Lebrom rebuznó:
Oye croqueta, ¿y de los Renault qué me dices? Los últimos tres coches de mi padre han sido renault, en mi opinión puta mierda todos, mucha avería chorra, no sé si es algo generalizado o mala suerte, pero un tercio de su vida lo pasaron en el taller. Él en cambio encantado, duraban poco pero lo gozaba mientras. Nunca te fies de los franceses. Ahora tiene un ford que de momento no le ha pasado nada y ya lo tiene desde hace bastante, pero no lo veo muy convencido.
Los Renaulistas (fijaos lo parecido que suena a Raulista, algo pasa ahí...) son gente extremadamente fiel. Les perdonan pequeñas y grandes averías a los suyos, y siguen ciclos vitales completos, por ejemplo Renault 8 --> Renault 11 --> Renault 19 --> Renault Laguna.
Los llevan además al taller oficial, como si allí siguiera el mecánico de toda la vida (ese Teo de la Renault de Móstoles, Talleres Clemente...).
Los antiguos, cuando no había mucha electrónica, eran motores robustos (conozco sobre todo los gasolina, los diesel eran de gente de muy de pueblo). Luego, es verdad que ha habido una época de fallos chorras de electrónica, bien de elevalunas, luces, o fallos en la centralita. Un colega de mi anterior trabajo, se quedó con la dirección fija mientras iba por la M-40, un Clio de 3ª generación (el anterior al actual). No es que se fuera la asistencia, es que por lo visto el volante parecía la rueda de abrir la puerta del castillo, a duras penas pudo sacarlo a un arcén y llamar a la grúa.
Si te salen buenos, salen muy buenos. Pero si tengo que elegir una marca francesa, me quedo con Peugeot, ahora mismo el 308 y el 508 son coches majos, aunque no sean muy llamativos. Aunque de las marcas europeas "de acceso", me gusta mucho más Ford.
De los Renault actuales, sólo me gusta el nuevo Clio, y en un momento de locura, el Laguna Coupé, porque lo banearán en breve y sale barato. El Laguna IV sale en 2015, y con él desaparecerá el Laguna Coupé. No creo que vuelvan a sacar otro, parece que no se ha vendido mucho. No son tiempos de caprichos, los coupés eran para tiempos burbujiles y albañiles con fajos de billetes en la mano.