Mongüiver
Subnormal
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Joder, qué pila de sandeces he leído. Hijos de puta todos menos Thorndike (que es mi hermano foril desde la judiada que nos hizo Kellogg´s con el Almirante)
Vamos a ver, partamos de la base según la cuál para mí TODOS seríamos funcionarios. Si nos damos cuenta, las grandes empresas no tienden sino a absorber todos los campos de la función y servicios públicos. El grupo ACS, el de Florentaino Pérec, tiene obra pública, construcción, servicios hospitalarios, de limpieza, de conserjería, de manteniemiento... es decir, que una empresa privada también tiende al monopolio.
Desde luego la función pública tiene grandes (grandísimos), haraganes, pero no es menos cierto que en las empresas privadas todo el mundo puede señalar a elementos o secciones enteras de mangantes y vividores.
Con respecto al tedio supuesto al trabajo administrativo (Curro Jiménez en su helicóptero no se aburre demasiado, y es trabajador público), no será menor que el tedio de cualquier chupatintas de gestoría administrativa.
Sobre el adocenamiento del funcionario, sus horarios, sus libranzas, sus tiempos de descanso en la jornada laboral... ¿es que acaso no se puede observar el trabajo público como una simple manera para poder ceder algo de tu tiempo a cambio de los emolumentos que permitan pagar la conexión a Internec para poder phorear?
En fin, que es justo repensar si es necesario estar siete horas en un puesto de trabajo o si es más razonable estar cinco produciendo más. Más documentos, más inspecciones, más instancias registradas...
Desde luego, en mi hospital, las compañeras de la Limpieza, de 18´30 a 19´00, como si se cae el edificio, es su hora de descanso; y eso que curran para Florentino Pérez.
Nosotros, los estatutarios del SERGAS, en cuanto un timbre suena o un paciente lo requiere, abandonamos nuestro derecho a los 20 minutos de café y pollas para atender la mongada que se le haya ocurrido al acompañante de turno, o nos echamos en un quirófano desde las ocho y pico de la mañana, en una operación de columna, hasta más allá de las nueve de la noche.
Vamos a ver, partamos de la base según la cuál para mí TODOS seríamos funcionarios. Si nos damos cuenta, las grandes empresas no tienden sino a absorber todos los campos de la función y servicios públicos. El grupo ACS, el de Florentaino Pérec, tiene obra pública, construcción, servicios hospitalarios, de limpieza, de conserjería, de manteniemiento... es decir, que una empresa privada también tiende al monopolio.
Desde luego la función pública tiene grandes (grandísimos), haraganes, pero no es menos cierto que en las empresas privadas todo el mundo puede señalar a elementos o secciones enteras de mangantes y vividores.
Con respecto al tedio supuesto al trabajo administrativo (Curro Jiménez en su helicóptero no se aburre demasiado, y es trabajador público), no será menor que el tedio de cualquier chupatintas de gestoría administrativa.
Sobre el adocenamiento del funcionario, sus horarios, sus libranzas, sus tiempos de descanso en la jornada laboral... ¿es que acaso no se puede observar el trabajo público como una simple manera para poder ceder algo de tu tiempo a cambio de los emolumentos que permitan pagar la conexión a Internec para poder phorear?
En fin, que es justo repensar si es necesario estar siete horas en un puesto de trabajo o si es más razonable estar cinco produciendo más. Más documentos, más inspecciones, más instancias registradas...
Desde luego, en mi hospital, las compañeras de la Limpieza, de 18´30 a 19´00, como si se cae el edificio, es su hora de descanso; y eso que curran para Florentino Pérez.
Nosotros, los estatutarios del SERGAS, en cuanto un timbre suena o un paciente lo requiere, abandonamos nuestro derecho a los 20 minutos de café y pollas para atender la mongada que se le haya ocurrido al acompañante de turno, o nos echamos en un quirófano desde las ocho y pico de la mañana, en una operación de columna, hasta más allá de las nueve de la noche.