Venga una historieta de sexo, flautas, violencia y polla noir. Como gusta en esta casa.
Vamos a llamarla a ella: Marilolis.
Corrían mediados de los años 90 en Catalonia cuando el tema inmi ya estaba en boga.
Pues bien, mi ex tenía de amiga a Marilolis y era una hija de papi antisistema con todos los cliches más que de sobra conocidos.
Con la pasta de papá, se recorría África y Sudamérica a todo tren, vestida con harapos pero con una tarjeta VISA cargada a tope de pasta. Hasta aquí pues nada demasiado espectacular, ni sorprendente.
El caso es que siempre estaba dando por culo en cualquier reunión o cena con el tema inmi, que que insolidarios somos, que se nos tendría que caer la cara de vergüenza, que pobre gente, que ha visto cosas, brau, brau, brau, brasa, brasa, brasa.
Pero entonces tuvo una grandérrima idea: liarse con un inmi sin papers, este era concretamente un negro musulmán ghanés. Yo, y los demás, le advertimos del berenjenal en que se estaba metiendo y ella siempre soltaba su ecuación: inmi igual a buena persona.
Pues nada, para su casa que lo metió con olor a incienso y porro con posters reinvidicativos y ahora una nueva pincelada olorosa a cuero.
Un día nos invito a comer nyami (patatas cocidas con una salsa roja que pica como su puta madre) para presentarnos oficialmente al mozo y ahí las cosas ya vi que andaban torcidas. Se mascaba como cierta tensión en el ambiente y eso que el chico era educado pero ella estaba como tensa y le iba soltando pullitas al noir.
Pasa el tiempo... Y la reencontramos bastante desmejorada pero bien vestida y sin rastas, en una terraza nos contó la story:
- El negro resulta que era más vago que la chaqueta un guardia, y pasaba de currar y arreglarse los papeles como de comerse un bocata de tuercas, encima era pijillo y sólo quería ropita guay de marca, y si no le daba caprichillo la tenían pero buena, por supuesto de cocinar y limpiar es que ni por el forro.
- Para más INRI, le obsequiaba con generosas cornamentas que su tipazo fibroso de metro noventa con la chonis que ligaba en discotecas, porque ella de salir rien de rien, que las llaves de casa las tenía él y la tenía bien encerrada en el piso. Por lo visto también era de mano sueltecica, un primor de persona, oigan.
El padre se enteró de todo y le cortó el grifo a la chavala. Y cuando se acabó el money empezaron los problemas de verdad: amenazas, denuncias, policemen cada dos por tres, hasta que consiguió echar al ghanés de los cojones.
Pues bien... De lo último que sé es que se casó, y por la iglesia, con un piji como él, tienen chaletazo y un par de churumbeles.
Pues tóquense los cojones que no ha cambiado su idea de los inmis=santitos y ahora, vestida de Dior, continua siendo pro refuggees y dando la turra con el tema... Anda que si papi no te hubiera sacado del lío, Marilolis.
Algún día alguien tirará de hemeroteca y le soltará un buen zasca en todos los morros a Marilolis cuando esté dando la chapa. O tal vez no, y ya han dejado a la chavala por retrasada y no hacerle ni puto caso.