En otra ocasión, también me quedé sin nadie con quien quedar un sábado por la noche. Decidí ir a una heladería a comprarme una tarrina mixta de vainilla con cookies- chocotrufa.
Me senté en la heladería a comerme mi helado tranquilamente. Vi gente nueva, conocí a dos personas normales, que no me violaron, ni robaron ni apalearon.
Luego me dí un paseo andando por la zona de marcha de Albacete, riéndome mentalmente de algunos individuos.
Fue una experiencia extraordinaria. Sólo gasté el euro que me costó el helado. Y al día siguiente me levanté como una rosa, sin olor a tabacazo en el pelo ni en la ropa. Creo que hoy haré lo mismo.