Novato de mierdaNuestro ordenamiento constitucional, producto de un amplio consenso inédito hasta la fecha, define a España como un Estado plurinacional y hace una distinción expresa entre regiones y nacionalidades que la integran. Reconoce, además que esta condición de diversidad es factor de enriquecimiento en el sentido más amplio y conmina a los poderes públicos a proteger activamente ese patrimonio cultural y lingüístico.
Sin embargo no es difícil constatar que esta idea todavía no ha llegado a calar en algunos sectores de la sociedad española, que observan la diferencia como una amenaza en lugar de apreciar todo lo positivo que conlleva. Además se parte con frecuencia de la posición que confiere a la lengua y cultura castellana el papel de baluarte de España y deja en un segundo plano a las demás lenguas y culturas españolas reduciéndolas en algunos casos a mero folclore.
Entendemos que el miedo a la diferencia tiene su origen en la ignorancia de la historia de España y en la incomunicación que todavía hoy sigue existiendo entre sus pueblos. Creemos además que dicha incomunicación sólo puede tener efectos perniciosos en la convivencia porque contribuye a radicalizar posturas e imposibilita el entendimiento, alimentado la desconfianza recíproca y convirtiendo la diversidad cultural y lingüística en un factor segregador.
1. La España plurinacional
España es el fruto de una rica historia en la que han tomado parte multitud de pueblos, cada uno de los cuáles le ha imprimido una pequeña parte de su carácter. Desde romanos hasta castellanos, aragoneses y navarros pasando por judíos, musulmanes y un largo etcétera. Esto ha dado lugar a la configuración actual de la España que conocemos, un estado donde conviven diferentes comunidades y se hablan distintas lenguas, lo que hace a nuestro país uno de los más singulares del mundo.
El hecho de que, por las razones que sea, Castilla como entidad política haya sido la potencia hegemónica a lo largo de la historia de España ha llevado a que, en muchas ocasiones, se confundan ambos términos llegando a identificarse la primera con la esencia hispana y dejando a los demás pueblos como elementos extraños. Sin embargo esta visión viene derivada por una interpretación errónea de nuestra historia.
Por todo ello es necesario hacer presente la idea de que España es plural, y que todas las lenguas y culturas que recoge están igualmente ligadas a su idiosincrasia. De esta manera, la diversidad cultural y lingüística no debe ser vista como una amenaza sino, muy al contrario, ser defendida sin complejos como factor enriquecedor porque, al margen del ámbito territorial que abarquen, forman parte del patrimonio común.
2. El intercambio cultural como vías de comunicación
La heterogeneidad cultural no ha de ser óbice para que haya conciencia de un proyecto común. Sin embargo parece lógico que dicho objetivo deba venir acompañado por un conocimiento recíproco y una comunicación fluida, algo que no siempre se da entre las comunidades que integran España.
Para valorar algo es condición necesaria conocerlo primero. En ese sentido entendemos que el sentimiento de solidaridad que rige en un Estado no puede estar basado sino en la valoración mutua, y ésta no es posible si los miembros de la comunidad no se conocen entre sí, ignoran sus costumbres, su lengua y su forma de pensar.
Es por ello que pretendemos establecer la comunicación y el intercambio cultural como base de la construcción común. Las diversas culturas españolas han vivido demasiado tiempo de espaldas entre sí, relacionándose escasamente y con mucha desconfianza de por medio. Es hora de que proclamemos la colaboración y el intercambio entre todas ellas porque no hay nada que temer. Asumimos la tesis de que la mejora del conocimiento de las distintas realidades sociales, culturales y lingüísticas aseguraría cohesión en torno al proyecto común o, como algún intelectual lo ha denominado, un patriotismo de la pluralidad.
