ciudadanocapeto
Forero del todo a cien
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Al cuento de espíritu original del hilo:
En otro medio recogen la noticia de forma un poco diferente y con titular LOL:Un vecino se corta un dedo en medio del consistorio para pedir una licencia
La autoagresión se produjo después de que le dijeran que no podía ser recibido por un edil
Un vecino de Avilés se cortó el dedo índice de la mano izquierda ayer en el ayuntamiento después de que un concejal no le atendiera para hablar de un trámite. Lo hizo con un hacha que el mismo había portado. Los hechos tuvieron lugar en la primera planta del consistorio, en el área de acceso a los despachos municipales, y dos empleados de la casa fueron testigos de lo ocurrido.
Antonio Sebastián Montero, de 46 años, ya había visitado en varias ocasiones el consistorio avilesino para conocer en qué punto se encontraba el cambio de titularidad de un local de música amplificada. El bar, ubicado en el barrio de Sabugo, había tenido varios cierres por las quejas de los vecinos.
El propietario del establecimiento reclamó ver al concejal que llevaba el asunto, pero cuando le dijeron que no estaba desenvolvió un hacha que, según los testigos, era recién comprada, y se cortó un dedo. Al acabar, y ante la perplejidad de los presentes, dijo “toma, pa’l concejal”.
Sin embargo, el dedo se quedó ahí hasta que intervinieron agentes de la Policía Local. Lo envolvieron en plástico y, posteriormente, lo introdujeron en un recipiente con hielo que habían pedido en uno de los establecimientos de la plaza de España. Previamente, habían inmovilizado al hombre y lo habían cacheado a fin de determinar que no portara ninguna otra arma con la que pudiera herir a alguien más.
Sin amenazas Uno de los funcionarios que había visto lo sucedido reconocía horas después, tras haber pasado el susto inicial, que “en ningún momento nos faltó”. El hostelero no pronunció amenazas contra nadie, ni presente ni ausente, sólo se autolesionó.
Tras haberle informado de que no podría ser recibido por el concejal desenvolvió el hacha, que había permanecido hasta entonces oculta por papel de estraza, y se cortó el dedo. Así lo aseguró un testigo presencial que aunque reconoce que “no me dio tiempo a asustarme”, sí que vio que el arma aún llevaba pegado el código de barras.
Una vez que los agentes controlaron la situación trasladaron al herido hasta el hospital San Agustín. De ahí era derivado al Hospital Central Universitario de Asturias (HUCA), donde tratarían de reimplantarle el dedo. Horas después Sebastián recibía el alta médica, pero sin dedo. Fuentes hospitalarias indicaron que no pudieron reimplantárselo, pero si le cosieron la herida y le recetaron antibiótico para evitar posibles infecciones.
Control en los accesos Mientras tanto, en el Ayuntamiento de Avilés trataban de recuperar la normalidad. La noticia corrió como la pólvora, con versiones más o menos acertadas, y se reabrió el debate sobre la necesidad de controlar el acceso de gente al consistorio. Aunque no se ha tomado ninguna medida concreta sí se estudia la instalación de algún sistema que detecte metales y pueda alertar de la presencia de un arma, como el hacha de ayer.
Además del establecimiento por el que preguntaba Sebastián, este vecino había trabajado anteriormente en otros bares, uno de ellos ubicado en el barrio de La Carriona. El local por el que se interesaba en esta ocasión, según indicó el ayuntamiento, cuenta con numerosas denuncias por ruidos, por parte de los vecinos, el propio consistorio y la Procuradora del Principado Además, también tiene obras ejecutadas en un patio trasero declaradas ilegales por los servicios técnicos municipales.
Debido a esto, el ayuntamiento ordenó el cese de la actividad y requirió medidas correctoras para la puesta en marcha de la actividad. Posteriormente, según el consistorio, la propiedad rompió el precinto del establecimiento sin autorización municipal. A consecuencia de ello se reiteró la orden de cese de la actividad y volvió a procederse a precintar el establecimiento, repitiéndose en este tiempo las denuncias vecinales.
