En los útlimos mensajes se ha apuntado un tema que casi nadie se atreve nunca decir en público, porqué resulta muy "políticamente INcorrecto" y la clase política catalana siempre lo ha dejado de lado, porqué obviamente sería de muy poca rentabilidad electoral (e incluyo en este aspecto desde el PSC a CiU o ERC).
El tema es que el verdadero problema de la Catalunya actual, de las pocas posibilidades de tener un proyecto nacional sólido, del constante descenso del uso social de la lengua y, en definitiva, de la ruptura y descohesión de Catalunya como nación, no es otro que la inmigración española producida entre los años 50 y 70 del siglo pasado.
Digámoslo alto y claro: ninguna nación (ni pequeña como Catalunya, ni tampoco mucho mas grande) puede soportar una inmigración que supone aproximadamente doblar su población en unos 25 años si, y esto es lo importante esa población inmigrada no tiene voluntad de integrarse en la sociedad que le acoge, ni intenta aprender la lengua, ni adopta la tradiciones, etc. etc.
Es decir, un primer problema es la inmigración en si misma. En España ahora y en el resto de paises de Europa, estan preocupadísimos con tasas de inmigración de entre un 10 y 20 %. En Catalunya, la tasa acumulada fué de prácticamente un 100% y en ciudades concretas del area metropolitana de Barcelona, la tasa de inmigración fue en ocasiones de un 1000 % (si, no sobran ceros: un mil, es decir, multipicar por 10 la población autóctona).
Bueno, admitamos que la inmigración ya está aquí, pero se integra en la, llamémosle, "cultura" del territorio que la acoge. Pero esto no se ha producido en absoluto ni cuarenta años después: centenares de miles de personas en Catalunya no hablan nunca en catalán y lo peor es que no son los inmigrantes los que no lo hablan, son los hijos, e incluso los nietos !!! de esos inmigrantes procedentes de Andalucía o Extremadura.
Esto nunca nadie se ha atrevido a decirlo (excepto las tímidas campañas de los 70 con el lema "fuera charnegos", que no era tampoco la solución). Al contrario, toda la clase política, social y cultural catalana está "orgullosa" del modelo de integración catalán, de la tierra de acogida, de la multiculturalidad y todas estas tonterias. Es cierto, que en general no ha habido conflicto entre las dos comunidades lingüísticas y culturales que conviven en el territorio, pero ¿gracias a que?
Obviamente, gracias a la renuncia de los catalanes. Renuncias de muchos tipos, desde no pedir un cortado en catalán cuando le atiende un camarero hijo de un inmigrante cordobés en l'Hospitalet; hasta considerar "cultura catalana" a un escritor que escribe en español, pero que vive en Barcelona.
También es cierto que ayudó a estas renuncias el hecho que la inmigración española coincidió con en franquismo y no era el mejor momento de plantarse a defender la identidad propia ante la llegada de los inmigrantes (que además, por la educación y el discurso recibido, estaban convencidos que simplemente emigraban a otra "región española").
Pero y después ? del año 1975 hacia adelante ? quien ha hecho algo para decirle a un señor de Santa Coloma de Gramanet que lleva viviendo aquí 20 años: oiga usted tiene todo el derecho a hablar en casa como quiera, pero aquí la economía, el mundo laboral, la enseñanza, el sector público, la progresión social, habla en catalán, porqué esto es Catalunya y tiene una lengua propia (nada que resulte extraño a cualquier emigrante de la misma Andalucia que en lugar de venir al Baix Llobregat se fue a Francia o Alemania o a Australia, me es igual).
No, aquí somos tan educados que no hay que violentar a un pobre inmigrante que ya tiene bastante pena de dejar su territorio y además, es igual, si sabemos hablar castellano, para que obligarle a hablar en nuestro idioma.
La receta perfecta para hacer desaparecer una lengua y, acto seguido, la conciencia de pais, porqué una lengua suele ir asociada a un territorio con identidad diferenciada.
Lamentablemente, todo esto casi nadie lo dice y es la realidad del problema nacional catalán actual (hay algunas excepciones, por ejemplo la periodista Patricia Gabancho en su libro "El preu de ser catalans", no traducido al castellano, que yo sepa, y cuyo título sería en la lengua vecina: "El precio de ser catalanes").
Y para acabarlo de rematar, cuando aún no hemos integrado la inmigración de la segunda mitad del siglo XX, recibimos una segunda oleada (al igual que España) que nos acabará de hundir como realidad nacional. Toda esta nueva inmigración procedente de América, Asia o Africa, quizás se integren (de hecho es lo que debería pasar en un país normal), pero , suponiendo que consigamos entre todos esta integración, está claro que será una integración en la "realidad cultural-nacional" española y a la "realidad catalana" le quedan dos o tres generaciones...
Si, en el año 2100, mantendremos los bailes típicos, algunas fiestas populares, unos cuantos hablaran catalán en casa y la clase política estará muy orgullosa del modelo de sociedad de acogida y multiculturalidad que se habrá construido...
Y todo, por no decir las cosas claras y actuar en consecuencia...
Bueno, lo dejo aquí, porqué me estoy enrollando demasiado.
Pero en resumen, sí, estoy ... cabreado ? disgustado ? decepcionado ? no se exactamente el que, pero algo asi, con más o menos la mitad de la población que hoy vive en Catalunya y que 30 o 40 años después han tenido muy pocas ganas de integrarse (aunque, en definitiva es una opción personal, a la que seguramente digáis que no puedo criticar... ) pero creo que si es legítimo criticar la actitud de una determinada parte de la sociedad me "robe" la nación en la que nací y de la que me siento.