El hilo de las cosas sin explicación (No Friker).

Texas Hold´em

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19 May 2010
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Sin el ánimo de caer en el misticismo, lo sobrenatural y las creencias personales (que para eso ya está el hilo del opio del pueblo) abro este hilo en el que todos estáis llamados a narrar todos aquellos sucesos sin aparente explicación que alguna vez os han sucedido en la vida.

Como digo, no se trata de entrar a valorar si es algo sobrenatural o no, ni si los fantasmas, los ovnis, los cruces dimensionales o los ángeles/demonios existen. Sencillamente se trata de comentar aquello que, en última instancia, sólo sabéis que visteis, oistes, sentisteis o experimentasteis, sin que en un principio aquello fuera posible. Aunque, por supuesto, también sois libres de intentar dejar vuestra propia explicación o interpretación al respecto, sin descartar que sufráis de esquizofrenia.

Comenzaré yo, como es de rigor. He tenido y he oído de la mano de mis mejores amigos varias experiencias cuanto menos curiosas, pero comentaré dos de las que me sucedieron personalmente, porque fueran las que más me extrañaron o me pusieron los pelos de punta:

- Cuando tenía 16 años, estuve durante un verano trabajando en un puesto de helados en un paseo bastante transitado de una ciudad turística. El puesto estaba abierto por dos lados, por el frente y por el costado izquierdo, con ventanillas rectangulares que abarcaban todo el campo de visión, excepto una columna en la esquina, básicamente para que el techo no se viniera abajo.

Una tarde-noche no había mucha gente paseando y yo estaba apoyado sobre una cámara a la espera de que se acercara algún cliente. A esto que miré para el lado izquierdo y vi aparecer un monje tibetano, andando parsimoniosamente y con la mirada al frente. Me sorprendió porque era una ciudad pequeña y nunca había visto nada igual, pero tampoco me pareció extraño del todo.

El asunto es que el monje continúa andando hasta llegar a la columna con el punto muerto de visión. Espero unos 10 segundos y veo que siguen sin aparecer por ningún lado (sólo podía girar a izquierda o derecha y debía aparecer obligatoriamente en el campo de visión). Así que después de esperar esos segundos, me asomo... y no estaba por ningún lado. Incluso salté por encima de la ventanilla y me asomé mirando en todas las direcciones: no había nada. Me acerqué a preguntar al puesto de al lado ''Oye, has visto al tío ese que acaba de pasar vestido de monje?'' Nadie había visto nada. Se había esfumado, o bien de algún modo nunca estuvo allí :53

- Esta otra fue también a los 16 o 17 años, cuando salía de mi portal a las 7:00 camino al autobús del instituto. Mi portal tiene un giro al salir del ascensor, en el que ya sólo enfilas 4 o 5 escalones hacia abajo y delante queda la puerta de la calle y detrás sólo una pared.

Pues aquella mañana salí del ascensor, bajé las escaleras y cuando iba a abrir la puerta de la calle: ¡bang!

Una pieza de metal lanzada desde atrás me pasó silbando la oreja y se estrelló en el cristal de la puerta. Mi primera reacción obviamente fue girarme en una fracción de segundo y ver que allí no había nadie, además de estar en absoluto silencio. Le eché huevos, subí las escaleras otra vez y miré si había alguien en el ascensor o en las escaleras, pero no había nadie.

Como digo es imposible que la pieza saliera disparada de ningún sitio, porque detrás sólo estaban las escaleras y una pared. La pieza en cuestión no supe identificarla, pero era pesada y parecía algún tipo de rosca. Tampoco me paré a analizarla mucho porque después de ver que allí no había nadie salí del portal cagando hostias :lol:

¿Y vosotros, tenéis alguna historia que no podáis explicar?
 
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Años ha, yendo a Badajoz. En medio de ningún sitio por la A-5 (hay muchos así por Extremadura) a las tantas de la noche. Así éramos la juventud, de cachondeo con los amigos hasta las tantas, coger el coche, y toda la noche hasta la base para desfilar por la mañana. Acaba el desfile y vuelta a Madrid a seguir con la fiesta. Puta mili. Me desvío del tema.

Niebla indecente, ni Dios a esas horas en ningún sentido y, a 15-20 metros por encima del coche, pasa una puta luz brillante de la hostia. Demasiado rápida para helicóptero. Demasiado bajo para avión. Su puta madre, clavo frenos sin ABS del 205 y la puta luz desaparece. Ni ruido ni pollas en vinagre. Echo la pota, se me pasa el pedo en medio segundo. No recuerdo ir de nada más que de alcohol pero sí recuerdo que fui todo el puto viaje acojonado.

Así fueron las cosas, y así se las he contado.
 
