Salir a cazar
En mi opinión, el follar es como la caza. A lo primero sale uno y le dispara a todo lo que se mueve, merezca la pena o no. La cosa es darle gusto al dedo y ver que al final de la jornada se han cobrado muchas piezas.
El cazador veterano en cambio selecciona a lo que le dispara, ahorra la munición para cobrar la pieza valiosa. Valora tener pocas piezas y buenas al final de jornada que no muchas, pues quizás entre todas ellas no hay una siquiera aprovechable para hacer un buen arroz y para lo único que sirve tanto bicho inútil es para hacerse una foto con la que impresionar a los que no saben.
Pues en esto de las discotecas para sudamericanas, a mi modesto entender, pasa igual. Si vas, sí, seguro que acabas follando, y más si enseñas un poco la cartera, pero ¿realmente merece la pena? No vaya a pasar que después de haber descargado, te sientas peor que antes de hacerlo.
Y no se trata del Club Viagra. Simplemente que hay prioridades y maneras de verlo. Gente habrá que se crea que ha triunfado porque se ha follado, por ejemplo, a una inglesa completamente borracha a la que ha conocido en una discoteca de la costa, y gente que pensará que para eso mejor irse solo a la cama, leer un rato si apetece y si no pues a dormir que mañana será otro día.
Hay gustos y prioridades para todo.