Pues te lo voy a explicar para que te cagues de gusto.
A los 18, el líder independentista comenzó a militar en el PSAN, y a los 21 pisó la cárcel, hecho que le llevó a no poder pasar durante el servicio militar de la categoría de soldado raso. Cuando se instauró la democracia, Carod-Rovira fue uno de los fundadores de Nacionalistes d Esquerres y no fue hasta 1987 que ingresó en ERC, la formación que ahora defiende a capa y espada.
Este republicano convencido lleva en la mano izquierda un anillo de los saharauis, igual que su gran amigo Juan José Ibarreche[size==24], que ayer fue uno de los primeros en felicitarle por los excelentes resultados obtenidos. Juntos han protagonizado no pocas polémicas, ambos son defensores del soberanismo, aunque Carod-Rovira no haya dado pie a tantas polémicas como su querido colega vasco. Lo cierto es que hasta la fecha no ha tenido demasiadas oportunidades, pero ahora se abre una vía para descubrir al verdadero Carod. Puede que siga siendo el hombre cauto que casi siempre ha demostrado ser, puede que se una a las estrategias de su amigo Ibarreche. Ahora llega la hora de la verdad. Durante estos años era muy cómoda la equidistancia, pero llegó el momento de elegir entre CiU y PSC para formar gobierno. No es una salida fácil para un converso, no hay nada más fiel que un converso, en un momento que la nueva religión es el nacionalismo para algunos, y deberá escoger entre los dirigentes de CiU, de los que ha abominado con acusaciones más propias de la fiscalía que de un líder político, o de un PSC que ha considerado supeditado a las directrices que le dicta el PSOE desde la calle Ferraz. La hora de la verdad ha llegado para ERC, pero también para su «carismático» líder