Para quien no conozca a Robert Johnson,sin duda el bluesman de los 30, tiene ante sí una apasionante historia por descubrir.
De él se dijo, como de Paganini, que por su forma de tocar(y algún otro detalle) había pactado con el diablo.
El sonido de sus grabaciones resulta actualmente prehistórico, pero tal vez precisamente por eso mantiene todo el encanto. Blues absolutamente puro;guitarra, voz, estructura muy sencilla y letras aparentemente también sencillas, pero que siguen siendo objeto incluso de estudio universitario en U.S.A. como los poemas de Whitman.
De Clapton, curiosamente, se decía cuando se fué de los Yardbirds que era Dios. Así que este disco junta un poco a Dios con el Diablo o,al menos, con uno de los suyos.
Las versiones más famosas que Clapton ha hecho de Johnson tal vez sean las que hacía en los inmortales Cream, pero en el disco de blues de este hombre por excelencia(al menos para mí),el From the Cradle, apenas había dado importancia al gran Robert. Recuerdo que cuando salió este disco en el 94 pensé eso, y también pensé que molaría un disco entero de versiones de Johnson. Pues 10 años después aquí está. Así que me siento como los niños de Mary Poppins cuando ésta apareció en su puerta después de que rompieran su carta. Pero sin mariconadas, cuidado.
Al principio el disco se hace extraño, porque de estar acostumbrado a oir a Johnson en las que tal vez sean algunas de las grabaciones más cutres que existen, pasas a oir las mismas canciones con un sonido inmaculado, batería(sin abuso,ojo),piano,etcétera. Cuando te haces a eso, el disco es la hostia. Si Johnson lo grabara hoy tal vez lo hiciera así. Máximo respeto en las versiones,pero sin privarse de nada. No lo necesita porque a un devoto le sale de ese modo sin forzarlo.
Clapton no es negro, pero cuando hace blues puede parecerlo y aquí lo vuelve a demostrar, y apenas echas de menos nada más 'auténtico'. Como rezaba el anuncio de From The Cradle: '¿Un blanco haciendo Blues como un negro? Oh,my god...' Pues otra vez lo hace. Mejor que muchos
negros ,de hecho.
En cuanto me he enterado de que salía este disco me he puesto a bajarlo, no he podido evitarlo porque necesitaba escucharlo, así que no sé qué músicos colaboran, y en una primera escucha tampoco los voy a juzgar porque me estoy limitando a disfrutar como puta en vacaciones, pero
cuando compre el original me fijaré en si son los mismos que en el del 94. Tal vez lo único que estoy extrañando un poco son los solos eléctricos y electrizantes de aquel disco, pero tampoco pegarían tan bien aquí, creo que ha hecho bien en relegar todavía más la distorsión.
Si no conocéis el blues, pero os interesa, tenéis aquí una oportunidad única de conocer a uno de los más grandes(para alguno,el más grande) con un sonido totalmente actual pero un feeling muy
similar al original. A gozal-lo.
De él se dijo, como de Paganini, que por su forma de tocar(y algún otro detalle) había pactado con el diablo.
El sonido de sus grabaciones resulta actualmente prehistórico, pero tal vez precisamente por eso mantiene todo el encanto. Blues absolutamente puro;guitarra, voz, estructura muy sencilla y letras aparentemente también sencillas, pero que siguen siendo objeto incluso de estudio universitario en U.S.A. como los poemas de Whitman.
De Clapton, curiosamente, se decía cuando se fué de los Yardbirds que era Dios. Así que este disco junta un poco a Dios con el Diablo o,al menos, con uno de los suyos.
Las versiones más famosas que Clapton ha hecho de Johnson tal vez sean las que hacía en los inmortales Cream, pero en el disco de blues de este hombre por excelencia(al menos para mí),el From the Cradle, apenas había dado importancia al gran Robert. Recuerdo que cuando salió este disco en el 94 pensé eso, y también pensé que molaría un disco entero de versiones de Johnson. Pues 10 años después aquí está. Así que me siento como los niños de Mary Poppins cuando ésta apareció en su puerta después de que rompieran su carta. Pero sin mariconadas, cuidado.
Al principio el disco se hace extraño, porque de estar acostumbrado a oir a Johnson en las que tal vez sean algunas de las grabaciones más cutres que existen, pasas a oir las mismas canciones con un sonido inmaculado, batería(sin abuso,ojo),piano,etcétera. Cuando te haces a eso, el disco es la hostia. Si Johnson lo grabara hoy tal vez lo hiciera así. Máximo respeto en las versiones,pero sin privarse de nada. No lo necesita porque a un devoto le sale de ese modo sin forzarlo.
Clapton no es negro, pero cuando hace blues puede parecerlo y aquí lo vuelve a demostrar, y apenas echas de menos nada más 'auténtico'. Como rezaba el anuncio de From The Cradle: '¿Un blanco haciendo Blues como un negro? Oh,my god...' Pues otra vez lo hace. Mejor que muchos
negros ,de hecho.
En cuanto me he enterado de que salía este disco me he puesto a bajarlo, no he podido evitarlo porque necesitaba escucharlo, así que no sé qué músicos colaboran, y en una primera escucha tampoco los voy a juzgar porque me estoy limitando a disfrutar como puta en vacaciones, pero
cuando compre el original me fijaré en si son los mismos que en el del 94. Tal vez lo único que estoy extrañando un poco son los solos eléctricos y electrizantes de aquel disco, pero tampoco pegarían tan bien aquí, creo que ha hecho bien en relegar todavía más la distorsión.
Si no conocéis el blues, pero os interesa, tenéis aquí una oportunidad única de conocer a uno de los más grandes(para alguno,el más grande) con un sonido totalmente actual pero un feeling muy
similar al original. A gozal-lo.