Yo todo lo que he visto se puede achacar a las drojas y casi mejor así :lol:
 
Yo todo lo que he visto se puede achacar a las drojas y casi mejor así :lol:

Yo también, lo único medio para-subnormal que me ha ocurrido o que recuerde, lo achaco a la priva. Iba de vuelta en un tren medio dormido y de repente oigo un grito, el cual podría describir como una niña siendo acuchillada por Satanás al lado mio, que me espabiló por el articulo 33. Supongo que fue el tren frenando o algo, pero vamos, volví a casa fresco como una rosa.
 
Una vez una cabina me devolvió el cambio. Escalofriante.
 
Lo mas parasubnormalprofundo que me ha pasado fue a los 22 o 23 años no recuerdo exactamente.
Terminaba de haber pasado un buen rato con una teen anoréxica con la que salía entonces. Y a la que le gustaba llevarme a la cochera de su papi para que nos lo montáramos dentro del coche para no pasar frío, era invierno.
El caso es que serían las 4 de la madrugada mas o menos.Y volvía a casa de mis padres andando por una Astorga completamente desierta, en la que no se oía el mas mínimo ruido y cubierta por la niebla.
Había tanta niebla que podía notar como se amortiguaba el sonido de mis pasos al andar.
Yo ya procuraba andar deprisa, porque entre que había poca iluminación artificial y la niebla, ya iba con cierto canguelo. El ambiente daba muy mal rollo aquella noche.
Cuando ya estaba cerca de casa de mis padres ocurrió.
Oí entre la niebla un grito de mujer desgarrador que me heló la sangre.Pero no fue un grito largo seguido de sollozos, no, fue corto y desgarrador. Lo cierto es que me quedé pálido.
Mientras iba camino a casa trataba de mirar con cuidado en cada esquina por si hubiera un asesino o algo peor, pero no vi nada, llegué a casa y al día siguiente salí a investigar por los descampados cercanos, no se si esperaba encontrar un cadáver como hizo mi vecino, en parte me hacía hasta ilusión. Pero no vi nada.
Este fue el cadaver que encontró el vecino. Menudo tío con suerte.
http://www.elmundo.es/elmundo/2005/08/28/sociedad/1125223222.html
 
Siendo yo muy pequeño (5 o 6 años) estaba solo en casa de mis padres y en su habitación comencé a ver formas flotantes que me rodeaban que cambiaban de color como luces estroboscópicas, alrededor de 20 o así, cuando me acercaba a tocar una huía de mi, no iluminaban nada, eran como pedazos arrancados de una revista, rectangulares y filosos, todo muy raro. Tambien puede ser que lo soñase todo pero es uno de mis primeros recuerdos así que no sé...
 
Hace año y medio conduciendo hacia el trabajo todavía de noche por la autovía detecto y miro por el retrovisor central las luces del típico coche que se acerca y te va a adelantar, pasados unos segundo al ver que no ocurre nada miro por el retrovisor izquierdo y solo veo oscuridad y a continuación por el central y mas oscuridad, me quedé pillado a la vez que agarrotado en un escalofrío, seguí mirando a ver si alguno de los coches lejanos se paraba porque había un accidente pero no... aun hoy me acuerdo de vez en cuando y me entra algo de canguele.
 
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Hace año y medio conduciendo hacia el trabajo todavía de noche por la autovía detecto y miro por el retrovisor central las luces del típico coche que se acerca y te va a adelantar, pasados unos segundo al ver que no ocurre nada miro por el retrovisor izquierdo y solo veo oscuridad y a continuación por el central y mas oscuridad, me quedé pillado a la vez que agarrotado en un escalofrío, seguí mirando a ver si alguno de los coches lejanos se paraba porque había un accidente pero no... aun hoy me acuerdo de vez en cuando y me entra algo de canguele.

El adelantador de la curva.
 
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Una vez vi una foto borrosa de un comercial que no era un saco de basura con patas junto a un funcionario que hacía su trabajo de la forma más eficiente posible sin tirarse 2 horas desayunando y el resto con el whatsapp.

Mirad, la encontré
bigfoot-film_fe.jpg

Son los que salen a la derecha, entre la maleza.
 
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Pues leyendo el hilo me ha venido una a la memoria.

Salía yo al amanecer de cierto polígono industrial bastante popular como picadero con mi chavala de entonces y justo a la salida del mismo nos cruzamos con un coche. Para volver a la civilización había que cruzar por un pequeño trozo de carretera bastante estrecho por el cual dos coches en sentidos contrarios pasaban con cierta dificultad y lo normal en esas circunstancias era que uno se desviara un poco justo a la mitad del tramo, donde un saliente ensanchaba un poco el camino para permitir pasar al otro. El problema es que nos cruzamos justo cuando ese ensanche quedaba un poco lejos para dar marcha atrás hacia el mismo, con lo que se produjo la típica situación de vernos dos coches de cara y no tener muy claro quien debe maniobrar para que pase el otro.

