@Max_Demian ha entrado en una deriva existencial y se precipita en barrena sobre el doloroso autoconocimiento de que, habiéndose comido la mitad de la cebada, no ha conseguido nada de lo que soñó.
Criado entre oropeles por madre amantísima, protegido de los males del mundo, creyó que algún día sería el rey de alguna corte, el jefe de algún clan o el cabeza de una familia modelo. Él lo vale, que se lo dijo su madre, joder.
Pero ahora echa la vista atrás y se da cuenta de que, meh, el viaje no era para tanto y además el destino parece difuso, lejano y poco abrigado. Volver a poner el poema de Gil de Biedma aburriría hasta a las piedras más reposadas pero, joder, es que va tarde para todo.
La falta de talento general o específico le obligan a buscar cobijo en el regazo de otros. No son los abrazos y las loas con las que soñó, pero la palmada en la espalda y la carcajada pápara de aquellos que ha decidido elegir como compañeros de trinchera le tranquilizan. No es el vítore que esperaba, pero hace su función.
Ha elegido bien, los demás son una recua de inútiles amenizante, que no amenazante. Bien hecho, Max. Si no encuentras a nadie que te dé una palmadita en la espalda, te la das tú.
Y sí, claro, la culpa es del empedrado, del maestro armero, de la Sociedad y de Yoko Ono.
Muerto por dentro
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Frikazo
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Clásico
