivo de su padre, que se suicidó.
Se suicidó.
Ahora estoy escribiendo esto: "se suicidó", y aún mi cerebro relampaguea y mi visión se nubla con destellos fugaces.
A veces pienso que si me hubiera lanzado, no estaría muerto. Quicir, no digo que me crea una salvadora de almas o algo por el estilo, pero... no sé, dicen que el aleteo de una mariposa provoca una tormenta en Pekín, ¿no? Pues eso.