Hola, amigüitos y amigüitas, bienvenidos a un nuevo Hilo Cansino. Me conoceréis de antiguas ediciones como "yo vine aquí a follar y me acabé haciendo una paja en el WC" o "mi novia dice que por el culo le duele y yo tan grande no la tengo". El tema que nos ocupa hoy es...
LAS TÍAS NO SABEN ACEPTAR UN NO
Idea que os ejemplifico con un nuevo fragmento de mi pseudoautobiografía no tanto para que me aconsejéis al respecto (que uno no es nuevo y el devenir de este caso es sota, caballo y rey) sino para que malmetáis, critiquéis, me llaméis maricón, indiquéis que el tema ya hiede de tanto que se ha aireado, os unáis a mí con vuestras propias anécdotas o reflexionéis de POR QUÉ SON TAN PUTAS.
Sin más, empezamos.
Aquí los tertulianos de la mesa de debate
Resulta que servidor, habida cuenta de que le dió boleto a su ex-torda meses ha y de que sus amigos crápulas y solteros habitan la mayoría en su ciudad natal, que no en la que reside actualmente, acude una vez por semana a uno de esos cursillos chorras que se dan en academias chorras y que cuestan un ojo de la cara con tal de hacer algo un poco distinto y conocer gente y tal. Léase cursos de cocina, macramé, yoga, bailes de salón o de hacer carteles de "te quiero" con macarrones. De lo quemados que llegan los treintañeros a esos sitios y las ganas de pillar marido/mujer que tienen, y lo mucho que se les nota, hablaremos otro día. Baste con decir que soy de los más razonables y estables de mi aula, que ya es mucho.
Un forero medio en un curso de marquetería
Como suele ocurrir, y teniendo en cuenta que nos juntamos los viernes a la hora de la cena, pronto la cosa derivó en irnos de bares a la salida de la clase y embrutecernos a base de cañas y copas hasta las mil de la noche. De las conversaciones profundísimas sobre el amor, la amistad y la vida y el convencimiento profundo de que nadie tiene ni puta idea de nada salvo el que habla también podemos hablar otro día. Quede como apunte que a mí la sensación que me da es de estar aguantando discursos de borrachos de cinco Wetamires y diez Ilovegintonics, no les digo más. Pero bueno.
Uno aguanta el chaparrón como puede, se ríe de todo Dios y su santa madre y como la mayoría de los pavos ni tienen gracia, salero, ingenio ni desvergüenza suficiente (¿si no qué coño hacen apuntándose a cursos de fracas? Ejem... :cry:) pues enseguida fue notorio para las mentes más observadoras y bien entrenadas que una chavala me hacía ojitos.
La temperatura basal del cuello de tu útero indica inequívocamente que te estás poniendo cachonda como una perra, Sara. Además, huéleme la mano...
Bueno, decirla chavala es hacerla un favor porque me saca unos cuantos años pero, oye, era maja, me caía muy bien y todavía tenía un par de empujones. Yo, que tengo horchata en vez de sangre en las venas y, como decía un conocido, sólo follo cuando tengo novia, no estaba interesado y simplemente pasaba tres kilos y no me daba por enterado.
Ahí está el primer error: CREER QUE UNA MUJER VA A DEJAR QUE UN TÍO PASE DE ELLA.
Es que, cojones, me toca la moral. Nosotros estamos entrenados para ello desde que se nos descuelgan los huevos y sabemos que, estadísticamente, nos han molado cientos de niñas y por mucho que hayamos triunfado (o hayáis, yo tengo un éxito normalito, ni fu ni fa) no nos hemos zumbado ni a la décima parte. (Ahora es cuando vienen todos los fantasmas a decir que ellos sí, y al 90% si hace falta.) Coño, SABEMOS LLEVAR EL RECHAZO. ¿Que te insinúas y miran para otro lado? Pues a joderse un par de días y a mirar para otro lado. Si estás muy muy muy encoñado pues igual te buscas la manera de insistir pero, ¿en general? Nah. LO NORMAL ES QUE PASEN DE NOSOTROS, no nos agría el carácter.
