Libros Literatura Militar

Me gustaría aportar mi granito de arena recomendando "La segunda guerra mundial" de Raymond Cartier. Son dos tomos y fue publicada en España en el año 1966 por la editorial Planeta, a partir del original francés de París-Match.
Tiene muchísimas fotografías, bastantes planos y una muy buena narración... el único inconveniente es, que debido a la cercanía de los hechos, el autor se afana en demasía en justificar lo injustificable: la tremenda derrota del ejercito francés en 1940.
Yo mi edición la heredé, pero he visto alguna vez algún tomo en librerías de segunda mano.

Un Saludo
 
Muy buena coleccion esa que aportas "orificio". Yo, de hecho, acabo de terminar "La batalla de Stalingrado" de William Craig. Es sensacional ese libro. Al principio tarda en arrancar pero una vez que cojes el hilo no te puedes apartar de el. El problema que presenta, a mi juicio, son los numerosos terminos militares como division, batallon, defensa en erizo.etc que te dejan un poco perdido en ocasiones. Por lo demas es especialmente grafico, sobre todo por las terribles condiciones que tuvieron que pasar los soldados del eje, en especial los italianos. No entro en detalles por si alguno desea leerlo.
 
viewsonic rebuznó:
Muy buena coleccion esa que aportas "orificio". Yo, de hecho, acabo de terminar "La batalla de Stalingrado" de William Craig. Es sensacional ese libro. Al principio tarda en arrancar pero una vez que cojes el hilo no te puedes apartar de el. El problema que presenta, a mi juicio, son los numerosos terminos militares como division, batallon, defensa en erizo.etc que te dejan un poco perdido en ocasiones. Por lo demas es especialmente grafico, sobre todo por las terribles condiciones que tuvieron que pasar los soldados del eje, en especial los italianos. No entro en detalles por si alguno desea leerlo.

Es brutal este libro del 'anti-Beevor' enfocándolo desde el punto de vista del soldado de a pie y sus penalidades.
Recordemos que Stalingrado, fue la batalla mas sangrienta de la 2GM, el principio del fin de Reich y de Hitler.
Buena elección y gran recomendación
 
La Armada del Zar de Constantine Pleshakov,un relato de la guerra ruso-japonesa de 1905 con sus antecedentes y consecuencias.Tiene buena pinta.Por cortesía de la colección de RBA,costó 8,95 ecus.
 
Me acabo de hacer con otro de la colección RBA,en este caso Batallas Decisivas IV de JFC Fuller que abarca desde la Guerra de Secesión hasta casi finales de la Primera Guerrra Mundial,pasando por la Guerra Franco-Prusiana y la Guerra Ruso Japonesa.En cuanto termine el que estoy leyendo a saco con éste y adelantando otros "pendientes" de la lista de espera
 
Cagüenlaputa no he terminado aun el anterior y ya me hice,también de la misma colección,con el de Dien Bien Phu.Muy grande y con buenas fotos(en papel fotográfico).Es una buena compra y más cuando este mismo libro en edición normal vale 20 ecus(en RBA 8,95)asi que si os gusta leer una buena(y cruenta)batalla entre bregados paracaidistas y legionarios franceses(con los coloniales)Vs tropas vietnamitas dirigidas por el mítico Giap ya sabeis.

posdata:"mi lista de espera" está creciendo a límites insospechados...

posdata2:eh....este hilo como que está muy desierto no?En los últimos meses como que casi yo sólo :(
 
Señor comandante Cobra, le comento que mis posteos en este hilo se reducen porque las memorias del Señor Von Manstein tienen copado casi por completo mi tiempo

De todos modos, Hay alguna forma de pedir libros atrasados de la colección RBA? el catalogo de su web era muy disperso y quizá me interesase pedir los volúmenes de Fuller, el 3 y 4, que compré los 2 primeros.

