Me escribió el otro día para preguntarme unas dudas y yo se las contesté. Me mandó una nota de audio diciendo 'te quiero' muchas veces.
Ha sido una semana rara.
Tengo el guapo subido y el deseo sexual por los suelos, lo cual es mala mezcla. Me escribió la de Córdoba para tomar una cerveza, justo el día que me ponía la vacuna, que estaba de trabajo hasta el culo. Le dije que sí pero que a partir de las 10, me dijo que era muy tarde, que mejor otro día. Supongo que es un tren que se ha ido del todo.
El jueves estaba en un semáforo. Se me acercó un muchacho con tatuajes hasta en las cejas. Me dijo que a su amiga, que estaba en la acera de enfrente, le había gustado y me dio su Instagram. Aquello me pareció un poco lamentable. La agregué. Una conversación instrascendente. Me pidió fotos y no se las mandé. 'Cuando suba alguna story, las verás', le dije, 'pero esto es una cuenta más profesional que otra cosa, así que no creo que suba muchas'. Segundo tren.
El sábado muy a almofrzar con mi hermana al pantano. De paso me nadé un kilómetro y medio allí, que quiero hacer algún triatlón. Quedé despues con unos amigos y me tomé dos cañas. Pero, me apetecía estar solo y, al día siguiente, me iba en bici hasta Prado Llano, que es buena paliza y quería descansar. Me tomé la última solo en un bar y me puse a trabajar en un artículo, muy concentrado yo.
La camarera me regaló una tapa 'que te veo yo trabajando mucho', me dijo. Notaba, también, las miradas de una guiri mona pero que no me gustaba mucho. Al ir yo a pagar se me acercó y me dio un poco de coba. 'A qué te dedicas' y eso. Fui cortés y poco más. Estaba cansado y no me apetecía ni follar ni liarme más de la cuenta.
Me fui a casa y me dejé hecha la mitad de la comida de esta semana.