Me asombran mucho los miedos acumulados por la derecha sociológica. Es habitual que funcione con temores delirantes, casi paranoicos; por ejemplo, referidos a un personaje bastante mediocre como Rubalcaba, que es elevado a la categoría de Fouché, de Beria o de Maquiavelo. Nada que ver con una realidad mucho más gris. O consideraciones como que algo pasará, al final, para que el PSOE gane (con el trauma del 11-M de fondo), o que habrá recuperación cuando le convenga al PSOE, lo cual es una estupidez o una interiorización abracadabrante de la muy cuestionable de la teoría de los ciclos: hay recuperación cuando se han tomado las medidas adecuadas y aquí no se ha hecho, por lo que, más bien, vamos a la bancarrota con el Banco Central Europeo harto de comprar deuda española y con la Generalitat emitiendo bonos patrióticos en plena quiebra técnica.
No soy de los que consideran que el único culpable del desastre sea Zapatero ni tampoco el PSOE, sino que el problema, el foco del descalabro está en el sistema y me resulta significativo que se vayan asumiendo mis tesis sobre las autonomías, que antes mantenía en solitario, incluso con los mismos conceptos como “insostenible” o “el país de las maravillas”.
El PSOE va a desaparecer, por el sumidero de la Historia, y ya no hay vuelta atrás:
1.- Las encuestas catalanas indican que la fidelidad del votante socialista, sin duda muy castigado por la crisis, está bajo mínimos; el PSC no tiene suelo, está en caída libre.
2.- El PSC reducirá el 28 de noviembre de manera muy importante su botín electoral, que ahora incluye la Generalitat, y eso será un desastre para los cargos y para quienes viven del pesebre socialista.
3.- Eso provocará un enfrentamiento muy serio con el PSOE, que ha dado la espalda al PSC.
4.- El PSC perderá en unos meses todo su botín electoral, pues se encamina a ser desalojado del Ayuntamiento de Barcelona y de muchos otros ayuntamientos y diputaciones, con lo que el PSC entrará en estado de quiebra y paroxismo.
5.- El mismo panorama se ofrece en otras autonomías, como Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares, Canarias... sin dejar fuera a Andalucía. Súmense ayuntamientos por toda España. El PSOE se encamina a un desastre que no tiene parangón en toda su historia, ni siquiera con Almunia, y sobre todo a la pérdida de innumerables puestos de trabajo; de ahí que no pueda sobrevivir, porque es una oficina de colocación, una empresa política.
6.- Por toda España se extiende el abucheo a los dirigentes socialistas, como manifestación del malestar objetivo existente en una población que ya no soporta las mentiras oficiales.
7.- Rubalcaba, que ni tan siquiera alcanza la comparación con Rasputín, llega demasiado tarde y su puesto es el de enterrador del PSOE.
Los males, insisto, están en el sistema, y a ellos no son lejanos ni el PP ni los nacionalismos. Pero la sociedad civil está fuerte y no se va a suicidar.
Otrosí: si tuviera decencia, que no la tiene, Zapatero dimitiría ya y abriría las urnas. Sus próximos dan por seguro que abandonará en mayo de 2011, tras el descalabro de municipales y autonómicas. Enrique de Diego