Por otro lado comentar, sobre el libro de Peter Parckfield (o algo parecido) sobre su biografía de Himmler, la cual comencé a leer; Pero su introducción dedicando el libro a la Rosa Blanca (enemigo mayor dentro del reich contra las SS) me hizo dejarlo por considerar poca objetividad si se comienzá con esas premisas. Alguien me puede decir si debo intentar leerlo?

Salud y Panzer Division Marduk
 
Por partes:

-Las memorias de Von Manstein son tan malas como se dice?Creo que son muy repetitivas y cansinas en plan "yo sugerí esto pero se hizo lo otro" o "si me hubiesen hecho caso...".Además sin fotos.

-En cuanto los pedidos a RBA es que ni en la web sale la opción :? Tienen para otras colecciones que publica RBA (Los 5,Colecciones ñoñas,etc etc)pero de lo Grandes Batallas nada!

-En cuanto a los de Fuller,no sé después de haber leido el primero de ellos y empezar por este IV no me gusta mucho su manera de escribir que quieres que te diga.Al final uno se pierde,además sin mapas apenas(los que traen son malísimos)y el ritmo se pierde entre otros asuntos.Además es bastante partidista en muchos de sus comentarios.Es una opinión.
 
De las Memorias de Manstein me hayo en la parte cuando se hace cargo el Mariscal del grupo de ejércitos del Don.

Por lo que he leido, no considero que sea un libro egocéntrico o demasiado autojustificante, sólo en la medida del que el propio autor cuenta sus vivencias.

Es cierto que por el precio que tiene debería tener fotos y mapas más decentes (aunque los que trae son percetamente entendibles durante la lectura)

A mi personalmente, me fatiga un poco leer sobre movimientos militares puros y duros, y el libro tiene partes de esta índole, pero lo intercalan con anecdotas y visiones generales de la Wehrmatch y de la política militar (aunque Manstein no se moja en defender o otacar la política social general del Reich)

Yo te recomendaría que lo leyeras detenidamente, para mi es bastante bueno

Saludos comandante Cobra y Panzer Division Marduk
 
Darivo rebuznó:
De las Memorias de Manstein me hayo en la parte cuando se hace cargo el Mariscal del grupo de ejércitos del Don.

Por lo que he leido, no considero que sea un libro egocéntrico o demasiado autojustificante, sólo en la medida del que el propio autor cuenta sus vivencias.

Es cierto que por el precio que tiene debería tener fotos y mapas más decentes (aunque los que trae son percetamente entendibles durante la lectura)

A mi personalmente, me fatiga un poco leer sobre movimientos militares puros y duros, y el libro tiene partes de esta índole, pero lo intercalan con anecdotas y visiones generales de la Wehrmatch y de la política militar (aunque Manstein no se moja en defender o otacar la política social general del Reich)

Yo te recomendaría que lo leyeras detenidamente, para mi es bastante bueno

Saludos comandante Cobra y Panzer Division Marduk

Yo tambien estoy con el libro de Von Manstein; me parece un libro imprescindible para entender la II Guerra Mundial desde el punto de vista del militar aleman, no del politico alemán.
 
yo tengo todas las mierdas que me hacian estudiar en el liceo militar, el combatiente individual, el arte de mandar de André Gavet, y otras porquerias, no se que les da por leer "literatura" miliquil voluntariamente.......hay tantas cosas mejores
 
Te conté que tengo también La Guerra de las Malvinas de Editorial San Martín en donde se narra la fugaz guerra entre Gran Bretaña y Argentina :roll: ?


Curioso lema,Desear lo correcto

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En otro orden de cosas,siguiendo mi plan de no comprar nada más antes de terminar lo pendiente,pues ahora tengo una lectura ligera:"La Guerra Zulú de 1879" de Editorial delPrado(tiene sus diez años tranquilamente)
 
la oficialidad y suboficialidad argentina sufrio mucho la ausencia de vino tinto en las islas, creo que fue un factor desencadenante en la baja moral de la tropa....
 
