Lo más llamativo del asunto arbitral es el sesgo sensorial del homo futbolerdus , a quien todo lo que favorezca al rival le parece la mayor injusticia sobre la faz de la tierra , pero lo que beneficie a su equipo es justo o razonable, como mucho "algo riguroso".
Es ridículo tener parado un partido cinco minutos por decisiones de milímetros o juzgar acciones a toro pasado (que no sean agresiones) como la jugada del penalti de Bartra ,que es una mano clara pero previo forcejeo con Minoral, al que podían haber pitado falta durante el lance.
Con público ni de coña se hubiesen atrevido a revisar esa jugada,ni mucho menos pitar panal.
Ese es el verdadero saldo arbitral que está teniendo a favor el Madrid desde que se juega sin público por la pandemia.