Bueno, voy a contar una yo.
La última fue hace poco, en el supermercado. La chica que estaba detrás de mí empezó a colocar sus productos apelotonados y una bolsa de palomitas invadió mi espacio por un extremo, y yo la cogí y la retrocedí, poniéndola en su sitio. Entonces reaccionó diciendo tonterías: que si la pagaba las palomitas, que si la invitaba, ... Ella sola se lió a hablar sin parar riéndose y diciendo chorradas en una situación de estas que se ve que la gustas.
Pero ese día era un sábado por la mañana atestado de gente, y yo estaba de mal humor harto de estar en la cola. Además, ella y su madre no habían respetado un pasillo que dejábamos a esa altura para facilitar que la gente pasara transversalmente, y que su hermano, que estaba también presente desde antes guardando el sitio, había respetado. Ellas no, y encima le pusieron a caldo, como si tuvieran razón, y yo oyéndolas a las dos brujas, cabreándome y por su culpa, toda la gente que quería pasar de un lado a otro tropezándose conmigo en la puta cola.
Así que estaba yo ahí, más molestado de lo habitual por su culpa, que ni me había fijado en ella, pues la tenía detrás, y me la encuentro después con esa actitud simpaticona. A buenas horas. Y ya cuando estoy metiendo las cosas en las bolsas, más bien con prisa por largarme de ese lugar, me dice, con voz suave y afable: "traquilo, tranquilo". Al cuerno joder.