Eso lo entiendo.
Lo que digo es que me repugna esa lógica carcelaria de que puedes vender droga que arruine la vida de los niños, robar la pensión a viejas a punta de navaja, matar a gente de una paliza, pero como toques un pelo a una mujer serás señalado y castigado por tu conducta moralmente inaceptable.
Siempre hemos sido un país de huelebragas.
Las recibirían los mismos LeChucks de siempre. Hay gente que nace marcada con el estigma, no pretendas cambiar las cosas con simple numerología y explicaciones difusas porque eso no funciona así.
En otros países del mundo no se da esa singularidad que describo, no importa si la población reclusa por violación es más numerosa o menos. Es más bien un fenómeno nuestro, italiano y en cierta medida panchito, propio de países donde se venera más a la santa matrona que al propio Dios por haberlo parido y donde llamar hijo de puta es la máxima ofensa que se le puede hacer a alguien. Quema mendigos indefensos o mete trozos de viejas en bolsas de deporte que no te afearán los buenos días, pero pobre de ti si se enteran de que has abusado de una muyer, el crimen más execrable sobre la faz de la Tierra.
El ciclarte, y tus heridas en el alma por los traumas post-afganistan te están pasando factura, dices cosas cada vez mas raras, necesitas ayuda, vas a hacerle daño a alguien y a ti mismo, y será irreversible, hazme caso, he pasado por esa mierda hermano.