[RETARDS] ¿Cuál dirías que ha sido la peor experiencia de tu vida?

Cuando os tiréis veinte minutos haciendo la RCP a vuestra mujer sabiendo en tu interior que ya no hay remedio me habláis de malos ratos...

Pues una experiencia que fortalece el espíritu y forja el carácter.

Yo si estuviera en tu situación...mayormente (creo) que la dejaría morir a mis pies sin ni siquiera mirarla.
 
58 y 51. Ahora tengo 62.


¿Eso raro que alguien sea torpe al caminar?

Y sí, preferí no saber de qué había muerto, aunque tengo clarísimo que fue un fallo cardíaco fulminante, dadas sus circunstancias, que no voy a pormenorizar.

Para mascotas ya tengo al maricón de tu padre y a la puta de tu madre en una jaula.

Raro hasta el punto de chocarse con todo y estar llena de moratones.

Cuanto llevabais casados? Tuvisteis hijos?
 
Pues bastante demoledor el asunto, sí.

Nos estás jodiendo la media de edad del foro, por cierto. Va a haber que contratar a uno de veinte para que nos siga saliendo la media de cuarentones.

Pero fíjate, tenéis en nómina a un viejuno, jubilado y además viudo. Eso amplía el espectro de subnormales que pululamos por aquí.
 
Joder, que no iba morada por todo el cuerpo como un nazareno, pero siempre llevaba dos o tres moratones, que muchas veces ni sabía cómo se había hecho.

Pues entonces es probable que fueran por problemas circulatorios. En esos casos salen moratones por cualquier cosa
 
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Pues entonces es probable que fueran por problemas circulatorios. En esos casos salen moratones por cualquier cosa

Que no, que eran golpes con, por ejemplo, los marcos de las puertas o las manillas de las mismas.

Pero eran tan habituales que ya ni les daba importancia.

¿No has conocido nunca alguien así? Yo por lo menos a dos más, y las dos mujeres.
 
Que no, que eran golpes con, por ejemplo, los marcos de las puertas o las manillas de las mismas.

Pero eran tan habituales que ya ni les daba importancia.

¿No has conocido nunca alguien así? Yo por lo menos a dos más, y las dos mujeres.

No, nunca, he conocido gente mas torpona que otras, pero no hasta el nivel de entrar en conflicto constante con los elementos arquitectónicos y del mobiliario.

Cuanto llevabais casados?
 
Joder, que no iba morada por todo el cuerpo como un nazareno, pero siempre llevaba dos o tres moratones, que muchas veces ni sabía cómo se había hecho.

A lo mejor le hiciste también algún moratón con la RCP, que sería lo normal en tanto tiempo.
 
Al loro el anormal del viejo de la montaña que le cuentan la historia de la muerte de la mujer de sakote y el tío se queda enganchao en si tenía moratones por ir chocándose con las cosas.
 
No, nunca, he conocido gente mas torpona que otras, pero no hasta el nivel de entrar en conflicto constante con los elementos arquitectónicos y del mobiliario.

Cuanto llevabais casados?

Casados trece años, más o menos revueltos desde hace más de cuarenta.
A lo mejor le hiciste también algún moratón con la RCP, que sería lo normal en tanto tiempo.

Creo que le rompí una costilla, tal y como sonó aquello en uno de los empujones.
 
Sakote le curtia el lomo a la mujer y un dia entre farlopa y demas se le fue la mano y tal...estuvo fino achacando el tema a una repentinitis y a la madera tampoco le interesaba mucho escribir por una pareja de yonkis

Aqui paz y despues gloria y tdos ganamos

Eso es lo que yo deduzco de la historia y suelo ser bastante perspicaz
 
La peor experiencia que he vivido es dar el último beso a alguien que va a fallecer, que está falleciendo. Un último beso que quisiéramos estirar hasta el infinito y parar en ese momento, pero que estamos condenados a dejar que se nos escape entre los resquicios del tiempo.
 
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Pero me desdigo, la peor sensación no fue la de hacer las maniobras para sacarla, sino el día siguiente.

Esa madrugada, los que estábamos despiertos nos fuimos al saco con un nudo en la garganta. Al día siguiente en el campamento, por la mañana, reinaba un silencio de los que pesan. Si alguna vez he tenido claro lo que es sentir que el aire se puede cortar, fue en esa ocasión.

Nos dijeron que recogiéramos todo, que se acababa el campamento. Desmontamos las tiendas, el comedor y las construcciones que había. Todo sin decir ni . Todos con la mirada gacha y un lastre sobre los hombros que no podíamos entender. Hasta los niños más críos, los de 6 años que pertenecen a las secciones más pequeñas, parecían estar contagiados por nuestra miseria y se les veía tristes como perros abandonados.

