Basurófago
Veterano
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- 22 Oct 2010
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Cuando iba al instituto compartía clase con uno de estos tullidos. El muy vago llevaba una silla de ruedas de estas eléctricas, por lo que le llamábamos Johnny 5.
A veces lo dejábamos encerrado en clase todo un recreo. Recuerdo también una vez en la que dos artistazos se escabulleron mientras dábamos clase en otra aula y dibujaron en la pizarra un robotaco de estos (con un nivel de detalle asombroso) follándose a una gachi. La tía decía: "¡Oh sí, Johnny, tú si que sabes!", mientras que el robot: "Se me están acabando las pilas". Bastante loleante fue volver a clase y encontrarse semejante obra maestra, y bonita la cara que puso el chaval al verse retratado de esa guisa.
En definitiva: que siempre me ha gustado darles su merecido a esos putos paralíticos.

A veces lo dejábamos encerrado en clase todo un recreo. Recuerdo también una vez en la que dos artistazos se escabulleron mientras dábamos clase en otra aula y dibujaron en la pizarra un robotaco de estos (con un nivel de detalle asombroso) follándose a una gachi. La tía decía: "¡Oh sí, Johnny, tú si que sabes!", mientras que el robot: "Se me están acabando las pilas". Bastante loleante fue volver a clase y encontrarse semejante obra maestra, y bonita la cara que puso el chaval al verse retratado de esa guisa.
En definitiva: que siempre me ha gustado darles su merecido a esos putos paralíticos.