lemikox rebuznó:
A Lebrom, pero cuéntanos tu experiencia también, es interesante leer diferentes puntos de vista.
Yo empecé con las sentadilas y estas hostias y duré una o dos semanas, que me había puesto que los pantalones que antes se me caían ahora los tenía medio prietos y me asusté.
Edito: pero contesta en tu hilo, a modo de diario de un deportista (lol) para no joderle a Lebron el suyo.
Aunque no tiene que ver con rutinas de fuerza en sentido estricto, contesto aquí a Lemikox para no joderle el hilo a Lebrom.
En mi caso la pérdida de peso tuvo una explicación muy simple: empecé a comer menos, a comer más sano y a hacer mucho más deporte del que hacía antaño. Y todo ello son una seriedad absoluta.
Comer menos porque usaba la comida como ansiolítico y pensaba que si no terminaba una comida a punto de reventar, pues no era una comida en condiciones. Mis comidas, meriendas y cenas eran pantagruélicas para alguien de mi peso, estructura corporal y necesidades calóricas.
Comer más sano porque me empecé a cuidar, meter más verduras, más cosas a la plancha, nada de fritos ni rebozados, nada de alcohol, nada de picotear entre horas (este punto es BÁSICO para perder peso), etc...
Hacer más deporte porque tenía un trabajo muy sedentario y comencé a ir al gimnasio, a hacer aeróbico, algo de pesas, etc...
Estos puntos, acompañados de una IMPRESCIDIBLE DISCIPLINA PERSONAL MUY FÉRREA, provocan que se puedan perder unas cuantas decenas de kilos de una manera sostenida y prolongada en el tiempo. Desde entonces he continuado a dieta, haciendo algunas excepciones puntuales pero continuando con una alimentación sana y bastante deporte.
Ya sé que no he descubierto la piedra rosetta, pero así es como lo hice yo. Y si yo he podido, cualquiera puede... Pero hay que desearlo con vehemencia y no engañarse a uno mismo.