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El soldado Guy Sajer tuvo la "suerte" de participar en el frente ruso en la división alemana de élite Gross Deutschland. Sus memorias del frente ruso son lo que es Salvar al Soldado Ryan en películas bélicas, es decir, realismo y recuerdos de primera mano, sencillamente estremecedores.

Hay muchos libros sobre la IIGM pero las memorias de Guy Sajer alcanzan una dureza y un realismo que no tienen comparación con lo que se puede leer normalmente sobre la 2GM. Además, lo más interesante es conocer de primera mano la guerra en rusia desde el punto de vista del ejército alemán.

Podría hablar largo y tendido sobre este libro de memorias pero sólo os puedo decir que es lo mejor que he leído en libros de guerra, superior a A Bridge too far o cualquier otro libro de guerra (la mayoría de libros interesantes que he leído son americanos y no dan una visión del ejército alemán, la verdad).

Os dejo un extracto para que veáis por donde voy. Estoy seguro que os gustará. Deciros también que son un poco duras y que el realismo es tal que se te pone la piel de gallina. Todo lo que describe lo hace de tal manera que no puedes por menos que acongojarte.

Acabábamos de montar las dos Spandaus cuando el ruido de tanques pasando por los arbustos detrás de nosotros nos hizo encoger de hombros. En esa magnífica tarde de verano, los tanques alemanes estaban de nuevo saliendo de las sombras, moviéndose directos al este. Detrás de ellos, regimientos enteros, a paso doble, nos avanzaban y se desvanecían en una muralla de polvo, que los ocultaba de la vista. Unos cinco minutos más tarde, los rusos empezaron un bombardeo de una ferocidad sin precedentes. Todo se volvió opaco, y el sol se desvaneció de nuestros ojos, los cuales se habían vuelto enormes por el terror. Las nubes de polvo eran reemplazadas sólo por continuos resplandores rojos de las bombas al estrellarse contra las densas masas de árboles a 80 o 100 yardas de nosotros. El suelo se sacudía más duramente de lo que había experimentado jamás, y los arbustos detrás de nosotros se prendían en llamas. Gritos de terror profundo salían de nuestras gargantas. Todo parecía fuera de lugar. El aire a nuestro alrededor estaba lleno de polvo que volaba, mezclado con fragmentos de metal y fuego. Kraus y uno de los recién llegados fueron enterrados por un deslizamiento de tierras antes de que supieran qué les había ocurrido. Me lancé al lugar más profundo de nuestro agujero, y observé sin comprender al flujo constante de tierra saltando y cayendo violentamente hacia nuestro refugio. Empecé a aullar como un loco. Hals presionaba su cabeza sucia contra la mía, y nuestros cascos chocaban juntos por las sacudidas como dos latas de comida. La cara de Hals estaba transfigurada por el terror.

“Esto es.....el.....final” suspiró, sus palabras rotas por las explosiones, que se nos llevaban nuestro aliento. Sobrecogidos por el horror, sólo podía estar de acuerdo.