3. El supuesto enfrentamiento Madrid-Barcelona
Existe la idea bastante generalizada de que entre Madrid y Barcelona hay planteada una rivalidad natural basada en posiciones absolutamente irreconciliables. Tanto es así que el propio Ortega y Gasset llegó a hablar de la necesidad de que Cataluña y el resto de España “se conlleven” asumiendo que el entendimiento no es posible.
Sin duda la visión sobre ciertos asuntos, en especial los relativos al modelo de estado, son diferentes, pero a nuestro modo de ver el problema está lejos de ser irresoluble. No obstante es lógico que lo parezca si analizamos cómo se suele plantear el asunto en uno y otro sitio. A menudo se parte de posiciones que rozan el maniqueísmo y culpan totalmente a una de las partes de la falta de entendimiento. Finalmente se constata que no hay diálogo sino dos monólogos, donde se mezclan razones muy ciertas con argumentos tópicos, falaces o directamente falsos.
Se crea así una dialéctica de enfrentamiento que cala socialmente y que genera tensión. Es entonces cuando tiene apariencia de realidad lo que es sólo un espejismo: la imposibilidad de entendimiento entre Madrid y Barcelona.
Por todo ello es necesario romper esas visiones preconcebidas, esos tópicos que entorpecen la comunicación y convierten a la diferencia en un factor segregador, de enfrentamiento y que alimenta la desconfianza recíproca impidiendo así que sea percibida como un elemento enriquecedor.
CONCLUSIÓN
Por todo ello los firmantes, constituidos en la Asociación Apropament Madrid-Cataluña, MANIFESTAMOS nuestra firme voluntad de:
Defender la concepción plurinacional de España en el convencimiento de que esta circunstancia no es, en sí misma, un factor debilitador sino un motivo de orgullo y enriquecimiento.
Contribuir desde nuestro ámbito a que se generalice la idea de que todas las lenguas y culturas españolas forman parte del patrimonio común y, como tales, pueden y deben ser protegidas por todas y todos.
Promover activamente el acercamiento de los y las ciudadanas al conocimiento de la realidad pluricultural española a través de la comunicación y el intercambio.
Crear puentes de diálogo y comunicación permanentes entre Madrid y Barcelona logrando así romper los tópicos que alimentan la presunta rivalidad entre ambas.
Sin embargo no es difícil constatar que esta idea todavía no ha llegado a calar en algunos sectores de la sociedad española, que observan la diferencia como una amenaza en lugar de apreciar todo lo positivo que conlleva. Además se parte con frecuencia de la posición que confiere a la lengua y cultura castellana el papel de baluarte de España y deja en un segundo plano a las demás lenguas y culturas españolas reduciéndolas en algunos casos a mero folclore.
Entendemos que el miedo a la diferencia tiene su origen en la ignorancia de la historia de España y en la incomunicación que todavía hoy sigue existiendo entre sus pueblos. Creemos además que dicha incomunicación sólo puede tener efectos perniciosos en la convivencia porque contribuye a radicalizar posturas e imposibilita el entendimiento, alimentado la desconfianza recíproca y convirtiendo la diversidad cultural y lingüística en un factor segregador.
1. La España plurinacional
España es el fruto de una rica historia en la que han tomado parte multitud de pueblos, cada uno de los cuáles le ha imprimido una pequeña parte de su carácter. Desde romanos hasta castellanos, aragoneses y navarros pasando por judíos, musulmanes y un largo etcétera. Esto ha dado lugar a la configuración actual de la España que conocemos, un estado donde conviven diferentes comunidades y se hablan distintas lenguas, lo que hace a nuestro país uno de los más singulares del mundo.
El hecho de que, por las razones que sea, Castilla como entidad política haya sido la potencia hegemónica a lo largo de la historia de España ha llevado a que, en muchas ocasiones, se confundan ambos términos llegando a identificarse la primera con la esencia hispana y dejando a los demás pueblos como elementos extraños. Sin embargo esta visión viene derivada por una interpretación errónea de nuestra historia.
