Lacroix rebuznó:
Aunque también es verdad que sin necesidad de charlar ni compartir una cena, hay algunos pequeños detalles que delatan el origen nacional de uno y otro: por ejemplo, un catalán casado llevará el anillo en su mano izquierda y un español en la derecha.
La verdad es que me hace bastante gracia que haya gente que todavía se crea esas cosas. Todos los catalanes "de pura cepa" que conozco llevan el anillo de casados en la mano derecha. Creo que sois especialistas en buscar diferencias donde no las hay.
Siendo completamente sincero, yo mismo soy de ascendencia catalana prácticamente en la totalidad (mis padres son ambos catalanes, y todos mis abuelos también lo eran menos uno, que era murciano). Me eduqué en mi casa hablando catalán, y mi enseñanza fue en una escuela/instituto de tendencias catalanistas, en donde sólo se hablaba español en la asignatura de lengua y literatura castellana. Más tarde, empecé una carrera en la Universidad Autónoma de Barcelona, y todo el mundo sabe de qué pie cojea dicha institución.
He tenido la suerte de poder viajar mucho, y ni franceses ni alemanes ni británicos ni italianos ni estadounidenses ni argentinos ni ningún largo etcétera podía decirme una sola diferencia entre un catalán y un español medio. Eso en el caso de que conocieran la existencia de Cataluña, cosa que sólo se dio en Argentina.
Bien es cierto que hay ciertas diferencias entre un catalán y un almeriense o un extremeño, pero son las mismas o menos que entre un gaditano y un cántabro. Lo que quiero decir es que todos los países presentan unas diferencias importantes de carácter y costumbres entre sus diferentes provincias, especialmente entre los norteños y sureños, sin que ello represente una razón legítima para querer ser independientes.
No, en "España" no hay más chabacanería que en Cataluña. Es sólo que la podredumbre social catalana cojea de otro pie (en este caso, sentirse superior y más europeos que el resto de España). Lo cierto es que ello me llena mucho más de vergüenza que cualquier paleto español al uso, especialmente cuando reina la ignorancia total sobre la historia de Cataluña, de la corona de Aragón o de la misma España.