De pronto, una figura humana se dejó caer en nuestro agujero. Ambos temblamos con desesperación y terror. Entonces otra forma humana se unió a la primera, en un gran salto. Esta vez nuestros ojos se percataron de que eran dos de los nuestros. Uno de los recién llegados nos gritó como pudo, mientras intentaba conseguir aliento: “¡Mi compañía entera ha sido diezmada, ha desaparecido totalmente! ¡Esto es terrible!.”
Cuidadosamente sacó la cabeza justo por el borde del agujero mientras una serie de explosiones caían muy cerca de donde estábamos. Su casco y una parte de su cabeza salieron volando, y cayó de espaldas, con un grito terrible, horroroso. Su cráneo desmenuzado cayó a manos de Hals, y fuimos salpicados con la sangre y fragmentos de carne humana. Hals lanzó los restos asquerosos del cadáver tan lejos como pudo, y enterró su cabeza en el polvo y el fango. Las explosiones se habían vuelto tan violentas que sentíamos que la tierra a nuestro alrededor de movía y se desplazaba. Dentro de nuestro agujero, podíamos oír como un motor fuera de control. Entonces hubo otra explosión, más violenta que todas las anteriores, y un enorme destello de luz sacudió el límite de nuestro trinchera. Nuestros dos Spandaus cayeron de la parte de arriba sobre nosotros en un movimiento de tierra violento. Aquellos que no estaban sacudidos como tontos por el terror aullaban y gritaban como locos:
“Estamos acabados”
“Mama. Soy yo”
“No, no”
“Moriremos enterrados vivos”
“¡Ayuda!”
Pero nada de lo que dijéramos podía poner punto y final a ese infierno, que no parecía acabar nunca.....
Unos 30 soldados que llegaron corriendo se apretujaban contra nosotros. Éramos golpeados, sacudidos y enterrados sin piedad, mientras todos intentábamos ocultarnos y enterrarnos lo más adentro posible del agujero. Quien quiera que estuviera afuera o arriba, estaba acabado. La tierra a nuestro alrededor estaba marcado por miles de agujeros, y de cada uno de ellos podíamos oír ruidos de soldados huyendo en busca de refugio. Pero el cruel suelo ruso estaba listo para más salvas e impactos, y aquellos que pensaban que estaban salvados seguían muriendo.
Oímos el ruido de motores de aviones, y los vítores por la Luftwaffe surgieron de cientos de hombres desesperados. El bombardeo continuó unos segundo más , y entonces disminuyó dramáticamente. Los oficiales que estaban aún vivos hicieron sonar sus silbatos para la retirada, y los hombres en nuestro agujero se asomaban como conejos en su madriguera dispuestos a seguir a sus oficiales y salir de ese infierno. Estábamos a punto de seguirles cuando nuestro stabsfeldwebel, que no había muerto todavía, nos gritó muy alto: “¡Vosotros no! . Nos quedamos aquí para detener un contraataque ruso. Tened vuestras armas preparadas.”

Seis jóvenes de las Joventudes Hitlerianas que yacían cadáveres en la parte superior de nuestra trinchera habían cambiado de aspecto totalmente. A la izquierda, un soldado estaba totalmente enterrado, y las botas de Kraus salían de debajo un montículo de arena y suciedad. El otro granadero había sido completamente enterrado.
Con la ayuda del veterano, cuya cara estaba salpicada de sangre, fuimos capaces de poner de nuevo las F.M. en su lugar. La llanura, que había sido alterada y apenas la reconocíamos, estaba salpicada de agujeros y estrías, como si un gigante hubiera estado golpeándola. Donde quiera que uno miraba, había humo y llamas cuerpos sin vida esparcidos por todas partes. En la distancia, a través de las espirales de humo y polvo, podíamos ver los geysers de fuego de las bombas que nuestros ME-110 estaban lanzando sobre la artillería rusa. Parecía como si hubiéramos impactado varios depósitos de munición. Las ondas de choque de esas explosiones golpeaban la tierra y el cielo con una intensidad extraordinaria de luz, quitándonos el aire.
“¡Esos bastardos! Gritó el ober. “Ahora están teniendo lo que se merecen”.

Nuestros ME-110 giraron hacia al oeste, y la artillería rusa abrió fuego otra vez. Se estaban concentrando particularmente en los panzers, los cuales se retiraban en desorden, con al menos la mitad de su número destruidos.

