Declaración (gilichupi inside)

Efectivamente, el amar y perder a alguien así, no sé... debe ser sin duda lo peor y no puedo decir que imagine lo que se debe sentir, porque eso habría que vivirlo.

Sólo espero que nunca volvais a pasar por algo así, me he quedado un poco hecho polvo al leer alguna que otra historia de aquí. Algo debe morir para siempre dentro de una persona cuando eso le ocurre. No tengo palabras, de verdad.

Si he pensado, a colación de esto, que cuando se ama y se pierde a una persona al fallecer esta, ¿se tenderá a mitirifcarla, idealizarla?. Creo que si, y si esto es así... ¿podrá esa persona volver a amar a alguien sin que ese recuerdo haga sombra?. Supongo también que sí, pero eso no quitará que esa cicatriz siempre esté ahí, creo yo.

Joder, a veces la vida es una mierda realmente. Pero es gracias a cosas como estas que se ve que el ser humano no sólo es crueldad, tambien tiene una belleza interior que a veces deslumbra a todos los que tiene a su alrededor, y puede tocar algo bueno de ellos.

En fin, no sé, este hilo... no parece de este foro. Muchas gracias, Malacantoche, por lo que has conseguido crear aquí.
 
ruben_vlc rebuznó:
mundele rebuznó:
Gracias, centraca.


¿Qué significa eso?

En rigor, estoy equivocado. Debería decir nortaca.

Se trata de que doy las gracias a Malacantoche por volver con nosotros y por enriquecer el foro con sus aportaciones.

No sé por qué le llaman sudaca, cuando hasta donde yo sé, México pertenece a Amérca del norte.

Es un puto nortaca.:lol:
 
Eterno Navegante rebuznó:
Si he pensado, a colación de esto, que cuando se ama y se pierde a una persona al fallecer esta, ¿se tenderá a mitirifcarla, idealizarla?. Creo que si,

Un buen comienzo es olvidar la fecha de su muerte, no conmemorarla.
 
Un respeto abuelo, que aunque el chino ese me llame nenita una ya tiene sus años. 8-)
 
slezzar rebuznó:
Pero decir que las palabras te quiero te suenan a manipulación y no provocan en ti nada, me dan mucha pena Bell, porque claramente es que sólo te has cruzado con malas cartas en tu camino y es una pena

Tal vez no se ha cruzado con malas cartas: hay gente que, sencillamente, esta vacia.
 
Lo del "te quiero" es una cosa muy curiosa.

Cuando ya se lleva un tiempo de relación, parece casi obligado. Lo ideal sería decirlo cuando realmente es verdad, pero las "exigencias emocionales" a veces te obligan a mentir para evitar males mayores. De todas formas, es algo que a mi me repugna bastante, tanto decirlo como que me lo digan, cuando está clarisimo que detrás de esas palabras no hay sentimientos verdaderos.


Rubén... te quiero. :oops:
 
Gina Gross rebuznó:
(Sócrates, Jenofonte y Bellmalena)
Me uno a los elogios, sólo con los personajes ya me he descojonado.

Rubén_vlc: un suceso común, pero magníficamente narrada, con la inocente belleza que sólo la ignorancia tolera. Siempre que oigo una historia así recuerdo el dicho: cuidado con lo que deseas, que podrías llegar a conseguirlo. Idealizar es más dulce que desenmascarar.

Personalmente, mis declaraciones han sido más por carta que en persona, porque siempre he considerado que mis letras resultaban más atractivas que mis caídas de ojos...

Recuerdo una carta anónima que escribí a una señorita, días después de conocerla en un cursillo, confesándole mi amor y solicitando una cita a ciegas en un idílico paraje del Retiro madrileño. Ella descubrió mi identidad, me llamó y no quiso acudir a la cita, aduciendo su noviazgo con otro tipo. Tres meses después supe que estaba embarazada del fantoche de su novio y que se iba a casar con él.

No volví a saber de la ninfa hasta cinco años después, había encontrado mi carta y quería saber qué había sido de mí. Intercambiamos epístolas, quedamos, descubrí que estaba separada y con hija, pero libre. El amor prendió la llama de la pasión y acabamos juntos.

Moraleja: algunas veces, las palabras, no son raptadas por el viento, sobre todo las escritas.

