¿Al final cuando viniste a Londinium te alquilaste un buga para ver qué tal eso de conducir por la izquierda? Si es que sí, ¿qué tal la experiencia?
En mi caso, lo de conducir por este país es algo que me pone de los putos nervios. Lo hice una vez, un viaje desde Londres, donde alquilé un coche (otomático, porsupu), hasta Rhosllannerchrugog, al norte de Gales, y de ahí hasta Conwy, más al norte aún, al día siguiente, y volver, y fue el puto infierno. EL PUTO INFIERNO. Según salí del garage de Avis en Londres le metí un cate a la puerta que me cagué en sus putos muertos creyendo que no había andado ni cien metros sin ahostiarme, y todo por tener el volante al otro lado. Ya me veía pagando el arreglo, porque no contraté el seguro, pero por suerte al bajarme a comprobar no había ni rastro del golpe. Claro, uno está acostumbrado, al tener el volante en la izquierda, a que el resto del coche quede a tu derecha, así que te posicionas instintivamente de tal manera que tu cuerpo vaya en la parte izquierda del carril. No sé cuántas hostias le metí a la rueda con todos los putos bordillos que me iba encontrando. Ir por la carretera y creer que el hijo puta que te viene de frente es un kamikaze es lo de menos, y tener que adelantar por la derecha es perfectamente fácil, lo peor son las putas rotondas, donde todo, absolutamente todo, funciona al revés, y cuando uno en vez de entrar a la rotonda y doblar a la derecha mientras mira que no le vengan los coches por la izquierda tienes que doblar a la izquierda mientras miras que los coches no te vengan por la derecha y con cuidao de no comerte el bordillo, te haces la picha un lío y lías una que pa qué; si no me maté por este mismo motivo es porque la misericordia de Dios es infinita. Qué puto horror. No he vuelto a conducir jamás por aquí, ni ganas.