¿Qué pasa con las tías, salvo que sean muy feas o foreras? Pues que eso no es así. Menean las tetas, menean el culo, se abren de piernas y no falta quien las tapone el coño. Y si a la primera no se decide el pavo, se le coge un día por banda, polla fuera, rodilleras en ristre y a sacarle brillo al badajo con la lengua. Rara vez falla. Y es por eso que el que no se vaya detrás de su culo es la excepción, en vez de la norma. Se sienten heridas en su más profunda autoestima. ¿Cómo que el chico que les gusta no les está mirando las tetas cuando se ponen escote? Y se rallan.
Y por eso la tía insistía, insistía, mientras yo fallaba en darme cuenta de que debía poner pies en polvorosa porque no se iba a rendir, hasta que un día me cogió con una tajada como un piano, me dijo una guarrada con cara de no haber roto un plato y por una vez pensé con el cerebro de abajo y me la comí. O mejor, dicho, la caté. Porque a los diez segundos de estar restregándonos las lenguas en la amígdala contraria se separa con cara de culpa y me dice que no, QUE QUÉ ESTAMOS HACIENDO Y QUE MEJOR SEGUIR DE AMIGOS.
O sea, UNA VEZ VENCIDA MI RETICENCIA YA HA CUMPLIDO SU OBJETIVO. No le interesa follarme, le interesa SABER QUE SI QUIERE ME FOLLA. Y ya está.
Por cierto, tiene pareja. Y vive con ella. Les va mal. Pero se siente culpable por pillarse conmigo... No pasa nada, porque ya que lo hemos hablado ahora seremos AMIGOS.
¿Por qué son tan putas, gente del Rapiñas? ¿Por qué?
A mí me dibujaron así
Para no alargar indefinidamente este ladrillo (no os quejaréis, que os pongo dibujitos) a partir de ahí la dinámica es acojonantemente típica pero no por ello menos idiota:
-Si hablo con ella en plan buen rollo, "no te ralles", "seremos amigos", "lo que pasó pasó y ya está", me toca las narices. Que si no soy claro, que si digo las cosas a medias, que si me da miedo hablar de lo que siento.
-Si yo también me rallo (soy humano, gente) y le cuento mis depres, mis fobias y hostias, se pone supertierna y se crece en su papel protector. Que lo que tengo que hacer es tal, tal y pascual. Entre medio otro par de restregones interrumpidos, porque pude contenerme a última hora en vez de subirla a mi casa, gracias al Cielo. Por una parte se agradece que te animen y te escuchen pero por otra es una cagada porque lleva a...
-Si se me pasa la tontuna, veo la mala pinta que tiene todo y decido pasar de toda la historia, marcha atrás, a tratarse como amigos, con todo el cariño del mundo pero sin pasarse de la raya, vienen las recriminaciones de nuevo. Estoy frío. Estoy enfadado. No quiero admitirlo. ¿Que no me pasa nada malo? No se lo cree. Ya no soy como antes. ¿Le digo que no me ralle, por favor? Pues resulta que le he hecho daño, que esa se la guarda en el corazón...
-Y si llevo semanas sin volver a rozarla y manteniendo las distancias, vuelta al principio. Intentar cogerme de la mano, propiciar las situaciones, quejarse porque tardo diez horas en responderle un SMS, ataques de celos si les escribo correos a otros u otras y a ella no...
¡SU PUTA MADRE!
¿Por qué el desahogo? Porque esta mañana ha tenido los santos cojonazos de echarme en cara, vía correo, que es más fácil, que ya no soy el de antes, sino un Cansino nuevo, más frío y despegado, que le pone excusas poco creíbles aunque, claro, esto sería para hablarlo con el Cansino antiguo, no con el nuevo... AUNQUE NO LO DICE POR RALLARME NI RALLARSE, QUE COSAS MEJORES TIENE EN LAS QUE PENSAR QUE YO.
Argh. ¿En qué punto se cree una tía que tiene derecho a EXIGIR explicaciones y cariño? ¿Cómo se pueden engañar tanto las mujeres con el rollo de la amistad pura y sincera entre nosotros y ellas cuando lo que les va es tenerte en el tira y afloja, engordarse el puto ego y crear un dramón del que poder ser víctimas y protagonistas? ¿Y cómo puede un ser humano mínimamente inteligente creer que el cariño y la confianza pueden crecer cuando se intentan sacar a golpes? ¿No es como pegarle a un niño para que se ría? De gilipollas, digo.