P.D: si alguien quiere leer la carta, que me la pida en privado y negociaremos condiciones. Es que me hace ilusión recibir mensajitos...
 
ilovegintonic rebuznó:
Veinticinco siglos ha vivido la humanidad engañada creyendo que expresaba amor con palabras y resulta que no. Olé.

¿y, cómo se expresa, a pollazos? xD

Homeshark
 
Malacantoche rebuznó:
Y... ¿cómo han declarado ese amor?

Yo no declaro mi amor. Como bien diría aquí, mi colega:

B000068U01.01.LZZZZZZZ.jpg

"no creo en eso".

Yo creo que los puñeteros cánones tradicionalistas sociales imponen que sea el hombre el que declare su amor a la mujer, y, por ende, invitarla a salir, a enrollarse, o a morderla en el cuello (concesión debida a mr. ILG).

Sin embargo, si es el hombre el que "se rebaja" (entrecomillo) a pedir salir, eso concede autoridad a la mujer para aceptar o rechazar la invitación, permitiendo así a la mujer "dominar" en la relación y abriendo las puertas a un futuro chantaje emocional.

Por no mencionar el desgaste psicológico (por lo menos en mi experiencia personal) que supone ser rechazado repetidas veces, cuando sabes que ellas, en su posición de "meramente receptoras", no sufrirán nunca el mencionado desgaste.

Por tanto, y como método de objeción de conciencia en contra de este hecho, yo nunca declaro mi amor. Si alguna vagina suspira por mí, que su dueña haga el suficiente sacrificio de amor como para asumir el rol del "hombre" en ese aspecto, lo cual además, me concede el poder de llevar las riendas en la relación, el chantaje emocional y demás "armas típicamente de mujer". Cierto es que con mi modo de vida se folla menos, pero te sientes un idealista revolucionario, y eso da mucho gustito.

Lo siento por "arruinar la belleza de este foro", pero es como pienso, podría engañaros ("si se me diera mentir", diría Sabina), pero no vine a este foro a babear, sino a compartir mi sincera opinión.

Un saludo,
Homeshark
 
Cheshire's Katua rebuznó:
La historia de Rubén me ha dejado un poco melancólica, aquí dejo otra historia de amor de adolescencia, que a punto estuvo de terminar en una declaración.

Desde niña me gustaba un amigo de mis primos, se llamaba Jesús. Era un chico fascinante, encantador y físicamente el vivo retrato de Dave Gahan.

davegahan5.jpg


Tenía 4 años más que yo, y le conocí en la época en la que a él le empezaban a gustar las chicas y yo seguía jugando con la granja de Playmobil. Le veía todos los fines de semana y cuando le tenía delante, sólo podía desear que pasara el tiempo deprisa para que dejara de verme como a una niña. Tenía a mi favor el que fuera amigo de mis primos, ya que ese era un lazo que me unía a él, y tenía todo el tiempo del mundo para esperarle.

Cuando por fín me hice una mujercita, él empezó a salir con una chica (amiga del grupo) y lo dí todo por perdido. Deliberadamente me fui separando de todos, porque la admiración infantil se había convertido en algo más, y no podía evitar el sufrir al verle con ella.

Tras esto estuve unos 4 o 5 años sin verle, pero a menudo pensaba en él y en lo que podría haber pasado si yo no hubiese sido una simple mocosa. Por aquel entonces yo tenía unos 19 años. Un sábado sentí el impulso de llamar a mis primos para quedar por la noche, algo que nunca había hecho. Quedamos a las 12 en lo que por aquel entonces era Pachá. Y allí me fui, sola porque mis amigas no querían ir. Pensaba tomarme una cerveza con mis primos y volver con ellas, pero cual fue mi sorpresa, que Jesús estaba con ellos. Nos abrazamos durante unos 5 minutos, antes de articular palabra, y volví a sentirme como aquella cría que suspiraba en secreto por él.

Nos dijimos lo bien que nos habían sentado los años y pasamos horas recordando anécdotas de la infancia. Me contó que ya no estaba con aquella chica, y me preguntó que porqué había desaparecido de escena. No supe qué responder, tendría que haberle dicho la verdad, total, ya daba igual, pero no me atreví. Fue la noche más feliz de mi vida, veía aquello como una segunda oportunidad, pero las horas pasaban deprisa y yo tenía que irme a casa. Antes de irme bailamos un par de lentas (sí, lentas), y jamás me he sentido así entre los brazos de un hombre. Volvimos a abrazarnos y me fui, sin atreverme a darle ni un beso. Me preguntó si el sábado siguiente volvería a quedar con ellos y le dije que sí.

