Lance_Murdock
Freak
- Registro
- 22 Dic 2011
- Mensajes
- 5.416
- Reacciones
- 1.556
¿Has tirado de joyas? Ahí gol de Ramos en el descuento.¿Y cómo te creías que me veía yo? Esto, para mí, es de récord [emoji38][emoji38][emoji38][emoji38]
Siga el video a continuación para ver cómo instalar nuestro sitio como una aplicación web en su pantalla de inicio.
Nota: Esta función puede no estar disponible en algunos navegadores.
¿Has tirado de joyas? Ahí gol de Ramos en el descuento.¿Y cómo te creías que me veía yo? Esto, para mí, es de récord [emoji38][emoji38][emoji38][emoji38]
No. Un joyero. [/fin del facebookismo]¿Has tirado de joyas? Ahí gol de Ramos en el descuento.
Parece que la gente se haya olvidado de mí.
Además, de niño no, pero ahora me hace ilusión que me regalen ropa o calcetines. O una colonia. Cualquier cosa me vale... pero ya nadie me regala nada
¿Soy el único que compró todos los regalos en noviembre?![]()
De lo de las Yumas ahora no caigo, refréscame la memoria, por favor, que tus anécdotas son cremita todas. .
La verdad es que el tema de las rodilleras/coderas los que tenemos una edad fue una constante en nuestra infancia. Y los zapatos, madre de Dios los zapatos, que te tenían que valer hasta que los reventaras por el empeine. Y eso si no les cambiaban las tapas o los filis.
Bueno, un día después de haber acabado el curso con buenas notas se me antojaron en aquel entonces las deportivas Yumas. Esas que luego se convertirían en el icono del yonkarra, junto con el chándal de táctel de colores. Eran exactamente estás
![]()
A lo que iba, las quería porque pensaba que con ellas podía correr más y mejor, además que eran molonas y acaban de salir. Pues bien, mi padre el buen hombre dejó el encargo a mi madre para comprarlas, por las buenas notas y según él me las había merecido. En aquel entonces, a mediados de los 80, costaban cerca de 3000 pesetazas.
Pero mi madre tomó el encargo como le vino en gana. Con mi padre de viaje por más de un mes, como todos los veranos, mi madre me dijo que íbamos a por las zapatillas. Yo ilusionado me fui cándidamente con el sueño cercano de verme con las zapatillas alardeando delante de mis hamijos.
Sueño que empezó a desvanecerse cuando pasamos de largo de la tienda donde las vendían. Ya se desvaneció del todo cuando me metió en un sitio infecto conocido en Móstoles como la gran zapatilla, un almacén cutre, con cajas por todos lados, gitanos y pobrunos llevándose ciriacas y calzado mierdero a más no poder. Una mezcolanza de aromas amargos a pinrel falto de higiene inundaba aquella estancia.
Mi madre empezó a hablar y elegir. Yo estaba bloqueado, como viviendo un mal sueño, una pesadilla en un duermevela. De pronto me vi con un par de algo parecido a una deportivas de color azul, gris, una especie de Converse pero en cutre. Mi madre fue a pagar, y le dijeron 400 pesetas, sorprendida de tal precio, le dijo al dependiente si no tenían la misma zapatilla en otro color. El horror, el puto horror, si hubiera aparecido Caronte le hubiera dado la moneda sin pensarlo y me hubiera ido con él al mundo de las tinieblas.
Fui a por unas Yumas y me vine con dos pares infames de deportivas, porque si el primer par era detestablemente feo, el segundo de un verde degradado con rayas color verde oscuro era simplemente indescriptible.
Yo que había sido un poco insensato había alardeado con los colegas de las Yumas y al día siguiente me vieron aparecer con aquello....Pues el puto horror 2.
Mira el torquemada, iba a por una Yumas y le ha robado las playeras a Buggs Bunny Mec Mec.... Recuerdo esa frase, porque después de decirla el gracioso de turno, había 6 chavalines despanzurrados por el suelo muertos de la risa.
Aquellas zapatillas eran infernales. A mi nunca me habían olido los pies, pero a la cocción que sometía aquella infamia a mis pies, consiguieron que emanaran de los mismos unos aromas nauseabundos a más no poder.
Encima eran prácticamente indestructibles. Bueno hasta que encontré un filo de un ladrillo medio roto, las fui rajando poco a poco, con fruición, viendo que aquel filo era capaz de dañar esa maldita tela que parecía de Mytril.
Me cargué los dos pares en un mes y poco. Bien es cierto que las iba dañando y le decía a mi madre que se rajaban jugando al fútbol. No sospechaba nada porque me supongo que con el precio que pagó no esperaba el súmmum de la durabilidad.
Los últimos estertores del último par coincidieron con la llegada de mi padre de viaje. Sibilinamente le enseñé a mi madre, con mi padre delante, los rotos de la playera infame, encima eran las verdes. Mi padre puso cara de WTF, que se acrecentó cuando empezó a percibir el grandioso aroma que emanaba de aquella infamia hecha calzado. Mi madre le contó que había decidido que para el verano que me aguantase con lo más barato.