En estas que miro al tipo del coche de enfrente e inmediatamente percibí como algo diabólico en su mirada, como un vacío en sus ojos que no soy capaz de explicar pero que estaba ahí. Al ver que yo le hacía gestos para que hiciera marcha atrás hasta el comienzo del tramo haciéndole entender que era lo más sencillo porque a mí me pillaba más lejos se quedó parado unos segundos, pareció hacer un gesto contrariado y echó marcha atrás para que yo pudiera pasar. Pero el tema es que en cuanto estuve tan sólo unos centímetros más allá de a su lado me miró un instante con esos putos ojos exangües de animal enjaulado mientras aceleraba para seguir su camino y en el acto se pusieron a temblar súbitamente las cuatro puertas de mi coche de un modo brutal y fuera de toda lógica, como si todo el mecanismo del cierre centralizado se hubiera vuelto loco y estuviera sufriendo un terremoto nivel 7 en la escala Richter. Algo casi en plan "Encuentros en la Tercera Fase" :shock::shock::shock:

Afortunadamente el temblor fue intenso pero breve y pasados unos segundos todo había vuelto a la normalidad... salvo nuestras caras de absoluto escalofrío y WTF, porque ambos habíamos sentido como esa especie de electricidad extraña que provenía de aquel sujeto... pero racionalizar lo ocurrido iba a ser bastante más complicado. Sólo os digo que desde aquello siempre que leo un libro de Stephen King donde aparece descrito Randal Flagg lo asocio automáticamente con aquel tipo :???:

Como daba la casualidad de que tenía que hacer la revisión del coche al cabo de un par de semanas, aproveché para decirles a los del taller, sin comentarles lo ocurrido, que revisasen bien todo el sistema del cierre centralizado y las puertas. El resultado es que todo estaba y funcionaba perfectamente, cosa lógica porque además era un coche bastante nuevo. Así que no existía absolutamente ningún motivo mecánico que pudiera explicar sensata o científicamente la violentísima sacudida que experimentamos.

Como tantas otras cosas lo había enterrado en el olvido y ya no tengo ni aquella chica ni aquel coche. Pero ahora mientras lo escribía os juro que se me han vuelto a poner los putos pelos como escarpias :lol:
 
Lo mas parasubnormalprofundo que me ha pasado fue a los 22 o 23 años no recuerdo exactamente.
Terminaba de haber pasado un buen rato con una teen anoréxica con la que salía entonces. Y a la que le gustaba llevarme a la cochera de su papi para que nos lo montáramos dentro del coche para no pasar frío, era invierno.
El caso es que serían las 4 de la madrugada mas o menos.Y volvía a casa de mis padres andando por una Astorga completamente desierta, en la que no se oía el mas mínimo ruido y cubierta por la niebla.
Había tanta niebla que podía notar como se amortiguaba el sonido de mis pasos al andar.
Yo ya procuraba andar deprisa, porque entre que había poca iluminación artificial y la niebla, ya iba con cierto canguelo. El ambiente daba muy mal rollo aquella noche.
Cuando ya estaba cerca de casa de mis padres ocurrió.
Oí entre la niebla un grito de mujer desgarrador que me heló la sangre.Pero no fue un grito largo seguido de sollozos, no, fue corto y desgarrador. Lo cierto es que me quedé pálido.
Mientras iba camino a casa trataba de mirar con cuidado en cada esquina por si hubiera un asesino o algo peor, pero no vi nada, llegué a casa y al día siguiente salí a investigar por los descampados cercanos, no se si esperaba encontrar un cadáver como hizo mi vecino, en parte me hacía hasta ilusión. Pero no vi nada.
Este fue el cadaver que encontró el vecino. Menudo tío con suerte.
http://www.elmundo.es/elmundo/2005/08/28/sociedad/1125223222.html
Niebla,frío,invierno...
La noticia es de agosto de 2005, amego.
 
Hace 8 años, cuando me compre el leon, coincidio con que un colega mio (que es bastante rayao, rollo celoso a tope, de un humor cambiante, en plan "eres mi mejor amigo", pides una ronda cuando a el le queda media copa "te odio porque no me has pedido una a mi") estaba de bajona porque habia roto con la que era su novia.

como vivia en casa de sus viejos que lo machacaban para que le pidiera perdon de rodillas a la chica porque segun ellos era un mierda que no iba a encontrar un pedazo de pan como aquella pobre chica, procurabamos turnarnos para sacarlo a dar un pirulo por las tardes para que no se rayase mas no fuera que se matase el o fuera y matase a la otra o alguna mierda de estas, ya que lo conocemos de hace mucho y esas eran posibilidades con muchas papeletas.