Por todo ello es necesario hacer presente la idea de que España es plural, y que todas las lenguas y culturas que recoge están igualmente ligadas a su idiosincrasia. De esta manera, la diversidad cultural y lingüística no debe ser vista como una amenaza sino, muy al contrario, ser defendida sin complejos como factor enriquecedor porque, al margen del ámbito territorial que abarquen, forman parte del patrimonio común.
2. El intercambio cultural como vías de comunicación
La heterogeneidad cultural no ha de ser óbice para que haya conciencia de un proyecto común. Sin embargo parece lógico que dicho objetivo deba venir acompañado por un conocimiento recíproco y una comunicación fluida, algo que no siempre se da entre las comunidades que integran España.
Para valorar algo es condición necesaria conocerlo primero. En ese sentido entendemos que el sentimiento de solidaridad que rige en un Estado no puede estar basado sino en la valoración mutua, y ésta no es posible si los miembros de la comunidad no se conocen entre sí, ignoran sus costumbres, su lengua y su forma de pensar.
Es por ello que pretendemos establecer la comunicación y el intercambio cultural como base de la construcción común. Las diversas culturas españolas han vivido demasiado tiempo de espaldas entre sí, relacionándose escasamente y con mucha desconfianza de por medio. Es hora de que proclamemos la colaboración y el intercambio entre todas ellas porque no hay nada que temer. Asumimos la tesis de que la mejora del conocimiento de las distintas realidades sociales, culturales y lingüísticas aseguraría cohesión en torno al proyecto común o, como algún intelectual lo ha denominado, un patriotismo de la pluralidad.
3. El supuesto enfrentamiento Madrid-Barcelona
Existe la idea bastante generalizada de que entre Madrid y Barcelona hay planteada una rivalidad natural basada en posiciones absolutamente irreconciliables. Tanto es así que el propio Ortega y Gasset llegó a hablar de la necesidad de que Cataluña y el resto de España “se conlleven” asumiendo que el entendimiento no es posible.
Sin duda la visión sobre ciertos asuntos, en especial los relativos al modelo de estado, son diferentes, pero a nuestro modo de ver el problema está lejos de ser irresoluble. No obstante es lógico que lo parezca si analizamos cómo se suele plantear el asunto en uno y otro sitio. A menudo se parte de posiciones que rozan el maniqueísmo y culpan totalmente a una de las partes de la falta de entendimiento. Finalmente se constata que no hay diálogo sino dos monólogos, donde se mezclan razones muy ciertas con argumentos tópicos, falaces o directamente falsos.
Se crea así una dialéctica de enfrentamiento que cala socialmente y que genera tensión. Es entonces cuando tiene apariencia de realidad lo que es sólo un espejismo: la imposibilidad de entendimiento entre Madrid y Barcelona.
Por todo ello es necesario romper esas visiones preconcebidas, esos tópicos que entorpecen la comunicación y convierten a la diferencia en un factor segregador, de enfrentamiento y que alimenta la desconfianza recíproca impidiendo así que sea percibida como un elemento enriquecedor.
CONCLUSIÓN
Por todo ello los firmantes, constituidos en la Asociación Apropament Madrid-Cataluña, MANIFESTAMOS nuestra firme voluntad de:
Defender la concepción plurinacional de España en el convencimiento de que esta circunstancia no es, en sí misma, un factor debilitador sino un motivo de orgullo y enriquecimiento.
Contribuir desde nuestro ámbito a que se generalice la idea de que todas las lenguas y culturas españolas forman parte del patrimonio común y, como tales, pueden y deben ser protegidas por todas y todos.
Promover activamente el acercamiento de los y las ciudadanas al conocimiento de la realidad pluricultural española a través de la comunicación y el intercambio.
Crear puentes de diálogo y comunicación permanentes entre Madrid y Barcelona logrando así romper los tópicos que alimentan la presunta rivalidad entre ambas.
Forero del todo a cien
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