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Pues ármate de paciencia, que banearla no la van a banear. Pero sí te sugiero que la ignores, o el quoteo puede durar años.Cimmerio rebuznó:Señora,me hace sentir incómodo.
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Pues ármate de paciencia, que banearla no la van a banear. Pero sí te sugiero que la ignores, o el quoteo puede durar años.Cimmerio rebuznó:Señora,me hace sentir incómodo.
CardenaldelaPolla rebuznó:Parece que lo vas captando.
Suelo actuar en los aparcamientos subterráneos y en los de los centros comerciales. He dejado mi firma en muchos de ellos (bueno, en sus coches allí estacionados) pero hay dos en particular en los que educo mucho, más que nada porque son los que más visito: uno es el de la plaza de los Mostenses y el otro es el del corte ingles de Princesa. Rara vez ejerzo a plena luz del día.
Ah, y no hago distinción de marcas aunque reconozco que me gusta cuando el coche está nuevo y reluciente.
nefasto rebuznó:Llevo toda la vida echando el caldo de las pajas en un tupperware de 2 kgs que después meto en el congelador. Una vez que está lleno, espero a que se descongele y le vuelco toda la quesada en la puerta a mi vecina. Una vez se resbaló al pisarla y se partió la cadera. Tiene 80 años.
Jij.
John McClane rebuznó:Es que las putas gitanas solo se meten en la piscina para mear. Es como el que se mete en el mar hasta la cintura, echa un meo y vuelve a la silla.
Fave_de_fucka rebuznó:Cuando iba a la universidac vivía en un edificio de 5 o 6 alturas y 6 pisos por cada planta. Resulta que un día abro el buzón y veo una carta, pero no era para mí sino para una compañera de mi clase de la uni, que no diré su nombre porque lo que hice a continuación fue un delito. Me llevé la carta a mi casa y me puse a preguntarme cómo demonios había acabado una carta en mi buzón de una compañera de clase. La tipa me caía mal porque era muy antipática e iba de sabelotodo y peloteando a las profesoras. Abrí la carta y resultó ser una tarjeta de crédito que le había concedido su banco
Al final resultó que la tipa vivía en mi mismo edificio y yo ni me había enterado, se ve que el cartero se confundió de buzón.
Me guardé esa tarjeta de crédito como si fuera una reliquia, yo que sé, como Indiana Jones que consigue la cabeza dorada esa de la gruta secreta y se la guarda para sí. No saqué dinero ni nada, simplemente me la quedé y cuando terminé la uni y deje de vivir ahí tiré todo a la basura.
Otra vez cuando volvía de tender la ropa vi unas bragas tiradas en las escaleras, pues las cogí y decidí ridiculizar a la portadora de esas bragas. Las pequé con celo en una de las paredes del ascensor con este cartel:
El cartel y las bragas no duraron mucho tiempo ahí, pero sentí adrenalina pura mientras hacía todo esto.
Refugiado rebuznó:Otra putada que hacía y ya no puedo hacer: Granada, ciudad turística llena de turistas españoles y extranjeros todo el año. ¿A quién no le han pedido alguna vez hacer una foto a una pareja o grupo de personas? Cuando me lo pedían los turistas, y a sabiendas que nunca más los iba a volver a ver, les hacía la foto sin que se les viera la cabeza, o solo de los pies, o enfocando al cielo. Era, claro, la edad de las cámaras analógicas, cuando hacías la foto y había que esperar a que se acabase el carrete para revelarlas. Hoy, eso es ya imposible de hacer.
Perrino Chico rebuznó:Algo parecido hacía yo cuando vivía en El Escorial. Teníamos que atravesar toda la fachada principal del edificio por la mañana y a mediodía, para ir y volver de clase. Por las mañanas casi nunca, pero a mediodía siempre había grupos haciendo fotos a la fachada y nosotros les decíamos a los chinos/japoneses con signos "haced, haced la foto, que nosotros no vamos a pasar". Lógicamente lo que hacíamos era pasar, pero todos en grupo y saltando para joder la mayor parte de la foto, más salaos que éramos.
Tiboroski rebuznó:Me imagino a Kokillo pasando por allí, señalando al Monasterio y diciendo de modo nostálgico "cuando yo era joven todo esto era campo...".
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