El truño de El Cabezas me hace pensar no en el truño en sí, sino en que es un visionario, un hombre que se adelató a su tiempo y a los engranajes de la historia. Ojo, El Cabezas YA EN LOS OCHENTA le hacía fotos a los truños. Cuando los carretes permitían 24 fotos y costaba dinero cada disparo, y no sólo dinero, sino también tiempo, porque había que llevarlo a revelar, esperar quizá días, pagar por cada foto individual, que te las viera el señor de la tienda y la gente se lo pensaba muy mucho antes de pulsar el disparador, él decía "toma cagada, le voy a sacar una foto". Y ahí tienes, una MIERRRRRRRDA como el sombrero de un picador, retratada sin importarle nada todo lo demás, en un acto de melasudismo eminentemente putalocuriense.