Hace unos meses estuve con ella, junto a la estación de Renfe. No la habia visto desde hacia años y sentia curiosidad, sigue estando estupenda, aunque ya sobrepasa los cincuenta y no tiene el cuerpazo que tenia en sus tiempos. Sigue con la misma simpatía socarrona de antes y su profesionalidad. Está en un piso muy limpio y ordenado, la cama ordenada y bien hecha, me hizo una buena mamada, beso negro, me la folle a cuatro y me corri en su boca. Todo estupendo, pero ya la veo mayor y no creo que repita, habiendo chicas más lozanas. Eso sí, para maduras-maduras la recomiendo como la mejor.