Spade
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- 21 Feb 2007
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Hola de nuevo, compañeros y portavoces de vuestra generación.
Este hilo está principalmente dirigido a todas esas mujeres (léase foreras demostradas) que optan por cortar ellas mismas su pedazo de pastel, en lugar de esperar con el plato en las manos a lo Oliver Twist.
Eso no quiere decir que los foreros no podáis participar, todo lo contrario. Los más impacientes pueden saltar hasta el final del hilo y leer únicamente el texto en azul. Pero sería como tener la ocasión de pasar una noche íntima con Verónica Zemanova y dejarlo todo en una chupadita exprés. Un desperdicio.
Bien, me lo he currado tanto que se hace muy grueso para soltarlo en un solo post, así que lo he dividido en dos. Pensad en mi como en el Tarantino de los hilos.
Vamos pues:
Bien. Axiomas:
Aquellas de entre vosotras que os limitéis a seleccionar de entre el redil de borregos que se os acerquen, estáis condenadas a acabar en manos de un maltratador que os deje la cara como un cuadro de Arcimboldo.
Todas, y digo TODAS, en algún momento os habéis cruzado con algún macho y no habéis tenido los ovarios de darle a conocer vuestras sucias intenciones. Luego cada uno ha seguido su camino sin posibilidad de volver a veros en un futuro. Muchas os habéis acostado pensando: "qué pena, era tan mono..."
Que sepáis que eso en la escala de tristeza es el equivalente masculino de hacerse una paja al llegar a casa de borrachera, mirando al techo en la oscuridad de la habitación.
Principio importante: el factor PUTA vs el factor MONJA.
En la línea de todos estos libros de ligoteo tan de moda, voy a acuñar jodidos acrónimos solo para molar mas. Hablaremos del FAPU y del FAMON.
La mujer seductora tiene que encontrar un delicado equilibrio entre el FAPU y el FAMON. Pecar de lo primero hará que como mucho logre uno o dos polvos puntuales con el macho alfa de su elección, que después perderá todo interés en la hembra. Tan solo una muesca más en su fusil.
Me centraré más en aquellos entornos extra-nocturnos, pues a la mujer es más fácil hablarle en términos de SEDUCCIÓN que en términos de LIGOTEO.
De todos modos, en esta primera parte, haremos una pasada rápida al tema de noches y locales:
Existe el mito extendido de que con un par de miradas está todo solucionado.
"Le miras, él te mira, ya ha pillado onda, que se te acerque".
Vamos a ver, seamos serios. Yo mismo me cruzo en un bar medianamente concurrido con una media de treinta personas, y no me voy mirando los pies. O imaginaos que el príncipe en cuestión, además de alto, moreno, y de ojos claros también tiene dos dioptrías en cada ojo. Y ese día se ha dejado las lentillas en casa.
No.
He aquí el COMO, explicado para cualquier mujer, desde la cajera de Carrefour hasta la licenciada en ADE.
Nota: desaconsejo las discotecas estilo mogollón, donde a lo más a lo que podéis aspirar es a que os metan el morro y os toquen el pubis por debajo de la falda, mientras vuestras amigas os miran de reojo y piensan: "vaya una GUARRA".
Esta es la estrategia a seguir en orden creciente de actividad requerida.
1.- ponerse en un lugar visible:
Colocarse en la esquina más oscura del lugar vale de poco aunque estéis estrenando el sujetador de aros nuevo.
2.- cerrar las distancias:
Esperar a que sea él el que cruce medio bareto para hablar con vosotras está bien si queréis poner un Bryan Adams en vuestra vida. En cualquier otro caso, hay que colocarse en un punto intermedio, preferiblemente no muy lejos de la barra, donde el caballero tendrá la ocasión de acercarse *casualmente* hasta vuestra posición.
ATENCIÓN: bailar como unas putas locazas para llamar la atención suele ser muy lamentable, artificial y evidente. Abstenerse a menos que tengáis las caderas de Shakira. Bailar sin estilo aumenta peligrosamente vuestro FAPU. Y recordad: FAPU alto conduce a jerolo tipo Arcimboldo en menos de 5 años.
3.- entrar en su radio de acción:
Punto autoexplicativo. Si la montaña no va a Mahoma... Si veis que se acerca a la barra, es un buen momento para hacer que váis a pedir otra copa, aunque luego volváis con una pajita para agitar vuestra cacique-cola cero.