Mi padre la dijo con un cabreo del quince, que la última vez que se le ocurría hacer eso, si él le había prometido a un hijo o a otra persona algo y lo dejaba a su puto encargo, ella no tenía que decidir nada ni cambiarlo sin consultarlo, "la última vez que lo haces" la inquirió varias veces alzando la voz.
Al día siguiente tenía mis Yumas, con mi madre tragando saliva y con no pocas ganas de estrangularme.
Gracias. No lo recordaba. Es GLORIOSO.Aquí la tienes.
Gracias. No lo recordaba. Es GLORIOSO.
Es increíble, tenemos en torno a cuarenta años, cuentas esto a día de hoy a un veinteañero y no da crédito, suena a cosa como de posguerra, como de otra época mucho más lejana, pero es cierto que lo hemos vivido.
Siendo más joven que vosotros también lo viví, ahí pondría yo la línea. Luego se fue todo a la puta mierda.
Pues deberías saber que el amarillo es el nuevo neutro de moda; dicen los entendidos que en la decoración funciona igual que un beige o un gris, así que en la ropa, igual.Un jersey de pico amarillo, amos, no me jodas, no uso jerseys de pico, y menos de color amarillo.
Yo no quería que viniera, porque además de ser un ser hosco, maleducado y que olía a pana vieja, dormía en nuestra habitación y roncaba que parecía que estabas detrás de un Barreiros subiendo Pajares.
Para este 2017 he decidido rescindir unilateralmente la cláusula de colaborar en los regalos de la familia política, y he marcado un máximo de 2 bodas al año, case quien se case, mi santa hermana ya está casada así que no veo tan imprescindible acudir a cualquier boda, por importante que sea.
No. Un joyero. [/fin del facebookismo]
¿Nadie más aquí ha jugado con las pinzas de la ropa? Las usaba como soldados; verdaderos ejércitos que se batían en grandiosas batallas. Puestas todas juntas en la cuerda de tender, simulaban las teclas de un piano; melodías silenciosas que sólo existían en el interior de mi cabeza. Si les quitaba el muelle salían dos partes con el perfil de un fórmula 1. Me hacía un circuito de tierra en el corral y volaban en la pista. También unía unas con otras y hacia figuras conceptuales: un avión, un hacha, una culebra-dragón, una pistola; tomo minimalista, claro. Cuando me aburría me las enganchaba en la cara y me proporciona la relajación de un masaje de acupuntura. Puestas en las orejas eran dos pendientes, una ristra de ellas sobre el cuello un collar, y una en la barbilla era la barba chivo de un pirata. Y cuando se acercaba la hora de comer, me las metía en la boca, hablo de las de madera, y a base de chupar y masticar la madera, algo de sustancia soltaban que era suficiente para calmar la gusa hasta la hora de la sopa de pan caliente.
Para mí ver un paquete de pinzas nuevo era como un regalo, cuando se despistaba mi madre las cogía y empezaba mi mundo de fantasía. Si al terminar de jugar no las dejaba otra vez en su sitio me llevaba unas hostias, bien merecidas. Mi madre no era mucho de mimos.
Ahora, tengo toda la casa llena de pinzas de la ropa, están por todos lados, las necesito, son mi amuleto. Cuando leo las abro y cierro constantemente con la mano libre, me las sigo metiendo en la boca y chupándolas hasta quedarlas lisas, me las pinzo en las cejas y las orejas y me relajan, me limpio los oídos con ellas, y sobre todo, las observo aún con verdadera ilusión porque el potencial de una pinta es infinito.
Un juguete es un objeto que estimula la imaginación de un niño, y la simplicidad de este es inversamente proporcionar al estimulo que genera.
Luego mi padre lo tiró a la basura. Ahora vendrá Gintoncs a decir algo, pues le encantan estos detalles de mi progenitor.
Popó siempre me tiraba los juguetes, porque hacían bulto. En cuanto los dejaba de lado y ya no les daba uso desaparecían. .
Es el equivalente parejil a darle a un hijo una piruleta mientras subes al piso de arriba del puticlub a "terminar unos asuntos". Vamos no me jodas, tirando de tokens
Dónde quedó el ingenio. Dónde quedó el amor.
¿Qué parte de que odio regalar, de que soy malísimo con ello, de que no me gusta y de que es un trago que paso con más pena que gloria no te ha quedado clara? ¿Acaso te esperabas que se me hubiera ocurrido un regalazo bueno bonito y barato? Pues no, joder, no. Y da gracias que tenía esto pensado desde hace meses y que no he sido capaz de imaginar algo mejor en todo el 2016.
¿Nadie más aquí ha jugado con las pinzas de la ropa? Las usaba como soldados; verdaderos ejércitos que se batían en grandiosas batallas.
Offtopiqueo:Creo que somos casi de la misma cosecha. En mi caso 1984 (pa tu culo mi aparato). Por ahí tiene que andar la borderline.
Bronxtoleño, ni mese muera nunca.Jod
roncaba que parecía que estabas detrás de un Barreiros subiendo Pajares.
z.
Utilizamos cookies esenciales para que este sitio funcione, y cookies opcionales para mejorar tu experiencia.