Recuerdo ver cuchichear, a escondidas, a varios monitores, tapándose la boca, como si fueran futbolistas, y abrazándose los unos a los otros. No hacía falta ser un genio para intuir lo peor, pese a que todos nos agarrábamos a la efímera esperanza de que, aunque muy jodida, siguiera viva.

En el autobús de vuelta, nada de canciones. Nada de risas. Nada de nada. Cada uno con sus auriculares puestos. Con mucha congoja en el pecho y sin querer nunca llegar a casa.

Dos horas de trayecto que se hicieron eternas.

Al llegar al local donde nos reuníamos y esperaban nuestros padres, descargamos el bus y el camión con los materiales. Los monitores nos llamaron a las habitaciones que nos correspondían y nos dieron la noticia. Recuerdo ver a uno de mis mejores amigos, que siempre ha sido frío e inexpresivo como una serpiente, romper a llorar desconsolado. Había quién buscaba el abrazo inmediato. Los hubo que salieron sin decir palabra. Otro se puso a pegarle patadas a no sé qué. Yo me sentí muy ajeno a todo, como si nada de aquello fuera real. Como si nada de eso pudiera ser real. Porque no estaba bien, porque no era justo.

Me fui a mi casa, mis padres no vinieron a recogerme. Me conocían demasiado bien y me dieron el espacio necesario para que me fuera dando un paseo y respirase un rato. Por el camino, pasé delante de la casa de la compañera ya muerta. Recuerdo que en la ventana de su cuarto, en un quinto piso de un bloque de quince, había dibujado un corazoncito infantil con el nombre de los que éramos sus amigos en ese momento. Cuando me lo comentó, me pareció algo cursi, una chiquillada propia de una mente enamoradiza e infantil.

Al ver el dibujo indescifrable en la distancia, lloré sin consuelo. Una ancianita que pasa por allí, al escucharme, se paró un momento y me preguntó qué me pasaba. Intentaba animarme y me dijo algo así como que todo tenía solución. Que lo único contra lo que no se podía luchar era contra la muerte.

Precisamente, le dije, precisamente de eso se trata.

Se quedó paralizada y yo me fui a casa. No hablé con nadie. Entré en mi cuarto y me puse a jugar al Final Fantasy VII.

Pasé toda la noche en vela y salí de Midgar al amanecer; al día siguiente tenía que ir a mi primer entierro.

Y follaste 3 veces sin querer en el camino del bus a tu casa.
Lo siento por la chubby, las muertes de adolescencia, ciando eres realmente consciente de la muerte como adulto, son las más difíciles de sobrellevar.
 
Cuando os tiréis veinte minutos haciendo la RCP a vuestra mujer sabiendo en tu interior que ya no hay remedio me habláis de malos ratos...
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La peor experiencia que he vivido es dar el último beso a alguien que va a fallecer, que está falleciendo. Un último beso que quisiéramos estirar hasta el infinito y parar en ese momento, pero que estamos condenados a dejar que se nos escape entre los resquicios del tiempo.
Vamos, hombre, Pardillo, no me vengas con cursiladas ahora. Ese no es tu estilo.
 
Joder, @Spawner, acabo de leer lo de tu compañera en Scouts.
¿Desde dónde o hacia dónde se cayó para quedarse moñeca?

Uno del pueblo de mis abuelos también se murió al caerse del tejado de la típica mansión en ruinas, un verano de esos locos con bicicletas y tirachinas.
Todo dios fue al funeral.
No sabría decirte con exactitud. Era en una zona de acampada en la provincia de Jaén. No es que fuera un tajo enorme, más bien la típica loma en alto. Yo tengo el recuerdo de verla sangrar por las orejas.
 
No sabría decirte con exactitud. Era en una zona de acampada en la provincia de Jaén. No es que fuera un tajo enorme, más bien la típica loma en alto. Yo tengo el recuerdo de verla sangrar por las orejas.
Que te sangren los oídos tras un golpe es síntoma de traumatismo cráneoencefálico. Menudo cabezazo tuvo que pegar
 
No sabría decirte con exactitud. Era en una zona de acampada en la provincia de Jaén. No es que fuera un tajo enorme, más bien la típica loma en alto. Yo tengo el recuerdo de verla sangrar por las orejas.
¡La virgen!
Eso de sangrar por los oídos me suena a que se le desoldaron todas las fontanelas. De no haber muerto, mínimo se queda como Echenique.

Que en paz descanse.
 
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