Durante esa semana me planteé si debía confesarle lo que sentía, todo lo que había pensado en él en esos años y me decidí a hacerlo. Algo me decía que iba a ser correspondida, y si no era así, al menos habría aprovechado esa segunda oportunidad. Dios mío, nunca he pasado unos días tan nerviosa como aquella semana. Todo el día planeando cómo provocar que nos quedáramos a solas, cómo iba a decírselo...

El viernes al mediodía llegué a casa, y sonó el teléfono. Era uno de mis primos y apenas le salía la voz. Tardó unos minutos en poder darme la mala noticia. Jesús había muerto en un accidente de tráfico. La noche anterior, cuando iba a trabajar, un malnacido con 4 copas de más se había empotrado contra su R5, llevándose a la persona más especial que he conocido nunca. Quise morirme con él.

El sábado asistí a su entierro, y le confesé mi amor en silencio, mientras el funcionario de turno sellaba su tumba. Eso es lo más parecido a una declaración de amor que he hecho nunca.


estas cosas no se hacen .

contarlas en un foro, asi .

lamento que alguien tenga que vivir esto .


me voy tocado a la cama, y lo digo en serio .
 
Li_On rebuznó:
estas cosas no se hacen .
contarlas en un foro, asi .
lamento que alguien tenga que vivir esto .
me voy tocado a la cama, y lo digo en serio .

Pues medite sobre el maxi quoteo, ya que no va a dormir.
 
Siendo niño -no creo que tuviera más de 11 ó 12 años-, conocí a una chica que estuvo profundamente enamorada de mí. Se llamaba Inma y vivía en la misma calle que mis abuelos, así que la veía casi a diario cuando iba a jugar allí por las tardes. Inma me escribía todas las semanas una carta de amor, una de esas cartas de amor que escriben las niñas llenas de corazones, rimas y poesías prestadas, abusando de los colores. Recuerdo también que un día me regaló una caja vacía de Bombones Helados de Miko para que guardara allí las cartas, imagino que ese gesto tuvo su gracia ya que le hice caso y usé aquella caja de cartón para tal fin. Yo no abría las cartas hasta que llegaba a casa y me divertía leer todo lo que en ellas me contaba, me divertía pensar que todo aquello lo provocaba yo sin dar nada a cambio.

En aquel entonces a mí me hacía gracia una chica del mismo grupo que se llamaba Elena, una chica que pasaba olímpicamente de mí, por cierto. Pero me gustaba fantasear que las cartas eran en realidad de Elena y que sólo su timidez provocaba que fuese Inma quien me las entregara. Todo cuadraba en mi fantasía, era un triángulo perfecto: a mí me gustaba Elena, a Inma le gustaba yo e Inma odiaba a Elena con toda su alma. Este odio recurrente era la base de mi fantasía.

Cierto día, creo que en verano, me cansé de todo esto. Llevaba un par de semanas sin coincidir con ellas y mi fantasía se había perdido en algún rincón. Cogí la caja y bajé a la calle y, sin pensarlo ni un segundo, le prendí fuego delante de la autora, esperé a ver cómo ardían sin decir ni palabra y luego me di media vuelta y me fui, mientras escuchaba el llanto de aquella niña.


En aquel momento yo no era consciente de lo que hacía, no sabía qué parte de nosotros hay en cada mensaje-carta-post que se escribe y mucho menos sabía que se podía vivir amando a alguien para el que no significamos absolutamente nada. Pero, y así lo creo firmemente, todos nuestros actos dejan un rastro, un rastro que de forma cíclica se presenta ante nosotros: 18 años después, 10 años, un año después… Inma, escúchame, sé que te hubiese gustado ser testigo de mis fracasos, sé que es posible que no haya sitio en tu memoria para un idiota como yo, pero hoy he escrito este post por ti, porque la vida me ha enseñado a compartir tu sufrimiento y la sombra de mis actos se ha perfilado más allá de los años para presentarse cuando menos lo esperaba. Cerremos este círculo , estés donde estés, siente que así debe ser.


Resulta curioso, de Elena no recuerdo ni la cara.
 
Atrás
Arriba Pie