Total que el dia que me dieron el coche, en lugar de ir con mi piva, dijimos de quedar unos amigos y eso para que me acompañasen, verlo y probarlo, porque era el primer coche que me compraba nuevo y demas...

Bien, pues ya de camino el chaval iba con el nubarron encima de la cabeza, "que mira la puta esta, yo aqui jodido y ella zorreando con las amigas, eso es lo que le importaba y noseque..."

los otros dos y yo callados como botijos, llegamos al concesionario, me suelta las paridas el pavo de turno, nos metemos en el coche, me regulo el asiento, lo saco del concesionario con mas miedo que ilusion por no rayarlo con nada y con la ilusion empiezo a tocar botones "que mira esto es para el blutuz, esto debe ser para leer el mp3 de tal" y asi con todas las mierdas que nunca habia tenido en un coche.

Y derrepente el pavo este pega una voz "te crees que me importan ahora las cosas de tu puto coche!"

y van y se joden las bombillas de las luces de cruce asi del tiron.

Claro, nos quedamos de corcho y tal, pero no le dimos mas importancia.

Total, que como eran las seis y pico, doy media vuelta, vuelvo al concesionario "oye, que se le jan jodido las luces al coche, a ver si me van a estar petando cada 15 dias o algo, que me lo revisen que me cago en dios".

me cambian las bombillas, le meten el vas com al coche a ver si esque les va un amperaje o un voltaje raro a los casquillos y nada, todo normal.

y desde entonces hablamos de aquello entre risas "te acuerdas el dia que te rompio el bacho las bombillas del coche?"

yo me rio por fuera pero la noche que me acuerdo, cuando apago la luz del baño despues de mear para irme a dormir, cruzo el pasillo a velocidad "correr para que no me coja el mostro".

RESUMEN: Una vez se me fundieron las dos luces de cruce a la vez.
 
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Voy a contaros otra en la que no sé por qué no había caído al abrir el hilo, y que además es con diferencia la más brutal de todas las que me ha tocado vivir, porque más que una anécdota en si, es un combo de anécdotas a cada cual más escalofriante cada una. Penséis lo que penséis al respecto, tanto por la longitud del mensaje como por la forma en que lo narro (supongo que la mayoría ya sabéis cómo me las gasto con mis ladrillos) tened clara una cosa: no me he inventado ni una puta cosa de lo que voy a contar. Porque contando cosas como esta uno tiene, desde luego, mucho más por perder que por ganar, por motivos obvios.

Todo empieza cuando yo tenía unos... 9 o 10 años. Mis padres aún estaban juntos y vivíamos en Cantabria, en un dúplex en el que arriba estaban las habitaciones principales -incluida la que compartíamos yo y mi hermano, con dos camas individuales- y abajo la cocina, una habitación de invitados y el salón, con un baño en cada planta.

La habitación que compartíamos mi hermano y yo se encontraba justo enfrente de las escaleras que conectaban ambas plantas, con lo cual si en la planta de abajo estaban encendidas las luces del comedor o el salón, entraba un buen manantial de luz que dejaba nuestra habitación en una semipenumbra. En aquella época mis padres solían dejarnos la puerta abierta por si los llamábamos o necesitábamos algo y ellos, que no eran de acostarse especialmente pronto, muchas noches se quedaban en el salón viendo la televisión, leyendo o jugando a las cartas.

Pues bien, una de esas noches en las que mi hermano y yo ya llevábamos un rato durmiendo, me desperté. No sé qué hora era, pero no debía ser ni muy pronto ni muy tarde, porque la luz de la planta de abajo estaba encendida y proyectando en nuestra habitación la luz suficiente como para percibir la silueta de un tío de gran envergadura, curiosamente ataviado con un sombrero fedora clásico (AKA cowboy) y una gabardina. Estaba ahí quieto, mirándome fijamente al pie de mi cama.

Lo lógico es pensar que fue algo breve y que fue un sueño: ni de coña. Recuerdo perfectamente que me tiré muy fácilmente 1 o 2 horas en la cama, mirando de reojo a cada rato mientras seguía ahí y yo me hacía el dormido y me movía en la cama lo más suavemente que podía. Básicamente, acojonado de pies a cabeza. Hasta que al final, a fuerza de fingir, me volví a dormir de verdad. Sí, lo sé, vaya instinto de supervivencia más digno de LOL :lol:

Después lo típico en estos casos, al día siguiente pregunto a mis padres si habían subido a la habitación para ver como estábamos o algo y dijeron con toda seguridad que no habían entrado en toda la noche. En cualquier caso, si lo hubiera hecho mi padre desde luego no iría ataviado de aquella manera tan peculiar, aunque a decir verdad no recuerdo si a ellos les mencioné cómo iba vestido. Sí recuerdo que dijeron que ''me lo habría parecido''.

