Victor I
Freak
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- 24 Ene 2006
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Yo antes era muy sensible, pero no ese tipo de sensibilidad que enaltece a los artistas y les guía hasta la profundidades del alma para fecundar su creatividad. La mía era un sensibilidad más dirigida a los escrúpulos y los melindres, más de mojigato angustiado que no sabia digerir determinados compromisos postcotiales. Una vez recuperada la lucidez mental que permanecía obturaba por un exceso esperma, me suponía un esfuerzo ciclopeo mantenerme en presencia de aquellos seres cuyas grotescas formas y lacerantes conversaciones explosionaban repentinamente en mi presencia.
Cuando uno esta en pleno delirio pasional, infectadado hasta las cejas por una sobredosis de testosterona, su capacidad de juicio se enturbia como un estanque embarrado. Confunde formas y sonidos, todo lo juzga excelente y razonable, todo le excita y le motiva, a todo sus fuerzas y su paciencia alcaza. Pero, ay amigos, realizada las descarga, los ojos recuperan la capacidad para enfocar y visualizar correctamente; el oído percibe como estridente lo que antes era canto de jilguero y la presteza y las fuerzas que tan dipuestas se mostraban languidecen ante la nueva hembra aparecida.
Donde antes había un coño para follar, maravilloso y eximio, ahora nos encontramos con un orco en plena época de la berrea reclamando su dosis de ternura y los poemas con los que la ametrallaste antes del polvo. Y ahi me paralizo, ahi me bloqueo, ahi es el crujir de dientes y los sudores frios, ahi es la escarcha blanqueando mi capullo. Entonces si, entonces el título del hilo esta hecho para mi. Ahi es cuando mis piernas se transfiguran en alados Mercurios, deseando echar a volar. La de surrealistas excusas que he tenido que inventar para conseguir huir de esos terribles momentos donde una morsa del Ártico me pedía mimos mientras restregaba sus recios bigotes en mi cara.
Yo soy de los que huyen, de los que salen por la puerta dejaron un fresco rastro de semen mientras me disculpo apresuradamente antes de me echen el lazo me y pidan un momento teletubbie. "Corre Forest, corre", me repito en mi cabeza para darme ánimos mientras enfilo velozmente el umbral de la puerta.
Cuando uno esta en pleno delirio pasional, infectadado hasta las cejas por una sobredosis de testosterona, su capacidad de juicio se enturbia como un estanque embarrado. Confunde formas y sonidos, todo lo juzga excelente y razonable, todo le excita y le motiva, a todo sus fuerzas y su paciencia alcaza. Pero, ay amigos, realizada las descarga, los ojos recuperan la capacidad para enfocar y visualizar correctamente; el oído percibe como estridente lo que antes era canto de jilguero y la presteza y las fuerzas que tan dipuestas se mostraban languidecen ante la nueva hembra aparecida.
Donde antes había un coño para follar, maravilloso y eximio, ahora nos encontramos con un orco en plena época de la berrea reclamando su dosis de ternura y los poemas con los que la ametrallaste antes del polvo. Y ahi me paralizo, ahi me bloqueo, ahi es el crujir de dientes y los sudores frios, ahi es la escarcha blanqueando mi capullo. Entonces si, entonces el título del hilo esta hecho para mi. Ahi es cuando mis piernas se transfiguran en alados Mercurios, deseando echar a volar. La de surrealistas excusas que he tenido que inventar para conseguir huir de esos terribles momentos donde una morsa del Ártico me pedía mimos mientras restregaba sus recios bigotes en mi cara.
Yo soy de los que huyen, de los que salen por la puerta dejaron un fresco rastro de semen mientras me disculpo apresuradamente antes de me echen el lazo me y pidan un momento teletubbie. "Corre Forest, corre", me repito en mi cabeza para darme ánimos mientras enfilo velozmente el umbral de la puerta.