Os cuento otra, joder, será por casos...
Un colega, este trabajaba en un rollo geonosequé... tengo menos datos. Su trabajo consistía entre otras cosas, extraer muestras de carreteras, pedazos sólidos con los estratos de todas las capas del terreno a analizar. Llevarlas a un laboratorio para sacar datos de esas muestras. Todo relacionado con obras de construcción de carreteras y autopistas.
El tio trabajaba de eso, y tenía otras compañeras que trabajaban de lo mismo, todos cobraban lo mismo y tenían la misma preparación y estudios. Pero llegaba el momento de cargar con la muestra, y a las niñas les daba fatiguita, así que el que siempre cargaba con los estractos de suelo, roca y asfalto era el tio. Este tio no se quejaba, aclaro.
Un dia el chaval tiene un esguince en el tobillo, fuera del trabajo. Un enfermero gilipollas le hizo una chapuza con el primer yeso, que el chaval veía las estrellas, cuando volvió a urgencias tenía el pié negro, casi pierde el puto pié por una negligencia.
Tocado, vuelve al trabajo sin tener el pie al 100%
El chaval vuelve dispuesto a trabajar, pero no quiere forzar. No carga con las muestras, sus compañeras, sanas como rosas, deben ganarse el sueldo esta vez.
Pues bien, a quejarse como campeonas, a decir que se marean, que les dan lipotimias, que si no pueden, que tiene él que cargar con las muestras. Calentura de cabeza de jefe mediante.
Un dia el jefe le manda un encargo de última hora al chaval este, a las niñas quejicas no, al chaval, al voluntarioso machote que se echaba a la espalda todo lo que le pedían. El chaval se niega, el jefe cabreado lo larga.
Como en todo, se le exigía, se esperaba mas de él que de ellas. El hombre debe ser excepcional, a la mujer le basta con cumplir.
No veo hombres pidiendo medallas, aplausos y reconocimiento por hacer bien su trabajo.
Lo que si veo es a mujeres que si tienen un puesto directivo lo celebran como "un gran avance" y un logro común de todas las mujeres.
Aplausos y vítores institucionales anunciando una nueva generación de mujeres cojonudas, que doblegan "el malvado yugo opresor machista hijoputa", cada vez que una es capaz de sobrellevar la responsabilidad del puesto al que se la asigna.
Es como si un señor con bigote recibiese todos los dias aplausos por atarse los cordones y ese mérito fuera un gran logro común a todos los señores con bigote del universo que deben felicitarse por ello.