Aunque mi brazo izquierdo se había casi roto con la caída de los soldados que huían presas del pánico y que saltaron en nuestro agujero, no había notado nada hasta entonces. Ahora, me estaba causando un dolor tremendo; pero estaba demasiado atareado para prestarle atención. El bombardeo continuaba de norte a sur, y entonces pasó por encima nuestro otra vez, intensificando y esparciendo sus dosis de terror y dolor. Nuestro grupo de hombres estupefactos podían respirar solamente con dificultad, como un inválido que se levanta después de una larga enfermedad y que intenta recuperar su fuerza y aliento. Éramos incapaces de hablar: no había nada que decir mientras pasaban las horas, y no hay forma de describirlas ahora con la fuerza y la vehemencia necesarias que requeriría. Nada permanece para aquellos que han sobrevivido a una experiencia semejante sino una sensación de pérdida de equilibrio incontrolable, y una aguda, sórdida angustia que no se va con el paso de los años.

Abandonados por un Dios en quien muchos de nosotros creíamos, permanecíamos postrados y magullados en nuestra semi-tumba. De vez en cuando, uno de nosotros miraba por encima del parapeto para observar la llanura polvorienta que había delante nuestro hacia el este, desde la cual la muerte podía caer sobre nosotros en cualquier momento. Nos sentíamos como almas perdidas, que habían olvidado que los hombres están hechos de algo más, que el tiempo existe, y la esperanza, y los sentimientos diferentes a la angustia; que la amistad puede ser más que efímera, que el amor puede ocurrir a veces, que la tierra puede ser productiva, y usada para algo más que enterrar a los muertos.
Éramos locos, gesticulando y moviéndonos sin pensamientos ni esperanza. Nuestras piernas y brazos estaban atontados por horas de apretujarnos y enterrarnos unos contra los otros, vivos o muertos, en un espacio tan reducido. El stabsfeldwebel nos repetía mecánicamente que debíamos mantener nuestra posición, pero cada nueva serie de explosiones nos enviaba a lo más hondo de nuestro agujero.
La noche cayó antes de que nos diéramos cuenta que el día había finalizado, y con la oscuridad volvió nuestro terror. Lindberg, cuya condición nerviosa era preocupante, se había colapsado cayendo en una especie de estupor que, por el momento, le había llevado a olvidarse del infierno vivido. El Sudete estaba casi tan afectado como Lindberg. Había empezado a temblar, como alguien enfermo y a vomitar incontroladamente. La locura y la maldad habían invadido nuestro cuerpo, y ganaba terreno rápidamente. En un estado de semi delirio, vi un gigante, a quien en otro tiempo conocía como Hals, inclinarse hacia su ametralladora y disparar hacia el cielo, que continuaba haciéndonos llegar su lluvia de fuego y metal. También vi al Stabs, con signos de demencia, sacudir el suelo con su puño cerrado, y entonces girarse hacia el granadero que aún vivía y golpearlo. El granadero, que parecía haber aguantado muy bien hasta entonces, simplemente se giró para ver al Stabs, como alguien en trance, y entonces estallar en lágrimas. Podía oír el eco de millones de ruidos y silbidos de las bombas cayendo sobre el suelo con una precisión mortal, y sentir que iba a quedarme sin aliento. Me levanté, totalmente despreocupado de lo que estaba haciendo, gritando improperios y obscenidades al cielo. Había alcanzado el límite del abismo, como todos mis compañeros, y como ellos estaba a punto de entrar en la locura más absoluta, estaba acabado. Mi ira quemaba como una hoguera, consumiendo mis últimas reservas de fuerza, mi cabeza empezó a navegar, y caí hacia delante contra los límites de la trinchera. Mi boca, que estaba totalmente abierta, llena de polvo y suciedad. Empecé a vomitar, y sabía que no podría ser capaz de parar hasta que me hubiera vaciado completamente. Nadé entre mis vómitos con mis manos temblorosas palpando el terreno que tenía delante, intentando alcanzar algún apoyo del parapeto. Un flash blanco, como en una pesadilla, encendió la oscuridad que nos había envuelto, y me sacó de la posibilidad de que me quedara sin sentido. Lentamente subí mis ojos por encima del nivel de la trinchera, para seguir la bengala rusa mientras caía al suelo. Durante esos momentos me sentí extrañamente seguro de que estaba en casa, que nada de lo que había a nuestro alrededor existía, y que la bengala que descendía era realmente una estrella fugaz.
Permanecí en mi estupor durante un largo tiempo, mientras las explosiones continuaban comprimiendo mi cuerpo. Algunos hombres permanecieron en una misma posición durante horas, despiertos con las piernas y los ojos totalmente abiertos. Finalmente, hacia la medianoche, todo cayó en silencio. No obstante, nadie se movió. Nos sentíamos tan cansados que el movimiento estaba más allá del límite de la posibilidad. Finalmente el veterano fue capaz de hacernos prestar atención: “ No os vayáis a dormir, chicos. Este es el momento en que Iván atacará”

