Dos de las cubiertas que más me han gustado, sobre todo las Ikon. Las CrossMark las veo un punto con demasiado taco, o tacos muy grandes, no sé, es una impresión. También me han gustado las Pace y fuera de esta marca, las Panaracer Comet. ¿Ancho? Pienso que ente 2 y 2,2 pulgadas, entre 50 y 56 ETRTO, aunque tampoco sé si 50 es demasiado estrecho.
Para los recorridos que haces, tampoco te calientes mucho la cabeza, sinceramente. Lo que si te digo es que en mi opinión mucho mejor tubeless, y para eso es mejor unas cubiertas que sean tubeless real, no tubeless ready, que son papel de fumar. Échale un ojo a las Vittoria Saguaro, muy versátiles.
Paso a comentaros mi experiencia en la Andalucía Bike Race. Que es una carrera muy dura y técnica ya lo sabía. Pero claro, una cosa es saberlo y otra experimentarlo. Me cago en mi vida que puto carrerón, de esos que una vez te lo echas a la saca dices "Olé mis cojones". Todos coinciden en que está entre las 5 mejores pruebas de MTB del mundo, por dureza y dificultad técnica. Y ahí iba yo.
Primera etapa: contrareloj de 31 km con +1000. Aunque yo no "compito" como tal, estaba nerviosísimo, sobre todo porque técnicamente soy limitado y además se dió la circunstancia de que iba con una Canyon rígida, acostumbrado a mi Scott doble la diferencia es abismal. La carrera me dió un bofetón inmediato, unos primeros 7,5 km en los que acumulaba +650 m a base de rampones de la hostia y con unos senderos de bajada difíciles de explicar. Si a eso unimos la tensión que llevaba las pasé realmente putas pensando "Pero qué cojones hago aquí". Pasados 10 km empezó una subida de pista dura pero pista al fin y al cabo que me permitió relajarme y empezar a disfrutar. Por si faltaba poco para complicar las cosas, al hacer la inscripción se equivocaron y me metieron en élite, jajaja, con lo que me iban a adelantando todos los pros, y en las bajadas era un contínuo "Izquierda" "Derecha" que me obligaban a modificar las trazadas para no estorbar. Allá por el km 25 me paré para ayudar a uno que partió cadena y no llevaba tronchacadenas. Era Luis Leao Pinto.

En ese momento me adelantó Purito, visiblemente sufriendo. De ahí al final quedaba una trialera de piedras impresionante que bajé casi todo andando porque me tuve que apartar muchas veces pues venían todos los vinagres a saco, y otros 3 km finales ya de pista hacia la llegada. Las mejores sensaciones fueron en estos últimos 10 km, ya desbloqueado de nervios y cogiéndole el gusto a la bici. Tras llegar, empiezo el protocolo de recuperación habitual: recovery, ir al hotel, ducha, comer, descansar, estirar, foam roller y Compex.
Segunda etapa. Empiezan las jornadas largas. Entre 70-80 km y con entre +1800-2000 de desnivel positivo y técnicamente complejidad muy alta. El plan estaba trazado con el míster, estas primeras 3 etapas ir con el pie levantado sin forzar más de lo necesario, guardando contínuamente, para a partir de la cuarta etapa ir abriendo gas cuando ya los demás empiezan a flaquear. La contrareloj había formado 9 cajones de salida, yo estaba en el 7. Con apenas 5 km de pisteo para salir de Córdoba y estirar el pelotón, empieza la juerga, subidas y senderos a cascoporro, un auténtico recital técnico que te obliga a llevar una concentración total. Sin embargo conforme avanza la jornada las piernas responden de la polla cada vez más. Tengo que realizar un ejercicio de autocontrol brutal porque a cada hora que pasa mejoro muchísimo, pero sigo con el freno de mano echado. Tras un interminable mar de senderos tanto de subida como de bajada y alguna pared de escalada que obliga a portear la bici (por suerte la Canyon no pesa una mierda), llego a meta con un subidón tremendo, físicamente a tope y ya con ganas de que llegue el día siguiente.
Tercera etapa. El final de la segunda consistía en bajar el Reventón, un puerto con piedrolos de todos los colores cerca de Córdoba. En esta tercera jornada, era al revés, empezábamos subiéndolo. Coincidía con el día de Andalucía, festivo, y el puerto estaba lleno de gente animando. Qué barbaridad sentirse como si estuvieras subiendo Alpe d`Huez, todo Dios abriéndose a tu paso y animándote. Qué gozada, coño. El puerto en si es duro pero asumible, aunque empezar así sienta fatal a un diesel como yo, y a su complejidad técnica se unía el atasco de gente. Aún así apenas un par de veces eché pie a tierra, subí montado casi todo el puerto. A partir de coronar, de nuevo una sucesión de senderos acojonantemente divertidos y de todas las dificultades posibles. Sobre el km 50 empezaba la ascensión más dura de toda la ABR, Cerro Muriano. Largo de narices y técnicamente imposible en algunas partes, que te cortaban el ritmo continuamente y de una exigencia física tremenda, en una famosa rampa llamada el Arrastraculos se concentraba una cantidad de gente impresionante. Una rampa de esas que dices, vamos no jodas, yo me bajo, pero que en esta ocasión, y con las buenas piernas que llevaba, me dejé seducir por la gente y, con el culo lo más delante posible del sillín posible y casi mordiendo el manillar de lo inclinado que iba, subí a base de cojones. 32% de pendiente, me cago en mi vida. Llegué arriba casi hiperventilando, un tío me da una palmada en la espalda gritándome "Ole tu polla!" y casi me caigo de maduro del golpecito. Tardé como 5 minutos en el sendero que seguía, suavecito, en recuperar el resuello y volver a controlar el pulso. A partir de ahí fue un largo descenso de sendero mezclado con trialera brutal para hacer otro pequeño ascenso corto pero duro y volver a Córdoba. Al ver el cartel de 5 km de meta ya uno se relaja automáticamente. Craso error. A 3 km nos metieron otra trialera nivel Dios que hacía que se te pusieran los cojones de corbata. De esas que echas de menos una tija telescópica porque es imposible echar el culo más atrás. Bajé algún tramo andando, no me la quise jugar a esas alturas.