El asunto es que en esa casa siempre habían pasado algunas cosas un poco raras. Por las noches se oían golpes en la planta de abajo y al día siguiente la puerta del salón siempre amanecía abierta y el sofá meado por el perro, cuando siempre se cerraba la noche anterior. Solíamos pensar que el perro de algún modo saltaba y empujaba hacia abajo el picaporte varias veces hasta abrirla, para mearse. Pero me cuesta creerlo porque aquel chucho idiota no aprendió en toda su vida ni a dar la pata, ni a sentarse, ni a tumbarse. Así que no lo veo capacitado para abrir puertas :face:

También mi madre, que jamás en toda su vida ha creído en supercherías, tuvo que contactar con una ''bruja'' de la zona, porque decía que por las mañanas cuando mi padre se iba a trabajar, se despertaba de golpe cuando se le ponía un peso enorme encima, como una persona, que no la dejaba respirar ni moverse y así la tenía un rato. Al final la ''bruja'' le dijo que la próxima vez que le ocurriera intentara gritar con todas sus fuerzas ''¡vete de mi casa!''. Y así lo hizo mi madre y, según ella, nunca más volvió a pasarle nada así. Quizá fuera algo psicológico, o quizá no. Nunca lo sabremos.

El asunto es que nos fuimos de Cantabria y después de mil y un cambios en mi vida me encuentro en 2014, hace apenas dos años. Estoy hablando de madrugada con una chica a la que he conocido en una página de internet y surge este tema, el de las cosas extrañas o ''paranormales'' que nos habían sucedido. Y la tía me dice que a ella le han pasado cosas muy fuertes, que no me las ibra a creer y tal. Que mejor le contara yo primero.

Así que recuerdo que le conté la anécdota del portal y no sé qué más y de repente empiezo a contarle la anécdota de la figura al pie de mi cama. No tuve más que empezar a decirle que había un hombre al pie de mi cama cuando de repente me interrumpe de golpe y me dice:

¡Dios, espera, no me lo digas!. ¿Con sombrero, gabardina y guantes?

No sé si quiera si podéis llegar a imaginar el escalofrío tan enorme que sentí en aquel momento. Creo que posiblemente no he pasado tanto miedo en toda mi vida. Le digo que cómo cojones sabe eso, porque joder, las probabilidades de acertar en unos detalles así son ínfimas. Y me dice que lo sabe porque ella también lo vio al pie de su cama cuando era más pequeña. Le comenté todo esto que os he mencionado de la casa y me dijo que en su casa la cosa había ido más allá. Me juró y perjuró que una tarde estaban ella y su hermana solas en la cocina y los varos, sartenes y cacerolas empezaron a volar y a chocarse contra las paredes :lol:

No entraré a valorar si es cierto o no. Lo que sí es indudable es que debió ver la misma figura que yo, porque de lo contrario jamás podría haber llegado a ese nivel de detalles. Ella en particular recordaba que llevaba guantes, yo no, o no me fijé lo suficiente.

El asunto es que decidimos buscar en internet las palabras clave: ''hombre sombra sombrero gabardina'' (os animo a buscarlo). El resultado fueron muchas páginas, obviamente todas ellas de temática paranormal y de rancio abolengo, hablando de la supuestamente frecuente aparición de dicho individuo/cosa bajo circunstancias prácticamente idénticas en la mayoría de los casos.

En internet los definen de muchas maneras, pero yo me abstengo de eso porque sería especular. Sólo sé lo que vi y ahora vosotros también.

sombra-el-hombre-del-sombrero-hat-man-L-DgEKJC.jpg


sombra-el-hombre-del-sombrero-hat-man-L-4Ig3D9.jpeg


Sin duda la que más se asemeja a lo que yo vi es esta:

Apariciones-Hombre-del-Sombrero.jpg
 
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Voy a contaros otra en la que no sé por qué no había caído al abrir el hilo, y que además es con diferencia la más brutal de todas las que me ha tocado vivir, porque más que una anécdota en si, es un combo de anécdotas a cada cual más escalofriante cada una. Penséis lo que penséis al respecto, tanto por la longitud del mensaje como por la forma en que lo narro (supongo que la mayoría ya sabéis cómo me las gasto con mis ladrillos) tened clara una cosa: no me he inventado ni una puta cosa de lo que voy a contar. Porque contando cosas como esta uno tiene, desde luego, mucho más por perder que por ganar, por motivos obvios.

Todo empieza cuando yo tenía unos... 9 o 10 años. Mis padres aún estaban juntos y vivíamos en Cantabria, en un dúplex en el que arriba estaban las habitaciones principales -incluida la que compartíamos yo y mi hermano, con dos camas individuales- y abajo la cocina, una habitación de invitados y el salón, con un baño en cada planta.

