Timothy Leary
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- 4 May 2005
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Al principio puede sonar extraño y todo lo que os salga de la polla, pero doy fe de que es una técnica que os puede salvar de más de un apuro.
Cagar para adentro es como cuando los deportistas del esquí retoman impulso hacia atrás en la parrilla de salida para así efectuar una propulsión mayor que la llevada a cabo inicialmente sin tomar dicho impulso. ¿Pilláis el concepto? Pues con el ojete es lo mismo salvo que los puntos te los da el médico en vez de un juez en caso de pasarte de rosca.
Vayamos al cogollo. Para cagar para adentro hay que adoptar una postura como de coger caracoles, y tienes que asegurarte de que tienes el Ohio en la parte de atrás de la taza del cagadero para desarrollar una buena contracción de ojete sin que se nos corte la mierda y lo mandemos todo a tomar por culo. No. Esta es una técnica que requiere relajación, estilo y cierta tendencia homo, pero que al final le recompensa a uno y le hace la vida más satisfactoria y llevadera.
El tema es que una vez adoptada la postura adecuada, cuando advirtamos que el bolo fecal no quiere salir del todo hay que saber que es el momento, ahí, ese momento y no otro es el que hay que elegir para aplicar la técnica. En este punto se puede aplicar de 2 maneras: la pro y la pringadedo. La primera consiste en dilatar y contraer el ojete intentando como he dicho anteriormente que no se nos corte la mierda en plena operación; el truco consiste en irlo metiendo hacia adentro poco a poco preparando una buena catapulta infernal para luego.
La segunda variante es algo menos higiénica pero viene a ser obligatoria si no has tenido experiencias metiéndote pepinos por el ojete o aunque sea algunos pilots punta gorda para hacer tus pinitos. La cuestión está en llevar a cabo la operación anterior a través de un proceso manual. Esto es, que con la puntita del dedo vayas impulsando la mierda hacia dentro a modo de chapa de un euro para sacar el carrito del Mercadona. Esta variante tiene la ventaja de que puedes tumbar al típico sobrino hijo de puta y porculero con sólo extenderle el dedo sobre la tocha en un suave gesto Zen, y además también se tiene el goce en el momento de hacerlo de sentir todo el Chucrut entrar para adentro. Al principio igual da algo de miedo pero os aseguro que el tacto del cus-cus os va a cambiar la vida.
Más o menos viene a ser esto, chavales. Una vez ya tengáis el premio dentro, metéis fuerza a tope hasta que se hinche la vena y ya veréis cómo sale el trabuco disparao en barrena y de lo lindo. La variante ULTRA PRO en este punto es ya la que consiste en disuadir la increíble salpicadura que provoca la onda expansiva cuando cae nuestro misil, saltando en oblicuo a la vez que tiramos el lastre. Pero de esto tal vez os hable otro día.
En fin, hasta aquí el consejo de hoy. Os aseguro que con esta técnica uno se siente realizado, y aunque se noten sensaciones homo por momentos, es de ser gente de buena familia saber que el placer de una buena cagada está por encima de cualquier mariconada.
Feliz verano Pals
Cagar para adentro es como cuando los deportistas del esquí retoman impulso hacia atrás en la parrilla de salida para así efectuar una propulsión mayor que la llevada a cabo inicialmente sin tomar dicho impulso. ¿Pilláis el concepto? Pues con el ojete es lo mismo salvo que los puntos te los da el médico en vez de un juez en caso de pasarte de rosca.
Vayamos al cogollo. Para cagar para adentro hay que adoptar una postura como de coger caracoles, y tienes que asegurarte de que tienes el Ohio en la parte de atrás de la taza del cagadero para desarrollar una buena contracción de ojete sin que se nos corte la mierda y lo mandemos todo a tomar por culo. No. Esta es una técnica que requiere relajación, estilo y cierta tendencia homo, pero que al final le recompensa a uno y le hace la vida más satisfactoria y llevadera.
El tema es que una vez adoptada la postura adecuada, cuando advirtamos que el bolo fecal no quiere salir del todo hay que saber que es el momento, ahí, ese momento y no otro es el que hay que elegir para aplicar la técnica. En este punto se puede aplicar de 2 maneras: la pro y la pringadedo. La primera consiste en dilatar y contraer el ojete intentando como he dicho anteriormente que no se nos corte la mierda en plena operación; el truco consiste en irlo metiendo hacia adentro poco a poco preparando una buena catapulta infernal para luego.
La segunda variante es algo menos higiénica pero viene a ser obligatoria si no has tenido experiencias metiéndote pepinos por el ojete o aunque sea algunos pilots punta gorda para hacer tus pinitos. La cuestión está en llevar a cabo la operación anterior a través de un proceso manual. Esto es, que con la puntita del dedo vayas impulsando la mierda hacia dentro a modo de chapa de un euro para sacar el carrito del Mercadona. Esta variante tiene la ventaja de que puedes tumbar al típico sobrino hijo de puta y porculero con sólo extenderle el dedo sobre la tocha en un suave gesto Zen, y además también se tiene el goce en el momento de hacerlo de sentir todo el Chucrut entrar para adentro. Al principio igual da algo de miedo pero os aseguro que el tacto del cus-cus os va a cambiar la vida.
Más o menos viene a ser esto, chavales. Una vez ya tengáis el premio dentro, metéis fuerza a tope hasta que se hinche la vena y ya veréis cómo sale el trabuco disparao en barrena y de lo lindo. La variante ULTRA PRO en este punto es ya la que consiste en disuadir la increíble salpicadura que provoca la onda expansiva cuando cae nuestro misil, saltando en oblicuo a la vez que tiramos el lastre. Pero de esto tal vez os hable otro día.
En fin, hasta aquí el consejo de hoy. Os aseguro que con esta técnica uno se siente realizado, y aunque se noten sensaciones homo por momentos, es de ser gente de buena familia saber que el placer de una buena cagada está por encima de cualquier mariconada.
Feliz verano Pals