Clark Gable rebuznó:
EDITO: Expláyate en lo de MMM que me interesa.
Hey ho, let's go! La historia comunmente admitida es la que relataba Uncle Meat, que MMM
"no pasa de ser una vendetta de Reed, que le debía un disco a la compañía", pero con Lou las cosas nunca son tan sencillas. Si graba MMM para finiquitar contrato con la RCA, ¿porque su siguiente disco, "Coney Island Baby", sale todavía en ese mismo sello? Algo no cuadra...
Tras el frío recibimiento a "Berlin" (uno de los mejores discos de la historia del rock, tal cual), de pronto ve sorprendido como discos en directo con versiones de su grupo anterior lo convertían en una superestrella y el mayor pedazo de mierda que nunca había grabado ("Sally Can't Dance") llegaba a ser su disco más vendido, estando semanas en la listas y entre los diez primeros en EE.UU., algo que nunca había sucedido tardaría en volver a suceder. Lou contempla estupefacto como sus discos se venden por inercia merced al nombre que aparece en portada, que sus fans los compran más por la leyenda que hay detrás que por la música en si. Eso le da igual al 90% de los artistas del rock, cuya única preocupación es vender cuanto más mejor, pero Lou es de otra pasta. Para acabar de arreglarlo, en aquellos momentos se estaba metiendo anfetaminas en cantidades industriales, y no es una metafora, se zumbaba cada vez más de diez veces la dosis máxima recomendada, dosis letales para cualquier persona no habituada. Digamos que sus lazos con la realidad objetiva andaban algo deteriorados, por decirlo suavemente. Además una gira continúa que no acababa nunca -con todo lo que una gira con el Lou Reed de 1974 conlleva- y de bonus añadamos que acababa de pasar por un divorcio muy doloroso. Tenemos la bomba preparada y la mecha puesta, tan sólo nos falta la chispa.
A principios de 1975 comienza a grabar las primeras canciones de lo que iba a ser "Coney Island Baby", pero alguna lumbrera del sello le dice que son canciones muy negativas y no pensaba publicarlas. Lou era una superestrella y querían un disco comercial que facturara millones. Y esa fue la chispa que buscamos.
Totalmente anfetaminico, con ataques paranoides y convulsiones incluidas, Lou tiene uno de sus temibles rebotes y ya que no quieren caldo les va a dar ochenta tazas. Básicamente, decide dar por culo al sello, a los fans, a la prensa musical y al mundo en general. Y graba MMM, ochenta minutos de ruido electronico sin ton ni son que RCA está obligada a editar por contrato. Intentan disimular y sacarlo de tapadillo en el subsello de música clásica, lo cual todavía cabrea más a Lou que diseña una portada que lo haga parecer otro disco en directo. Totalmente enloquecido, se inventa unas notas de contraportada totalmente imaginarias, comienza a dar la brasa con las más diversas coartadas intelectuales y artísticas. El personal del sello, acojonado, decide editarlo y que sea lo que Dios quiera. Venden 100.000 copias.
Poco después, Reed cae practicamente reventado. RCA aprovecha la parada para apretarle los tornillos diciendole que le debe un montón de pasta que piensan cobrar de alguna manera. Lou se ha liado entonces con Rachel, un travesti que le proporciona una cierta estabilidad emocional, sigue drogandose pero sin llegar a los extremos anteriores y retoma las canciones que había grabado a principios de 1975. Y así, entrega uno de sus discos más hermoso y emocionantes, que lo vuelve a situar en primera fila del negocio, pero esta vez con canciones y músicas en las que cree y de las que está totalmente orgulloso.
Lo grande es que, con el tiempo y cierta perspectiva, MMM tiene poco de disco fallido y mediocre. Es uno de los primeros discos electrónicos y ruidistas del rock, aunque existen precedentes ninguno alcanzó ni de lejos su repercusión y efecto. Popularmente se considera como el punto de partida de la conjunción ruido-electrónica-rock, algunos culturetas lo enlazan con los trabajos minimalistas de LaMonte Young y tal, otros lo ven como una auténtica demostración protopunk, etc. Y aunque a priori se suele hablar más de ese disco como "objeto artístico" antes que "música", lo cierto es que de un modo u otro acabó creando escuela. Tanto en EE.UU. (Suicide) como en Reino Unido (Throbbing Gristle), más de uno tomó buena nota de sus enseñanzas y con pasados los años nadie puede discutir que todas las bandas de power electronics y ruido en general vienen de una forma u otra de esos ochenta minutos de jaleo.
Saludos,
brassneck