Qué de historias buenas que pasan por aquí.
Y me resulta curioso que se hable mucho de cuanto más lejos mejor pero apenas nada de europa, cuando pueden ser tías muy abiertas. Es decir, como una española pero sin muchas de sus tontadas.
Puñado de años ha, viví por motivos laborales en las alemanias y llegué totalmente bisoño de alemán y con apenas el suficiente inglés como para entenderme en el curro. Como no sabía donde meterme, pillé una habitación en una residencia de esas tochas con derecho a baño y cocina compartida. Era un buen plan porque me forzaba a conocer gente y a relacionarme en cualquier idioma que no fuera el mío, con la contrapartida de tener que aguantar ruidos y potenciales porquerías ajenas. A partir de allí y según soplase el viento, ya me cogería algo por mi cuenta.
Resultó estar lleno en un 90% de mozas europeas mayormente (de 18 a 20 pocos). Y que estaban allí haciendo de aupairs, voluntariado alemán o cualquier otra mierda con tal de poder aprender el idioma y hacer méritos para quedarse en un sitio más civilizado y solvente que su patria.
Al tiempo de frecuentar la cocina y la sala de estar, empecé a rozarme con algunas mozas que se autoinvitaron a cenar más de una vez (a mi costa) y a contarme sus vidas, pero sin llegar la intimidad a mucho más.
Entre ellas estaba la típica alemanita, bajita, dulce y un poco descaradilla que me tiraba todas las pullas que podía, aunque se notaba la total falta de entrenamiento en esas habilidades sociales. Eso si, aprovechaba toda ocasión para venir/hablar o apuntarse a cualquier cosa donde mi persona tuviera algo que ver. Me veo obligado a decir que mi atención estaba concentrada en 3 potenciales que estaban bastante más espectaculares y que estudiaba por separado para ver cómo y cuando atacar...
Hasta que un día, yendo al centro en el metro, me empieza a hablar de que ha conocido a un chaval que medio le molaba y que blablabla. Ante mi cara de total desinterés, sacó el móvil y me enseñó un mensaje que el otro le había mandado con un escueto "Ficken?" (Follamos?). Me reí en su cara y le dije que cuanta historia para un polvo y allí quedó el tema...
Esa misma noche, después de cenar, alguien tocó mi puerta y me encontré a ésta misma en pijama en mi puerta, me miró y me dijo "Ficken?". Y allí arrancaron dos de los años en los que más he follado en mi vida.
A la mañana del día siguiente, hubo más de una risilla en la cocina y miradas cómplices, pero puse mi mejor cara de poker para evitar que ninguna se pudiera espantar. Al menos ninguna que me interesara.
Al cabo de unas semanas, una de las chicas polacas me regaló esto. Y muy honrado, lo colgué en mi puerta.
(Quien quiera follar, tiene que ser simpático).