Ea, ya me he hartado. Y ahora que lo he puesto por escrito ya se me pasan las ganas de contestárselo a ella. Que le entre otro al trapo, hostias. Podéis chapar el hilo.
LAS TÍAS NO SABEN ACEPTAR UN NO
Idea que os ejemplifico con un nuevo fragmento de mi pseudoautobiografía no tanto para que me aconsejéis al respecto (que uno no es nuevo y el devenir de este caso es sota, caballo y rey) sino para que malmetáis, critiquéis, me llaméis maricón, indiquéis que el tema ya hiede de tanto que se ha aireado, os unáis a mí con vuestras propias anécdotas o reflexionéis de POR QUÉ SON TAN PUTAS.
Sin más, empezamos.

Aquí los tertulianos de la mesa de debate
Resulta que servidor, habida cuenta de que le dió boleto a su ex-torda meses ha y de que sus amigos crápulas y solteros habitan la mayoría en su ciudad natal, que no en la que reside actualmente, acude una vez por semana a uno de esos cursillos chorras que se dan en academias chorras y que cuestan un ojo de la cara con tal de hacer algo un poco distinto y conocer gente y tal. Léase cursos de cocina, macramé, yoga, bailes de salón o de hacer carteles de "te quiero" con macarrones. De lo quemados que llegan los treintañeros a esos sitios y las ganas de pillar marido/mujer que tienen, y lo mucho que se les nota, hablaremos otro día. Baste con decir que soy de los más razonables y estables de mi aula, que ya es mucho.

Un forero medio en un curso de marquetería
Como suele ocurrir, y teniendo en cuenta que nos juntamos los viernes a la hora de la cena, pronto la cosa derivó en irnos de bares a la salida de la clase y embrutecernos a base de cañas y copas hasta las mil de la noche. De las conversaciones profundísimas sobre el amor, la amistad y la vida y el convencimiento profundo de que nadie tiene ni puta idea de nada salvo el que habla también podemos hablar otro día. Quede como apunte que a mí la sensación que me da es de estar aguantando discursos de borrachos de cinco Wetamires y diez Ilovegintonics, no les digo más. Pero bueno.
Uno aguanta el chaparrón como puede, se ríe de todo Dios y su santa madre y como la mayoría de los pavos ni tienen gracia, salero, ingenio ni desvergüenza suficiente (¿si no qué coño hacen apuntándose a cursos de fracas? Ejem... :cry:) pues enseguida fue notorio para las mentes más observadoras y bien entrenadas que una chavala me hacía ojitos.

La temperatura basal del cuello de tu útero indica inequívocamente que te estás poniendo cachonda como una perra, Sara. Además, huéleme la mano...
Bueno, decirla chavala es hacerla un favor porque me saca unos cuantos años pero, oye, era maja, me caía muy bien y todavía tenía un par de empujones. Yo, que tengo horchata en vez de sangre en las venas y, como decía un conocido, sólo follo cuando tengo novia, no estaba interesado y simplemente pasaba tres kilos y no me daba por enterado.
Ahí está el primer error: CREER QUE UNA MUJER VA A DEJAR QUE UN TÍO PASE DE ELLA.
Es que, cojones, me toca la moral. Nosotros estamos entrenados para ello desde que se nos descuelgan los huevos y sabemos que, estadísticamente, nos han molado cientos de niñas y por mucho que hayamos triunfado (o hayáis, yo tengo un éxito normalito, ni fu ni fa) no nos hemos zumbado ni a la décima parte. (Ahora es cuando vienen todos los fantasmas a decir que ellos sí, y al 90% si hace falta.) Coño, SABEMOS LLEVAR EL RECHAZO. ¿Que te insinúas y miran para otro lado? Pues a joderse un par de días y a mirar para otro lado. Si estás muy muy muy encoñado pues igual te buscas la manera de insistir pero, ¿en general? Nah. LO NORMAL ES QUE PASEN DE NOSOTROS, no nos agría el carácter.
¿Qué pasa con las tías, salvo que sean muy feas o foreras? Pues que eso no es así. Menean las tetas, menean el culo, se abren de piernas y no falta quien las tapone el coño. Y si a la primera no se decide el pavo, se le coge un día por banda, polla fuera, rodilleras en ristre y a sacarle brillo al badajo con la lengua. Rara vez falla. Y es por eso que el que no se vaya detrás de su culo es la excepción, en vez de la norma. Se sienten heridas en su más profunda autoestima. ¿Cómo que el chico que les gusta no les está mirando las tetas cuando se ponen escote? Y se rallan.