El stabs se lo quedó mirando con ojos preocupados. Se levantó y se inclinó contra el muro de la trinchera. Unos minutos más tarde, su cabeza cayó hacia delante, y se quedó perdido en un sueño paralítico.
El veterano continuó exhortándonos, pero los seis de nosotros que aún quedaban respondimos a sus peticiones con un silencio tan absoluto como el silencio de nuestros ocho cuerpos. El sueño nos golpeaba, como los cañones nos lo habían quitado. Si los rusos hubieran escogido ese momento para atacar, indudablemente habrían salvado muchas vidas de su lado. Nuestras posiciones avanzadas estaban defendidas por hombres dormidos y muertos. Aunque hubieran habido más explosiones, nuestros oídos no nos hubieran transmitido nada durante unas horas.

El Stabsfeldwebel fue el primero en despertarse. Cuando abrimos nuestros ojos, nos lo encontramos inclinado sobre el Sudete, que estaba durmiendo a su lado. El Sudete había gritado, lo que seguramente había despertado al Stabs. Nos sentíamos tan cansados y exhaustos que cada gesto nos hacía gemir de dolor. El cielo una vez más estaba volviéndose rosa, y podíamos ver el caos esparcido por toda la llanura. Todo estaba en calma, y no podíamos oír ni un ruido. Contemplamos el enorme espacio que nos rodeaba. El horizonte era casi un círculo perfecto, perdiendo su línea sólo en el límite de árboles hacia el norte y el sur. Sacamos nuestras latas de comida, e intentamos comer y hablar un poco.

“Eso es, debéis recuperar fuerzas”, bromeó el stabs, que estaba viviendo sus últimos momentos. “Me sorprendería que esta tranquilidad durara mucho más”.
“Quizás dure”, dijo alguien. “El show de ayer ha dejado muy pocos hombres vivos en esta posición. Podríamos tener dos o tres días como ahora”.
“Lo dudo”, dijo el Stabs. “El Führer ha dado la orden de marchar hacia el este, y nada puede parar a nuestras tropas ahora. La ofensiva continuará tan pronto como el sol esté alto”.
“¿De verdad cree eso?”, preguntó Lindberg, nervioso como siempre cuando algo iba como queríamos. “¿Nuestras tropas podrán destruir esos condenados cañones rusos?”.
“Si empieza otra vez”, me musitó Hals, “perderé la cabeza”.
“O morirás”, respondí. “No podemos esperar la misma suerte que tuvimos ayer”.
Hals me miró sorprendido. El Stabs, Lindberg, y el granadero superviviente estaban todavía hablando, mientras Hals y yo hacíamos predicciones pesimistas. Sólo el veterano continuó comiendo en silencio, sus ojos, rojos por la falta de sueño, fijados en el cielo.
Estaba a punto de hablar de nuevo cuando un ruido infernal sacudió el aire de la mañana. Un segundo más tarde, un infierno de cargas explosivas rusas cayó alrededor nuestro, y una vez más nos colapsamos con terror en el fondo del agujero.
“Dios mio”, alguien gritó. “Empieza otra vez”.
Hals se estaba acercando a mi un poco más, en medio de una nube de nubes polvo y barro. Acababa de abrir la boca para decir algo cuando una explosión violenta muy cerca de nosotros ocultó el sonido de su voz.
“No podremos resistir”, dijo.” Mejor será que salgamos”.
Una bomba explotó tan cerca que el suelo gris de la trinchera se volvió rojo a la luz de su llama, Una nube gruesa de humo nos envolvió, y enormes cantidades de tierra cayó encima nuestro. Podíamos oír los gritos de terror, y entonces la voz del stabs: “¿Alguien está herido?”.