Resueltos en su mayoría los problemas para la apertura, según el ayuntamiento, el expediente se encuentra próximo a su finalización para conceder el cambio de titularidad y el decreto de apertura.
ANTONIO PONE EL DEDO EN LA LLAGA :121
«Me han hartado. Ahora parece que todo va como la seda»
(...)
Un par de ciudadanos salen de estampida. Hay gritos y carreras. Pero Antonio está tan tranquilo. «No me dolió nada. Estaba desesperado, pero ¿qué iba a hacer? ¿Tirarme al tren? ¿Una burrada para que me metan a la cárcel? Me he cortado un dedo para que me den lo mío», declaró ayer a este periódico Antonio Sebastián desde su casa asturiana.
Cuando se quedó en paro, Antonio, su mujer y su hijo pequeño, tomaron en arriendo un pub, el 'Estudio'80', en Sabugo, el mejor barrio de copas de Avilés. Las cosas les iban bien. Hasta que hubo una denuncia por ruidos, Antonio hizo caso omiso de la orden de cierre -«me lo dijeron por teléfono»-, abrió un día de Carnaval y se lo precintaron. Parece que las denuncias por ruido iban contra los anteriores propietarios, que unas obras que hicieron en el patio trasero son ilegales... Hace diez meses de aquello. Diez meses de calvario administrativo, asegura. «Me han toreado. Iba de un sitio a otro. Estuve tres meses preguntando por la concejala y nada. Pasaron semanas hasta que me dijeron que no era concejala, que era un hombre, un concejal. No sé ni cómo se llama. Andaba todos los días del concejal a la 'municipala', con los papeles que nos pedían y sin que nadie nos diera una solución... Nos han quitado el pan de la boca, porque cada mes cerrado teníamos que seguir pagando los mil euros de alquiler... Hasta que me he hartado. Ahora parece que todo va como la seda», asegura el amputado tras poner el dedo en la llaga del contencioso.
Antonio trae a su memoria vejaciones, olvidos y desplantes, burlas y artimañas funcionariales en este país que no es el de 'Cuéntame' sino más bien el de 'vuelva usted mañana' que tan bien retrató Larra. «Una vez, el funcionario nos tiró los documentos a la papelera y nos dijo que allí se iban a quedar. Se nos han reído a la cara desde el principio. No han hecho más que darnos largas», se lamenta el antiguo albañil.
«Esto no es un circo»
Hasta que Antonio estalló. Parece un argumento de película. «Pero esto no es un circo», protesta. «Solo quiero que me dejen trabajar. No les pido que me den un puesto ni un subsidio. Solo les pido poder trabajar», repite.
(...)
Ahora el Ayuntamiento de Avilés ha husmeado en el expediente, en la rotura del precinto, en las denuncias vecinales por ruido, en algunos problemas con el cambio de titularidad... Minucias. Ayer hubo un comunicado público donde se precisa que «resueltos en su mayoría los problemas para la apertura del local, el expediente se encuentra próximo a su finalización para proceder al cambio de titularidad y el decreto de apertura». ¡A buenas horas, mangas verdes!
«Llegamos a pensar que tenían algo contra nosotros. Cada tres meses nos decían una cosa distinta y nadie resolvía nada», se duele Pilar Sáez, la esposa de Antonio Sebastián. Ayer mismo, Pilar fue recibida por el concejal de Urbanismo, Luis Ramón Fernández Huerga, quien le expresó «lo mucho que sienten lo ocurrido», según comenta la mujer. «Nos dicen que no se tenía que haber llegado a esto, pero te acaban mareando y ya no sabes qué hacer», sostiene Pilar. «Me han dicho que en unos días se acercarán al local y que, si todo está en regla, podremos abrir», suspira.
Pero hasta que Antonio no se pegó el tajo... aquí nadie ha movido un dedo.