La habitación que compartíamos mi hermano y yo se encontraba justo enfrente de las escaleras que conectaban ambas plantas, con lo cual si en la planta de abajo estaban encendidas las luces del comedor o el salón, entraba un buen manantial de luz que dejaba nuestra habitación en una semipenumbra. En aquella época mis padres solían dejarnos la puerta abierta por si los llamábamos o necesitábamos algo y ellos, que no eran de acostarse especialmente pronto, muchas noches se quedaban en el salón viendo la televisión, leyendo o jugando a las cartas.

Pues bien, una de esas noches en las que mi hermano y yo ya llevábamos un rato durmiendo, me desperté. No sé qué hora era, pero no debía ser ni muy pronto ni muy tarde, porque la luz de la planta de abajo estaba encendida y proyectando en nuestra habitación la luz suficiente como para percibir la silueta de un tío de gran envergadura, curiosamente ataviado con un sombrero fedora clásico (AKA cowboy) y una gabardina. Estaba ahí quieto, mirándome fijamente al pie de mi cama.

Lo lógico es pensar que fue algo breve y que fue un sueño: ni de coña. Recuerdo perfectamente que me tiré muy fácilmente 1 o 2 horas en la cama, mirando de reojo a cada rato mientras seguía ahí y yo me hacía el dormido y me movía en la cama lo más suavemente que podía. Básicamente, acojonado de pies a cabeza. Hasta que al final, a fuerza de fingir, me volví a dormir de verdad. Sí, lo sé, vaya instinto de supervivencia más digno de LOL :lol:

Después lo típico en estos casos, al día siguiente pregunto a mis padres si habían subido a la habitación para ver como estábamos o algo y dijeron con toda seguridad que no habían entrado en toda la noche. En cualquier caso, si lo hubiera hecho mi padre desde luego no iría ataviado de aquella manera tan peculiar, aunque a decir verdad no recuerdo si a ellos les mencioné cómo iba vestido. Sí recuerdo que dijeron que ''me lo habría parecido''.

El asunto es que en esa casa siempre habían pasado algunas cosas un poco raras. Por las noches se oían golpes en la planta de abajo y al día siguiente la puerta del salón siempre amanecía abierta y el sofá meado por el perro, cuando siempre se cerraba la noche anterior. Solíamos pensar que el perro de algún modo saltaba y empujaba hacia abajo el picaporte varias veces hasta abrirla, para mearse. Pero me cuesta creerlo porque aquel chucho idiota no aprendió en toda su vida ni a dar la pata, ni a sentarse, ni a tumbarse. Así que no lo veo capacitado para abrir puertas :face:

También mi madre, que jamás en toda su vida ha creído en supercherías, tuvo que contactar con una ''bruja'' de la zona, porque decía que por las mañanas cuando mi padre se iba a trabajar, se despertaba de golpe cuando se le ponía un peso enorme encima, como una persona, que no la dejaba respirar ni moverse y así la tenía un rato. Al final la ''bruja'' le dijo que la próxima vez que le ocurriera intentara gritar con todas sus fuerzas ''¡vete de mi casa!''. Y así lo hizo mi madre y, según ella, nunca más volvió a pasarle nada así. Quizá fuera algo psicológico, o quizá no. Nunca lo sabremos.

El asunto es que nos fuimos de Cantabria y después de mil y un cambios en mi vida me encuentro en 2014, hace apenas dos años. Estoy hablando de madrugada con una chica a la que he conocido en una página de internet y surge este tema, el de las cosas extrañas o ''paranormales'' que nos habían sucedido. Y la tía me dice que a ella le han pasado cosas muy fuertes, que no me las ibra a creer y tal. Que mejor le contara yo primero.

Así que recuerdo que le conté la anécdota del portal y no sé qué más y de repente empiezo a contarle la anécdota de la figura al pie de mi cama. No tuve más que empezar a decirle que había un hombre al pie de mi cama cuando de repente me interrumpe de golpe y me dice:

¡Dios, espera, no me lo digas!. ¿Con sombrero, gabardina y guantes?

No sé si quiera si podéis llegar a imaginar el escalofrío tan enorme que sentí en aquel momento. Creo que posiblemente no he pasado tanto miedo en toda mi vida. Le digo que cómo cojones sabe eso, porque joder, las probabilidades de acertar en unos detalles así son ínfimas. Y me dice que lo sabe porque ella también lo vio al pie de su cama cuando era más pequeña. Le comenté todo esto que os he mencionado de la casa y me dijo que en su casa la cosa había ido más allá. Me juró y perjuró que una tarde estaban ella y su hermana solas en la cocina y los varos, sartenes y cacerolas empezaron a volar y a chocarse contra las paredes :lol:

No entraré a valorar si es cierto o no. Lo que sí es indudable es que debió ver la misma figura que yo, porque de lo contrario jamás podría haber llegado a ese nivel de detalles. Ella en particular recordaba que llevaba guantes, yo no, o no me fijé lo suficiente.