“¡Dios!” gritó el veterano a través de un espasmo de tos. “¿Dónde demonios está nuestra artillería?”.
Lindberg había empezado a temblar otra vez. Entonces el fuego ruso se detuvo en seco. El veterano echó un vistazo con cuidado, y tras él nuestras sietes cabezas salieron de su escondite. Miramos la llanura, que todavía estaba cubierta de nubes de polvo. En la distancia, al lado del bosque, alguien estaba gimiendo.
“Deben ir cortos de munición”, dijo el Stabs, sonriendo. “Si no, no habrían parado tan rápidamente”.
El veterano lo miró con su mirada habitual de resignación. “Estaba pensando lo mismo de nuestra artillería, Stabsfeldwebel. Me estaba preguntando porqué no están disparando”.
“Nos estamos preparando para una ofensiva, eso es por lo que estamos tan quietos. Pronto veremos nuestros tanques....”.

El veterano observó el horizonte.
“Estoy seguro,” continuó el Stabs,” que nuestra ofensiva empezará otra vez, en cualquier momento....”
Pero estábamos mirando al veterano: sus ojos se habían abierto más y más, así como su boca, que parecía preparada para gemir. El stabs también se había levantado y observaba atónito.
A una distancia remota, un línea delgada negra se extendía de una punta del horizonte al otro, y se estaba moviendo hacia nosotros como una ola que se dirige hacia la playa. Nos quedamos mirando por un momento, atónitos: la línea era densa, y de alguna manera irreal. Entonces el veterano gritó en una voz que nos paralizó de pánico: “¡Son los siberianos!. Están aquí. Debe haber un millón de ellos”.
“Todos a sus puestos”, gritó el Stabs, cuyos ojos permanecían fijos, como hipnotizados, sobre la visión que se extendía delante.
 
Rompiendo mi política de no gasto en la mañana de hoy me he hecho por UN ecu(precio simbólico vamos)con "Vive peligrosamente",las memorias del Obersturmbannführer Otto Skorzeny(jefe de los comandos de las SS que entre varias misiones fueron los encargados de rescatar a Mussolini).Es de una edición de 1972,pero lo que no me queda muy claro es si son dos partes ya que consultando la wiki habla de dos partes(la 2ª titulada "Luchamos y perdimos") :?

Por lo demás tardaré en ponerme con él ya que tengo bastantes prioridades(y varios pedidos via correo pendientes)
 
Muchacho, no pagues tanto por ese book, míralo aquí:


Vive peligrosamente
[788470020278] 14.00€


9788470020278.jpg



Autor: Otto Skorzeny
Editorial: Editorial Acervo
ISBN: 978-84-7002-027-8
Publicación: 2004 (1ª ed.: mayo 1965)
Idioma: Español
Descripción: 385 páginas; rústica; 13,4 x 19,6 cm.; no contiene ilustraciones






No es este un libro político, sino la vida de un soldado excepcional contada por él mismo. Ingeniero de profesión, Otto Skorzeny sirvió a su patria como soldado durante la Segunda Guerra Mundial, que terminó con el grado de coronel. Se le encomendaron misiones de extraordinaria importancia, destacándose entre ellas la que llevó a cabo mediante la increible hazaña de la liberación de Mussolini, prisionero de los italianos después de la rendición italiana, desde el aire. Este histórico episodio queda recogido en el presente volumen, primero de los dos que integran su biografía completa.