4.- roce casual:
Un pequeño golpe, seguido de un perdón y una sonrisa amable, tanto sirve para un sexo como para el otro. Acto seguido hay que seguir a lo vuestro y actuar con naturalidad, SIN crear más distancia, sino simplemente... yendo a la vuestra.
ATENCIÓN: Aumentar la distancia después de cualquier acción aumenta vuestra FAMON, y es probable que un tío con umbral bajo de tolerancia a las frígidas pase de vosotras y vaya a por la siguiente.
5.- roces durante la conversación:
Llegados a este punto, el riesgo está en acumular demasiado FAPU. Si os ve presa demasiado fácil, meterá el morro a la primera de cambio y ya habrá triunfado esa noche. Todo lo demás le dará igual. Creedme en este punto.
Aquí la clave está en la RECIPROCIDAD.
Lo voy a repetir: RECIPROCIDAD. Ni más ni menos, ni historias raras ni pollas. Tit for tat. Quid pro quo. ¿Hay contacto por su parte? Nosotras corresponderemos. Es una manera tácita de decir: estoy cómoda contigo... por el momento.
¿Y si no toca? En ese caso, se toma la iniciativa. Pero siempre con estilo. Nada de "ay que gracioso eres" y zas, le ponemos la zarpa encima. Siempre ser "casuales", mejor algo estilo: (le tocamos ligeramente el brazo): Espera un segundo, voy a pedirle fuego a mi amiga. O similar.
6.- El morro y el tornillo
¿Alguien recuerda "Hitch", la peli de Will Smith?
Sí, es una pastelazo para mariconas sensibleras, pero ejemplifica bien este punto. Aquí, para no acumular FAPU, no es propio dejarse comer el morro tontamente. Lo siguiente que procesará la simplificada mente masculina es que vais a querer comerle la quesada en el cuarto de baño del bar.
No, recordad las palabras del príncipe de Bel-Air. El 90% de la aproximación es cosa del hombre, y el 10% final, es cosa vuestra.
***---- ----***
Foreros, contribuid en este hilo opinando sobre esos "detallitos" que hacen que cataloguéis a una mujer de putón verbenero estilo "fire and forget" o bien de figura monjil de las que se quedan para vestir santos.
Foreras, contadnos a qué subterfugios recurrís para mostrar interés sin caer en el estigma de "guarra que me follaría y abandonaría en un bar de carretera".
Este hilo está principalmente dirigido a todas esas mujeres (léase foreras demostradas) que optan por cortar ellas mismas su pedazo de pastel, en lugar de esperar con el plato en las manos a lo Oliver Twist.
Eso no quiere decir que los foreros no podáis participar, todo lo contrario. Los más impacientes pueden saltar hasta el final del hilo y leer únicamente el texto en azul. Pero sería como tener la ocasión de pasar una noche íntima con Verónica Zemanova y dejarlo todo en una chupadita exprés. Un desperdicio.
Bien, me lo he currado tanto que se hace muy grueso para soltarlo en un solo post, así que lo he dividido en dos. Pensad en mi como en el Tarantino de los hilos.
Vamos pues:
Bien. Axiomas:
Aquellas de entre vosotras que os limitéis a seleccionar de entre el redil de borregos que se os acerquen, estáis condenadas a acabar en manos de un maltratador que os deje la cara como un cuadro de Arcimboldo.
Todas, y digo TODAS, en algún momento os habéis cruzado con algún macho y no habéis tenido los ovarios de darle a conocer vuestras sucias intenciones. Luego cada uno ha seguido su camino sin posibilidad de volver a veros en un futuro. Muchas os habéis acostado pensando: "qué pena, era tan mono..."
Que sepáis que eso en la escala de tristeza es el equivalente masculino de hacerse una paja al llegar a casa de borrachera, mirando al techo en la oscuridad de la habitación.
Principio importante: el factor PUTA vs el factor MONJA.
En la línea de todos estos libros de ligoteo tan de moda, voy a acuñar jodidos acrónimos solo para molar mas. Hablaremos del FAPU y del FAMON.
La mujer seductora tiene que encontrar un delicado equilibrio entre el FAPU y el FAMON. Pecar de lo primero hará que como mucho logre uno o dos polvos puntuales con el macho alfa de su elección, que después perderá todo interés en la hembra. Tan solo una muesca más en su fusil.
Me centraré más en aquellos entornos extra-nocturnos, pues a la mujer es más fácil hablarle en términos de SEDUCCIÓN que en términos de LIGOTEO.
