Invoco al compañero
@hitsfromthebong para que cuente toda la jerga asociada a las lecheras, y seguro que 5 ó 6 historias con mucho LOL de estos vehículos.
Jerga poca puedo aportar acerca de las lecheras señor Alí. Puedo decir que la teoría del señor Topbox será totalmente válida, ya que él es madero y encima se lo dijo un tiburón del norte, así que será asín fijo, pero la del señor Gintonic es la que me resulta más cercana. Mi viejo defiende a capa y espada esa teoría; dice que se les llamaba de esa manera porque tal como se abría la puerta empezaban a salir monos con las porras en la mano repartiendo zascas a todo Dios sin miramiento alguno. Aquí en el sur se ve que ese es el origen de determinado nombre.
Mi experiencia con las lecheras es pírrica. Solo la conocí una vez, cuando me trasladaron del calabozo al talego, y debo decir que salvo porque tienes que ir esposado el trato y la conducción hasta el hotel fueron correctos. Me extrañó que no me llevara la guardia picoleta, porque son los que suelen hacer los traslados, fueron los nacionales, y se portaron bien en todo momento, incluso me dieron una botella de water y conversación furbolera.
Tengo peor recuerdo de los zetas, porque fue donde me metieron el día que me trincaron con el costo. No me resistí a la autoridad pero sí que me reboté con uno de ellos porque era demasiado chulo, se creía jarry el sucio y yo le repliqué a cuenta de no me acuerdo qué. En ese momento (él pensó que le iba a atacar o yo que sé) me endiñó con la porra en el estómago y me doblé como una alcayata, me pusieron los grilletes y paentro.
Durante el trayecto hasta la comisaría central de Blas Infante me dolía el estómago a rabiar por el palo que me había dado el madero. Al llegar allí, me dieron una pirula blanca que no sé qué era y al poco rato se me pasó.
Luego en el calabozo el LOL estaba por todas partes:
Un yonki temblando y sudando de mono con una manta por lo arto en la que debía de haber potado, meado y escupido la mitad del lumpen sevillano, amen de miles de peos que llevaría encima. Juro que dicha manta olía a varios metros de distancia, pero al yonko se la sudaba. En su delirio provocado por la abstinencia ese dato carecía de importancia. Un cani cantando por camarón (es un decir) puesto de trankimazin y yo.
Nos trajeron unos bocatas consistentes en una pieza de pan manido y dos lonchas de tranchetes en medio. Yo me lo comí aún doliéndome el estómago porque sabía que no nos iban a dar más papeo en unas buenas horas, el cani también se lo chascó aunque seguía canturreando entre bocado y bocado, el yonki se lo guardo entre las piernas mientras en postura fetal seguía temblando cual "Perrino chico" en un canasto.
Joder, se me ha ido la olla, esto iba de lecheras y ya he encalomao una historieta medio relacionada pero que no se ajusta al tema del jilo. Cada vez que me pasa esto me entra el miedo por el cuelpo y me acuerdo de esta inmensa canción a la que no me canso de hacer referencia.