La autobiografía de Skorzeny es libro de texto en las escuelas militares de Estados Unidos, Grecia, Turquía, Suiza, etc.; incluso es de lectura obligada en la escuela militar de Israel, en donde se ha publicado una versión en hebreo.


PD: Lo puedes adquirir a través de esta página. El enlace:

https://www.centurialibros.com/product_info.php?products_id=2543
 
Bueno puesacabo de recoger en correos,rompiendo mi política de no compra,Corsarios Alemanes en la Gran Guerra de Luís de la Sierra que en cuanto pueda me pongo a leer.Me han hablado auténticas maravillas de él y de su autor(estoy esperando otro libro también de la guerra marítima durante la Primera Guerra Mundial del mismo).Así a primera vista tiene buena pinta:sus casi cuatrocientas páginas y bastantes fotos(y eso que el tema es casi desconocido)lo hacen llamativo.Me jodió un poco el precio,16 ecus,para un libro de 1984 pero en fin es lo que hay

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He visto aquí lecturas muy interesantes.
He leido STALINGRADO y BERLIN, LA CAIDA de Beevor. Ambos 2 son muy recomendables, aunque a mí particularmente me gustó más el primero porque cubre un periodo histórico más incierto y ayuda más a conocer y entender aquella horrible carnicería.
Quería recomendar un libro muy conocido que no he visto anotado por aquí:
UN PUENTE LEJANO de Cornelius Ryan, creo recordar auntor también de EL DIA MAS LARGO (sobre Normandía)
No creo que UN PUENTE LEJANO sea un GRAN libro pero sí un buen libro que asegura un buen rato de entretenimiento y contiene mucha información, como los de Beevor
 
Terminado el de "Corsarios..."(me llevo tiempo,y eso que el libro está dpm)me pongo hoy con "Tormenta del desierto",que lo tengo aparcado desde hace ya ni se sabe,que trata sobre la IGuerra del Golfo
 
Al fin he terminado el Waterloo (una victoria alemana) de Hofschröeder.

Muy bueno y muy desmitificador.
Wellington no era tan amo como lo pintan.
 
Gayo Mentula rebuznó:
Al fin he terminado el Waterloo (una victoria alemana) de Hofschröeder.

Muy bueno y muy desmitificador.
Wellington no era tan amo como lo pintan.

Claro que hay que desmitificarlo,es lo que tiene la historia...que al final la escriben los vencedores.
 
Ayer estuve hojeando creo que se llama "memorias de un soldado" de Guderian.

Se me caía la baba pero no me lo compré. Lo vi caro, creo que eran unos 24 leurios y me pareció excesivo.
 
He empezado a leer "Kursk, la batalla decisiva", de Álvaro Lozano, de momento pinta bien, a ver que tal.
 
Bueno, tras haber terminado el libro de "Kursk, la batalla decisiva", debo decir que es bastante flojo, a pesar de que al inicio pinta bien. El autor se limita a hacer un refrito de lo afirmado por otros historiadores y autores, muchas veces se repite, por lo que la narración es bastante farragosa, amén de no aportar excesivos datos sobre tan interesante e importante batalla. Lo malo es que hay pocos libros en español sobre el tema del frente del este, y más sobre esta batalla en concreto, sin duda la literatura en inglés abundará más, por lo que, que si no tienen más remedio, pueden adquirirlo, pero desde luego, no es ninguna obra maestra.

Ahora he adquirido "La Primera Guerra Mundial", de Hew Strachan, a ver que tal es.
 
Pero qué puta mierda de nuevo foro es este. AGHHH. El Ragnarök ha llegado.

A Dios Gracias que no entro más que de uvas a peras.

Bueno, ya que estoy os recomiendo 1812. La trágica marcha de Napoleón sobre Moscú, de Adam Zamoyski. Ed. debate.
 
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