Wílliam_Warrace rebuznó:
Y si estuvieron detrás del Comunismo, si éste sirvió para que los empresarios occidentales tuvieran miedito durante la Guerra Fría y no tocasen mucho los huevos al obrero por medio a que quisieran copiar el sistema, pues bienvenido sea también sólo por eso. Fue caer la URSS y adios poco a poco a los derechos del obrero (que sí, que ya sabemos que en la URSS se vivía muy mal, pero al trabajador occidental le vino muy bien su existencia).
No mi rei no, no se trata de eso; sí, lo que dices del efecto del comunismo es cierto, lo vengo diciendo desde hace muchos años. Pero... Es la economía estimado camaraden:
"Alemania no reserva ningún tratamiento desfavorable en Alemania a las mercancías inglesas; esto debemos reconocerlo. Pero de lo que nosotros nos quejamos es de que, con sus métodos, Alemania arruina el comercio en el mundo entero ... Nuestro principal problema, hoy, estriba en saber cómo nos será posible enfrentarnos a la nueva forma de competencia alemana en todo el mundo ... Hasta donde nos ha sido posible constatar, la razón de la influencia económica de Alemania reside en el hecho de que ella paga a los países productores de Europa Central y del Sudeste de Europeo unos precios mucho más elevados que los que se practican en el mercado mundial ... Hemos examinado todos los procedimientos que nos sería posible aplicar.
El único medio consiste en organizar nuestras industrias de manera que se hallen en situación de oponerse a las industrias alemanas y decir a Hitler y los suyos: Si no os halláis dispuestos a poner un término a vuestra manera actual de proceder y a llegar a un acuerdo con nosotros según el cual os comprometáis a vender vuestras mercancías a unos precios que conlleven un beneficio razonable, os combatiremos y os venceremos con vuestros propios medios. Desde un punto de vista estrictamente financiero, nuestro país es infinitamente más fuerte que ningún otro país en el mundo; en todo caso, más fuerte que Alemania, y por tal motivo gozamos de grandes ventajas que determinarán que nosotros ganemos la batalla "
R. S. Hudson, miembro del Consejo de la Corona y Subsecretario del Comercio Exterior, discurso pronunciado en la Cámara de los Comunes el 30 de Noviembre de 1938 y publicado en "The Times", londres 1-12-1938.
Tras este discurso de Hudson, Inglaterra retira a Alemania los beneficios de la cláusula de "nación más favorecida" que, en sus tratos de comercio exterior, mantenía con Alemania desde 1927. Lo mismo hacen los Estados Unidos, con sospechosa coincidencia de fechas.
Inglaterra y los Estados Unidos, los campeones del liberalismo, tanto político como económico - los dos van indisolublemente ligados - se indignan porque Alemania, al vender sus productos más baratos, les arrebata mercados que tradicionalmente eran suyos. Esto es, sencillamente, inaudito. ¿Donde queda la famosa libertad de comercio? Hudson habla de competencia comercial desleal. ¿Porque desleal? Alemania puede vender sus productos más baratos por una razón. Una sola. Al no depender del Patrón-Oro, sus productos no se hallan gravados, en todos los escalones de su producción, con la pesada carga de los intereses financieros y bancarios.
He aquí el verdadero motivo del giro copernicano operado en la City inglesa. La Economía Natural, orgánica, puesta en práctica por la Alemania Nacionalsocialista derrota, por simples razones aritméticas, a la Economía Clásica que impera en Inglaterra. La City judía, que ya odiaba a Hitler por motivos de mesianismos raciales, encuentra ahora un motivo suplementario para odiarle y empujar a la guerra.
Pero he aquí que se produce otro hecho que llevará a su colmo la irritación de la pléyade de banqueros, negociantes, armadores, aseguradores y capitanes de industria que pululan en el Strand, la City y Whitehall. El 10 de Diciembre de 1938, el gobierno mejicano firma con el Reich un acuerdo en virtud del cual entregará a éste, en el curso de 1939, petróleo por valor de diecisiete millones de dólares. Ese petróleo procede de unos pozos que un gobierno nacionalista (Lázaro Cárdenas) de Ciudad de México ha expropiado a los judeo-yankis de la Standard Oil of Manhattan.
Esto es la gota de agua que hace rebosar el vaso. Se trata de un acuerdo de trueque. El Reich pagará en aparatos de irrigación, máquinas agrícolas, material de oficina, máquinas de escribir y aparatos fotográficos. Además, el acuerdo se concluye sobre la base de un precio del petróleo muy inferior a los cursos mundiales. Consecuencias de todo ello: Alemania obtendrá petróleo sin haber pasado por la Royal Dutch - del judeo-británico Samuel Deterding - ni por la Standard Oil - del judeo-americano Rockefeller. La transacción se hará sin que la City palpe ni un misero chelín por operaciones de crédito, de financiación, de garantía, de Warrants, de fletes o de primas de seguros.
Será un sencillísimo trueque, garantizado por el propio gobierno alemán y los transportes se efectuarán en barcos alemanes. Para los prohombres de la City esto es sencillamente consternante. Pase que Hitler utilice esos procedimientos en los Balcanes o en Turquía; pase que los aclimate en Europa Central, pero al extenderlos a la América Central condena a Londres a una decadencia cierta e inevitable. Más aún cuando se pone de manifiesto que el Ministro Funk prepara un viaje a Buenos Aires, Montevideo y Santiago de Chile. Todo esto es, para la City, el principio del fin. Como consecuencia de ello, nuevas e importantes fracciones de la plutocracia inglesa, racialmente anglosajona, se unen al campo de Churchill.
Viaje de Funk al Sudeste de Europa; toma de Cantón y de Hankeu; acuerdo germano-mexicano; anuncio del viaje de Funk a Sudamérica; debilitamiento progresivo de la posición del Rey Carol de Rumania; pérdida del mercado de China; ocupación de Albania por Italia; cada uno de esos acontecimientos provocó el abandono de una parte de las fuerzas pacifistas sobre las cuales Chamberlain había apoyado en Septiembre su política de conciliación. Cuando esas fuerzas actuarán abiertamente en beneficio de Beck, Stalin podrá respirar tranquilo. La marcha hacia el Este - la Drang nach Osten - esa marcha que, al mismo tiempo que daría tierra a los arados alemanes eliminaría al Comunismo como peligro potencial para Europa y el Mundo, deberá detenerse.
Wílliam_Warrace rebuznó:
No thanks are needed, I was glad to do it.