El asunto es que decidimos buscar en internet las palabras clave: ''hombre sombra sombrero gabardina'' (os animo a buscarlo). El resultado fueron muchas páginas, obviamente todas ellas de temática paranormal y de rancio abolengo, hablando de la supuestamente frecuente aparición de dicho individuo/cosa bajo circunstancias prácticamente idénticas en la mayoría de los casos.

En internet los definen de muchas maneras, pero yo me abstengo de eso porque sería especular. Sólo sé lo que vi y ahora vosotros también.

sombra-el-hombre-del-sombrero-hat-man-L-DgEKJC.jpg


sombra-el-hombre-del-sombrero-hat-man-L-4Ig3D9.jpeg


Sin duda la que más se asemeja a lo que yo vi es esta:

Apariciones-Hombre-del-Sombrero.jpg


joder, y ninguno le dijisteis que estuvo pletorico en "sin perdon"?

que panda de desagradecidos
 
Yo una vez, de madrugada, una fria noche de invierno, una mujer se me acercó y sin estar borracha o ser un troll de los pantanos, ni pretender cobrarme me dijo que quería follar conmigo... ¡conmigo!... todavía siento escalofríos cada vez que me viene a la memoria.

Siendo yo muy pequeño (5 o 6 años) estaba solo en casa de mis padres y en su habitación comencé a ver formas flotantes que me rodeaban que cambiaban de color como luces estroboscópicas, alrededor de 20 o así, cuando me acercaba a tocar una huía de mi, no iluminaban nada, eran como pedazos arrancados de una revista, rectangulares y filosos, todo muy raro. Tambien puede ser que lo soñase todo pero es uno de mis primeros recuerdos así que no sé...

Era el aura gay llevándose tu alma heterosexual para siempre jamás.
 
No obstante estoy leyendo el hilo y tomando notas para crearles un trauma de puta madre a mis hijos... lo de la gabardina y el sombrero me lo apunto.
 
Voy a contaros otra en la que no sé por qué no había caído al abrir el hilo, y que además es con diferencia la más brutal de todas las que me ha tocado vivir, porque más que una anécdota en si, es un combo de anécdotas a cada cual más escalofriante cada una. Penséis lo que penséis al respecto, tanto por la longitud del mensaje como por la forma en que lo narro (supongo que la mayoría ya sabéis cómo me las gasto con mis ladrillos) tened clara una cosa: no me he inventado ni una puta cosa de lo que voy a contar. Porque contando cosas como esta uno tiene, desde luego, mucho más por perder que por ganar, por motivos obvios.

Todo empieza cuando yo tenía unos... 9 o 10 años. Mis padres aún estaban juntos y vivíamos en Cantabria, en un dúplex en el que arriba estaban las habitaciones principales -incluida la que compartíamos yo y mi hermano, con dos camas individuales- y abajo la cocina, una habitación de invitados y el salón, con un baño en cada planta.

La habitación que compartíamos mi hermano y yo se encontraba justo enfrente de las escaleras que conectaban ambas plantas, con lo cual si en la planta de abajo estaban encendidas las luces del comedor o el salón, entraba un buen manantial de luz que dejaba nuestra habitación en una semipenumbra. En aquella época mis padres solían dejarnos la puerta abierta por si los llamábamos o necesitábamos algo y ellos, que no eran de acostarse especialmente pronto, muchas noches se quedaban en el salón viendo la televisión, leyendo o jugando a las cartas.

Pues bien, una de esas noches en las que mi hermano y yo ya llevábamos un rato durmiendo, me desperté. No sé qué hora era, pero no debía ser ni muy pronto ni muy tarde, porque la luz de la planta de abajo estaba encendida y proyectando en nuestra habitación la luz suficiente como para percibir la silueta de un tío de gran envergadura, curiosamente ataviado con un sombrero fedora clásico (AKA cowboy) y una gabardina. Estaba ahí quieto, mirándome fijamente al pie de mi cama.

