Ajedrez El reinado de Kasparov

Kramnik siempre fue un aburrido, aunque probablemente es que tampoco le iba otra manera de jugar. Tras el match con Kasparov probó un par de años a jugar 1.e4 y la cosa no se le dio muy bien. También cambió Petroff y Berlinesa por Pelikan, pero no sé si la mantuvo en su repertorio por mucho más tiempo.

Su estrategia con negras ante Kasparov en aquel match era cambiar damas lo más pronto posible, y eso era precisamente lo que le permitía la Berlinesa: pasar de la apertura directamente al final, sin medio juego.

Probablemente Kasparov debería haber reaccionado de otra manera en cuanto se encontró con semejante defensa extraña en la primera partida, pero seguramente la consideraba tan inferior que decidió seguir enfrentándose a la línea. En la cuarta o quinta partida, Kramnik cambió de defensa anticipándose a la receta que en cualquier momento le iba a venir, lo que dejó a Kasparov sin apenas capacidad de reacción para darle la vuelta al match. Sólo hay que ver que cuando Kramnik se atrevió a repetírsela en Astana 2001, Kasparov le batió con relativa facilidad.
 
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2003 y 2004 son dos años difíciles para Kasparov, quien comienza a evidenciar, sobre todo en los reiterativos apuros de tiempo en los que se ve inmerso en casi todas las partidas, el declive lógico de la edad. En ambas ediciones del torneo de Linares cuaja actuaciones mediocres (4º y 3º, respectivamente), al tiempo que Kramnik se alza con el primer puesto, pese a lo gris y aburrido de su juego (baste decir que en el 2004 se impone tras hacer tablas rápidas en siete de sus doce partidas) Los jugadores de la élite comienzan a perder el respeto/miedo que le habían tenido durante dos décadas y alzan la voz en contra de la legitimidad del acuerdo de Praga. Topalov llega a decir que el sistema ideado era demasiado rebuscado con el fin de incluir a Kasparov, y que si se quería hacer una reunificación del título mundial debía hacerse un match entre Kramnik y Ponomariov y ya está, pero que era obvio que la idea de la FIDE era recuperar el cetro del título mundial con Kasparov como bandera.

En cualquier caso, era indudable que el tiempo corría a favor de Kramnik, quien no obstante seguía mostrándose ambiguo en sus declaraciones acerca de la posibilidad de enfrentarse a Kasparov por el título mundial una vez ambos se deshicieran de Leko (vencedor del torneo de candidatos de Dortmund) y Ponomariov respectivamente. Y es que era obvio que por la cabeza de Vladimir no pasaba la idea de jugar con el Ogro, hubiera firmado lo que hubiera firmado. En algún momento de este periodo Ponomariov decide que no quiere jugar con Kasparov y la FIDE anuncia que se la suda y que entonces Kasparov se enfrentará al ganador del Mundial FIDE de Trípoli 2004, aunque finalmente este match no encontraría fondos suficientes. Ese mismo año, Kramnik y Leko empatan en su match y el ruso retiene su título oficioso. Por su parte, Kasparov se impone en el Campeonato de Rusia mostrando un buen nivel. Curiosamente, Kasparov nunca había querido participar en este certamen, lo que era un indicio de que estaba preparando su retirada.

2005 será el año que verá la retirada del gran campeón ruso, quien logra imponerse por novena vez en el torneo de Linares haciendo gala nuevamente de un buen juego, con la única mancha de su derrota ante Topalov en la última partida. En la rueda de prensa con la que concluía la edición el Ogro sorprendió a todos los presentes anunciando que estaba frustrado por la imposibilidad de un proceso real con el que poder optar al título de Campeón mundial y que al carajo.

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En la ceremonia de clausura, concentrado en su paja bolsillera

A partir de entonces, sólo fugaces apariciones en torneos de partidas rápidas, en los que por supuesto se ha impuesto. La última de ellas, la paliza con la que tuvo a bien obsequiar a Nigel Short este mismo año, y que incendió las redes sociales con comentarios de varias jóvenes promesas de la élite del ajedrez mundial que por primera vez veían el juego de Kasparov en directo y se preguntaban cómo era posible que aquel hombre se hubiera retirado diez años antes.
 
Yo creo que los ajedrecistas cuando se retiran no solamente tienen en cuenta el declive por la edad, sino la pasión por el ajedrez que les queda y la voluntad de luchar.

Así vemos a tipos como Korchnoi, que se les ve que seguirán en el ajo hasta prácticamente su último aliento.

Pero no se le puede culpar a los que como Kasparov, vieron que había más cosas interesantes que hacer en la vida.
 
No es solo falta de motivacion, yo creo que a Kasparov como a Fischer les podia mucho el miedo a perder. Aunque quizas mas que eso, el miedo a que los rivales mas jovenes le dejaran de tener miedo a el. Kasparov pudo haber tenido un proceso de declive parecido al de Karpov, pero este prefirio irse con algo mas de estela y cambiarse a otros menesteres donde poder ejercer su megalomania. Contra Putin, ni mas ni menos.
 
Con la esperanza de que no se vuelva a perder, resubo el vídeo en el que Carlsen, en oposición a la opinión vertida con envidiable respeto por Fistro en este post, cita a Fischer y a Kasparov como los dos ajedrecistas más grandes de todos los tiempos.

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