Y por eso la tía insistía, insistía, mientras yo fallaba en darme cuenta de que debía poner pies en polvorosa porque no se iba a rendir, hasta que un día me cogió con una tajada como un piano, me dijo una guarrada con cara de no haber roto un plato y por una vez pensé con el cerebro de abajo y me la comí. O mejor, dicho, la caté. Porque a los diez segundos de estar restregándonos las lenguas en la amígdala contraria se separa con cara de culpa y me dice que no, QUE QUÉ ESTAMOS HACIENDO Y QUE MEJOR SEGUIR DE AMIGOS.
O sea, UNA VEZ VENCIDA MI RETICENCIA YA HA CUMPLIDO SU OBJETIVO. No le interesa follarme, le interesa SABER QUE SI QUIERE ME FOLLA. Y ya está.
Por cierto, tiene pareja. Y vive con ella. Les va mal. Pero se siente culpable por pillarse conmigo... No pasa nada, porque ya que lo hemos hablado ahora seremos AMIGOS.
¿Por qué son tan putas, gente del Rapiñas? ¿Por qué?

A mí me dibujaron así
Para no alargar indefinidamente este ladrillo (no os quejaréis, que os pongo dibujitos) a partir de ahí la dinámica es acojonantemente típica pero no por ello menos idiota:
-Si hablo con ella en plan buen rollo, "no te ralles", "seremos amigos", "lo que pasó pasó y ya está", me toca las narices. Que si no soy claro, que si digo las cosas a medias, que si me da miedo hablar de lo que siento.
-Si yo también me rallo (soy humano, gente) y le cuento mis depres, mis fobias y hostias, se pone supertierna y se crece en su papel protector. Que lo que tengo que hacer es tal, tal y pascual. Entre medio otro par de restregones interrumpidos, porque pude contenerme a última hora en vez de subirla a mi casa, gracias al Cielo. Por una parte se agradece que te animen y te escuchen pero por otra es una cagada porque lleva a...
-Si se me pasa la tontuna, veo la mala pinta que tiene todo y decido pasar de toda la historia, marcha atrás, a tratarse como amigos, con todo el cariño del mundo pero sin pasarse de la raya, vienen las recriminaciones de nuevo. Estoy frío. Estoy enfadado. No quiero admitirlo. ¿Que no me pasa nada malo? No se lo cree. Ya no soy como antes. ¿Le digo que no me ralle, por favor? Pues resulta que le he hecho daño, que esa se la guarda en el corazón...
-Y si llevo semanas sin volver a rozarla y manteniendo las distancias, vuelta al principio. Intentar cogerme de la mano, propiciar las situaciones, quejarse porque tardo diez horas en responderle un SMS, ataques de celos si les escribo correos a otros u otras y a ella no...
¡SU PUTA MADRE!
¿Por qué el desahogo? Porque esta mañana ha tenido los santos cojonazos de echarme en cara, vía correo, que es más fácil, que ya no soy el de antes, sino un Cansino nuevo, más frío y despegado, que le pone excusas poco creíbles aunque, claro, esto sería para hablarlo con el Cansino antiguo, no con el nuevo... AUNQUE NO LO DICE POR RALLARME NI RALLARSE, QUE COSAS MEJORES TIENE EN LAS QUE PENSAR QUE YO.
Argh. ¿En qué punto se cree una tía que tiene derecho a EXIGIR explicaciones y cariño? ¿Cómo se pueden engañar tanto las mujeres con el rollo de la amistad pura y sincera entre nosotros y ellas cuando lo que les va es tenerte en el tira y afloja, engordarse el puto ego y crear un dramón del que poder ser víctimas y protagonistas? ¿Y cómo puede un ser humano mínimamente inteligente creer que el cariño y la confianza pueden crecer cuando se intentan sacar a golpes? ¿No es como pegarle a un niño para que se ría? De gilipollas, digo.
Ea, ya me he hartado. Y ahora que lo he puesto por escrito ya se me pasan las ganas de contestárselo a ella. Que le entre otro al trapo, hostias. Podéis chapar el hilo.