Lo lógico es pensar que fue algo breve y que fue un sueño: ni de coña. Recuerdo perfectamente que me tiré muy fácilmente 1 o 2 horas en la cama, mirando de reojo a cada rato mientras seguía ahí y yo me hacía el dormido y me movía en la cama lo más suavemente que podía. Básicamente, acojonado de pies a cabeza. Hasta que al final, a fuerza de fingir, me volví a dormir de verdad. Sí, lo sé, vaya instinto de supervivencia más digno de LOL :lol:

Después lo típico en estos casos, al día siguiente pregunto a mis padres si habían subido a la habitación para ver como estábamos o algo y dijeron con toda seguridad que no habían entrado en toda la noche. En cualquier caso, si lo hubiera hecho mi padre desde luego no iría ataviado de aquella manera tan peculiar, aunque a decir verdad no recuerdo si a ellos les mencioné cómo iba vestido. Sí recuerdo que dijeron que ''me lo habría parecido''.

El asunto es que en esa casa siempre habían pasado algunas cosas un poco raras. Por las noches se oían golpes en la planta de abajo y al día siguiente la puerta del salón siempre amanecía abierta y el sofá meado por el perro, cuando siempre se cerraba la noche anterior. Solíamos pensar que el perro de algún modo saltaba y empujaba hacia abajo el picaporte varias veces hasta abrirla, para mearse. Pero me cuesta creerlo porque aquel chucho idiota no aprendió en toda su vida ni a dar la pata, ni a sentarse, ni a tumbarse. Así que no lo veo capacitado para abrir puertas :face:

También mi madre, que jamás en toda su vida ha creído en supercherías, tuvo que contactar con una ''bruja'' de la zona, porque decía que por las mañanas cuando mi padre se iba a trabajar, se despertaba de golpe cuando se le ponía un peso enorme encima, como una persona, que no la dejaba respirar ni moverse y así la tenía un rato. Al final la ''bruja'' le dijo que la próxima vez que le ocurriera intentara gritar con todas sus fuerzas ''¡vete de mi casa!''. Y así lo hizo mi madre y, según ella, nunca más volvió a pasarle nada así. Quizá fuera algo psicológico, o quizá no. Nunca lo sabremos.

El asunto es que nos fuimos de Cantabria y después de mil y un cambios en mi vida me encuentro en 2014, hace apenas dos años. Estoy hablando de madrugada con una chica a la que he conocido en una página de internet y surge este tema, el de las cosas extrañas o ''paranormales'' que nos habían sucedido. Y la tía me dice que a ella le han pasado cosas muy fuertes, que no me las ibra a creer y tal. Que mejor le contara yo primero.

Así que recuerdo que le conté la anécdota del portal y no sé qué más y de repente empiezo a contarle la anécdota de la figura al pie de mi cama. No tuve más que empezar a decirle que había un hombre al pie de mi cama cuando de repente me interrumpe de golpe y me dice:

¡Dios, espera, no me lo digas!. ¿Con sombrero, gabardina y guantes?

No sé si quiera si podéis llegar a imaginar el escalofrío tan enorme que sentí en aquel momento. Creo que posiblemente no he pasado tanto miedo en toda mi vida. Le digo que cómo cojones sabe eso, porque joder, las probabilidades de acertar en unos detalles así son ínfimas. Y me dice que lo sabe porque ella también lo vio al pie de su cama cuando era más pequeña. Le comenté todo esto que os he mencionado de la casa y me dijo que en su casa la cosa había ido más allá. Me juró y perjuró que una tarde estaban ella y su hermana solas en la cocina y los varos, sartenes y cacerolas empezaron a volar y a chocarse contra las paredes :lol:

No entraré a valorar si es cierto o no. Lo que sí es indudable es que debió ver la misma figura que yo, porque de lo contrario jamás podría haber llegado a ese nivel de detalles. Ella en particular recordaba que llevaba guantes, yo no, o no me fijé lo suficiente.

El asunto es que decidimos buscar en internet las palabras clave: ''hombre sombra sombrero gabardina'' (os animo a buscarlo). El resultado fueron muchas páginas, obviamente todas ellas de temática paranormal y de rancio abolengo, hablando de la supuestamente frecuente aparición de dicho individuo/cosa bajo circunstancias prácticamente idénticas en la mayoría de los casos.

En internet los definen de muchas maneras, pero yo me abstengo de eso porque sería especular. Sólo sé lo que vi y ahora vosotros también.

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Sin duda la que más se asemeja a lo que yo vi es esta:

Apariciones-Hombre-del-Sombrero.jpg



Le he puesto un 5'5 en filmaffinity.
 
Por estas cosas digo que uno tiene más por perder que por ganar cuando habla de estos temas y situaciones.

En cualquier caso no os culpo, para cualquiera que no lo haya vivido es más fácil y cómodo pensar que es mentira. Yo lo preferiría :lol:
 
Todo tiene una explicación lógica, te lo podría exponer aquí, pero se saldría de mi post monolínea habitual. Le voy a dar una pista, busque "paralisis del sueño".
 
Hay quicir que ta marcao hasta el punto de ponerte avatares del fantasma mongolo que mira desde la puerta.
 
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