En mi experiencia no fue así, la verdad, pero sí me creo esto. Ahí habría que poner límites muy claros y respetarlos. A mí si me llega a llamar mi jefe a las ocho y media, no le cojo el teléfono ni le devuelvo la llamada. Y si me dice algo al día siguiente le digo que cuando llega mi hora, llega mi hora y no es que me niegue a cogerlo, es que simplemente le quito el volumen y no chequeo si llaman o si escriben, que ya he terminado de trabajar, igual que haría si me dejara el ordenador en mi mesa de la ofi. No hay que tragar con esto, y, sinceramente te digo, creo que la gente cada vez traga menos con esto, por más mal que esté la situación, igual que no se traga con otras cosas que antes sí se tragaba.