Cuarta etapa. Nos trasladamos a Andújar. Cambiaba el paisaje por completo, menos sendero pero unos primeros 20 km de pegarse un tiro en la cabeza, rampones de escalada y bajadas de toboganes de vértigo, luego dando paso a una subida de un puerto de 6 km por pista fácil y tendido, perfecto para mí, metí desarrollo y me salió el alma carretera, en esta situación de carrera casi nadie me seguía, de hecho subí buena parte del puerto con la segunda chica clasificada en máster, cómo sube la cabrona. En este día ya el plan era abrir más gas, así que fui más fuerte. Toda esta parte era de pista ondulada que me va de lujo, pero, ay, de pronto se nos vino encima la trialera más exageradamente brutal de toda la ABR. Casi 15 minutos de bajada ininterrumpida por una especie de calzada romana semi destruida en la que varias veces por minuto pensaba "Pero qué cojones haces, bájate de la bici ahora mismo y anda". Tras pasarla me sentí el tío más poderoso del mundo, jajaja, si había bajado eso, ya estaba para lo que me echaran. En el km 50 según el perfil venía la subida más dura del día. Y lo fue, primeros 2 km al 30%, que decidí subir andando porque ahí empeñarse en ir montado es reventarse las piernas para el resto del día. De hecho andando se sube casi igual de lento que los que van montados, pero al coronar esta parte te puedes montar en la bici y tirar bien mientras que los que se han empeñado en ir montados llegan reventados y apenas pueden respirar. Tras la larga subida vino la segunda madre de las trialeras de la ABR, 18 minutos de diversión irrepetible, variadísima y con todo tipo de tramos para goce y disfrute. Trialera para paja, ya os digo. De ahí a meta coser y cantar por unos 5 km de pisteo fácil. Y de nuevo, sensaciones brutales en las piernas.
Quinta etapa. Sobre el papel era la etapa reina, 103 km con +1800. La hicieron más pistera que ninguna etapa, apenas 2 ó 3 senderos no muy largos, y salvo otro par de subidas de escalada el terreno era más bien ondulado y con subidas tendidas. O sea, mi terreno ideal. Así que era el momento de ejecutar una "uniserie", empezar en umbral y a ver cuánto duraba. Y duré 4 horas y 53 minutos, o sea, toda la etapa. Ves el gráfico de pulso y lo clavé, constancia absoluta. El único punto negro vino por el megahostión de la carrera. En cada día todos tenemos alguna pequeña caída o golpe con las ramas y arbustos, pero en esta ocasión, y tras haber bajado todo lo bajable, voy y me pego el hostión en pista, manda narices. No puedo explicar como fue, pero a 30 km de meta iba charlando con una de las chicas pro, Sandra Jordá, y de pronto me fui al suelo. Supongo que pillaría una piedra más grande de la cuenta que no vi con la rueda delantera, pero vamos, carazo que me abrió una brecha en la sien izquierda, labio medio partido por dentro y Garmin y móvil rotos. Por suerte no me rompí nada e inmediatamente me levanté y seguí arreando, llegando a meta muy contento y viendo como en los últimos 10 km adelantaba gente cuyas caras no había visto hasta ahora en los días previos. Miro los cajones de salida al día siguiente y me habían adelantado al quinto cajón. Buena señal!
Sexta etapa. Tengo la costumbre de tomarme las últimas etapas de estas carreras de relax, para disfrutar del logro y llevarme el mejor sabor de boca posible. Etapa corta, 50 km con +900 que después de lo que habíamos hecho sonaba a coña marinera. El recorrido era para gozarlo, senderos fáciles y muy divertidos, pisteo no excesivamente duro y a no arriesgar. Sin embargo, veía a la gente muy muy tocada físicamente y yo tenía aún buen combustible en las piernas, así que decidí ir menos de paseo de lo previsto y meter desarrollo sobre todo en las zonas de pista. Tras unas subida durilla, veo que se me ponen a rueda a unos 15 km del final un grupo de 4 personas. Mis cojones a rueda, si queréis seguirme vais a tener que apretar el ojete. Lo metí todo y forcé a saco las piernas, yo iba a reventar pero ellos antes, fijo. Pasados 2 km miro de reojo y el último que quedaba entrega la cuchara, aún así seguí otro par de km a puto fuego para darme el gusto, me lo había ganado, coño. De ahí a meta más solo que la una pero más feliz que una perdiz, saboreando terminar esta burrada de carrera que a priori me daba pánico y que terminé disfrutando como un enano y con un máster de técnica en MTB que me va a venir de perlas para el futuro.