De todos modos, en esta primera parte, haremos una pasada rápida al tema de noches y locales:
Existe el mito extendido de que con un par de miradas está todo solucionado.
"Le miras, él te mira, ya ha pillado onda, que se te acerque".
Vamos a ver, seamos serios. Yo mismo me cruzo en un bar medianamente concurrido con una media de treinta personas, y no me voy mirando los pies. O imaginaos que el príncipe en cuestión, además de alto, moreno, y de ojos claros también tiene dos dioptrías en cada ojo. Y ese día se ha dejado las lentillas en casa.
No.
He aquí el COMO, explicado para cualquier mujer, desde la cajera de Carrefour hasta la licenciada en ADE.
Nota: desaconsejo las discotecas estilo mogollón, donde a lo más a lo que podéis aspirar es a que os metan el morro y os toquen el pubis por debajo de la falda, mientras vuestras amigas os miran de reojo y piensan: "vaya una GUARRA".
Esta es la estrategia a seguir en orden creciente de actividad requerida.
1.- ponerse en un lugar visible:
Colocarse en la esquina más oscura del lugar vale de poco aunque estéis estrenando el sujetador de aros nuevo.
2.- cerrar las distancias:
Esperar a que sea él el que cruce medio bareto para hablar con vosotras está bien si queréis poner un Bryan Adams en vuestra vida. En cualquier otro caso, hay que colocarse en un punto intermedio, preferiblemente no muy lejos de la barra, donde el caballero tendrá la ocasión de acercarse *casualmente* hasta vuestra posición.
ATENCIÓN: bailar como unas putas locazas para llamar la atención suele ser muy lamentable, artificial y evidente. Abstenerse a menos que tengáis las caderas de Shakira. Bailar sin estilo aumenta peligrosamente vuestro FAPU. Y recordad: FAPU alto conduce a jerolo tipo Arcimboldo en menos de 5 años.
3.- entrar en su radio de acción:
Punto autoexplicativo. Si la montaña no va a Mahoma... Si veis que se acerca a la barra, es un buen momento para hacer que váis a pedir otra copa, aunque luego volváis con una pajita para agitar vuestra cacique-cola cero.
4.- roce casual:
Un pequeño golpe, seguido de un perdón y una sonrisa amable, tanto sirve para un sexo como para el otro. Acto seguido hay que seguir a lo vuestro y actuar con naturalidad, SIN crear más distancia, sino simplemente... yendo a la vuestra.
ATENCIÓN: Aumentar la distancia después de cualquier acción aumenta vuestra FAMON, y es probable que un tío con umbral bajo de tolerancia a las frígidas pase de vosotras y vaya a por la siguiente.
5.- roces durante la conversación:
Llegados a este punto, el riesgo está en acumular demasiado FAPU. Si os ve presa demasiado fácil, meterá el morro a la primera de cambio y ya habrá triunfado esa noche. Todo lo demás le dará igual. Creedme en este punto.
Aquí la clave está en la RECIPROCIDAD.
Lo voy a repetir: RECIPROCIDAD. Ni más ni menos, ni historias raras ni pollas. Tit for tat. Quid pro quo. ¿Hay contacto por su parte? Nosotras corresponderemos. Es una manera tácita de decir: estoy cómoda contigo... por el momento.
¿Y si no toca? En ese caso, se toma la iniciativa. Pero siempre con estilo. Nada de "ay que gracioso eres" y zas, le ponemos la zarpa encima. Siempre ser "casuales", mejor algo estilo: (le tocamos ligeramente el brazo): Espera un segundo, voy a pedirle fuego a mi amiga. O similar.
6.- El morro y el tornillo
¿Alguien recuerda "Hitch", la peli de Will Smith?
Sí, es una pastelazo para mariconas sensibleras, pero ejemplifica bien este punto. Aquí, para no acumular FAPU, no es propio dejarse comer el morro tontamente. Lo siguiente que procesará la simplificada mente masculina es que vais a querer comerle la quesada en el cuarto de baño del bar.
No, recordad las palabras del príncipe de Bel-Air. El 90% de la aproximación es cosa del hombre, y el 10% final, es cosa vuestra.
***---- ----***
Foreros, contribuid en este hilo opinando sobre esos "detallitos" que hacen que cataloguéis a una mujer de putón verbenero estilo "fire and forget" o bien de figura monjil de las que se quedan para vestir santos.
Foreras, contadnos a qué subterfugios recurrís para mostrar interés sin caer en el estigma de "guarra que me follaría y abandonaría en un bar de carretera".