Sheik Yerbouti
Frikazo
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Por no hacer nigromancia con otro hilo (Jazz), lo pongo aquí, que por qué no iba a estar, si es canela en rama.
The Quintet - Jazz At Massey Hall
Eso sí, fue uno de los directos más raros y peliagudos con miedo a desastre del jazz. Sólo por lo que leí tiempo atrás, ya que no amigos, yo aún no había nacido -(dato extra con erótico resultado) un añito más, y entonces sí, ya tendríamos otro gilipollas en el mundo-.
Veamos, si mi memoria no falla -aunque seguro que queda algo en el tintero-, la historia fue así:
Era 1953, los negros y el racismo que surgía hacia ellos, reinaba en los Estados Unidos de Harry Truman. En ese mismo año, Parker llegó a ese paraje llamado Toronto, sin saxofón; cuentan las malas lenguas que fue empeñado en NY para el consumo de heroína y otras drogas de este señor. Tocó con un saxofón de plástico; ni más ni menos.
Por si fuera poco, la relación de Parker con Gillespie no era la mejor en ese momento por alguna rencilla del pasado. Por otra parte, Powell, acababa de salir del manicomio.
Una puta casa de locos... Y ya, de remate, el concierto coincidió con un combate de boxeo de altos vuelos que ahora no llego a recordar; poquísima gente en el concierto e, incluso los propios artistas en los descansos se iban al bar a videarlo con cerveza en mano.
Todo esto, que parecía un desastre, fue grabado por Charles Mingus que portaba en pleno concierto un magnetofón. :53 De locos ¿eh? y además no muy bien grabado, aunque posteriormente sería arreglado por el propio Mingus.
Os parecerá que con esta historia el disco no merece la pena, pero no, se salieron los 5, todos, sin excepción; Parker sacó su talento con esa chusta de saxo de plástico haciendo de él algo decente que por su sonido camuflaba la apariencia; Bud Powell más de lo mismo, sin un ínfimo retazo de su enfermedad, pues presenta una densidad y concentración tocando digna de tamaño artista; Gillespie y Roach saliéndose con sus instrumentos, trompeta y batería respectivamente.
De espléndidos solos consta este álbum. Algo histórico para el jazz y sus directos. 8-)
Fin.
The Quintet - Jazz At Massey Hall

Este grupo, por vicisitudes del destino, nació en Canadá, debido a una asociación de aficionados al jazz, la 'New Jazz Society', que decidió eligir a lo mejorcito -bueno, esto puede ser discutido por lo subjetivo que puede llegar a ser- del jazz del momento para hacer un concierto -el conciertazo-. Los afortunados fueron: Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Bud Powell, Charles Mingus y Max Roach. Un quinteto de muerte, magnificent y huelga argüir, que los componentes son personajes claves y míticos en jazz. Todos ellos, son algunos de los main characters de la llamada 'Revolución del jazz' que desembocó en el be-bop. Grandes sin duda. Viejos conocidos que han hecho delicias mis oídos y que en este directo no iba a ser una excepción. El elepé comienza con el trío de Mingus, Powell y Roach y continúa con la entrada del quinteto al completo el cual nos empapela y nos baña de un jazz puro y denso, de un swing excelso y del magistral estilo be-bop.
Eso sí, fue uno de los directos más raros y peliagudos con miedo a desastre del jazz. Sólo por lo que leí tiempo atrás, ya que no amigos, yo aún no había nacido -(dato extra con erótico resultado) un añito más, y entonces sí, ya tendríamos otro gilipollas en el mundo-.
Veamos, si mi memoria no falla -aunque seguro que queda algo en el tintero-, la historia fue así:
Era 1953, los negros y el racismo que surgía hacia ellos, reinaba en los Estados Unidos de Harry Truman. En ese mismo año, Parker llegó a ese paraje llamado Toronto, sin saxofón; cuentan las malas lenguas que fue empeñado en NY para el consumo de heroína y otras drogas de este señor. Tocó con un saxofón de plástico; ni más ni menos.



Os parecerá que con esta historia el disco no merece la pena, pero no, se salieron los 5, todos, sin excepción; Parker sacó su talento con esa chusta de saxo de plástico haciendo de él algo decente que por su sonido camuflaba la apariencia; Bud Powell más de lo mismo, sin un ínfimo retazo de su enfermedad, pues presenta una densidad y concentración tocando digna de tamaño artista; Gillespie y Roach saliéndose con sus instrumentos, trompeta y batería respectivamente.
De espléndidos solos consta este álbum. Algo histórico para el jazz y sus directos. 8-)
Fin.