Entrevista a Leon Klein, autor de “Marruecos, el enemigo"
Entrevista a Leon Klein, autor de Marruecos, el enemigo | INFOKRISIS, el blog de Ernest Mil
... No podemos meternos a redentores y defensores de causas perdidas. Y los actuales regímenes en el poder allí son eso precisamente: causas perdidas, ruinas completas. Caerán y solamente la intervención occidental lograría prolongar su agonía. Francia se equivocó induciendo el golpe de Estado en Argelia en los años noventa...El destino que han elegido sus poblaciones, es el islamismo. De lo que se trata es, simplemente, de pactar con los islamistas...
...los regímenes islamistas me resultan ampliamente desagradables, su “doctrina del desierto”, unidimensional, repugna a mi conciencia europea. Ahora bien, los actuales regímenes norteafricanos son depravados, oligárquicos, mentirosos, dictatoriales hasta la crueldad y, sobre todo, irresponsables. Los conocemos demasiado bien como para seguir apoyándolos. Los islamistas moderados son una incógnita, pero creo que responden mucho mejor a la realidad de sus sociedades e, incluso, percibo en ellos mucho más honestidad que en los Mohamed VI, Hassan II, Mubarak o Gadafi.
las bolsas islamistas en Europa son imposibles de integrar. Tienen una tendencia natural a constituirse en guetos. Así pues, integración o repatriación. Tal es la disyuntiva. La integración ha fracasado en los países en los que más lejos se había llegado...no son esas políticas las que fracasan, sino la comunidad a la que van destinadas que ha demostrado ser completamente irreductibles a Europa. Así pues, sólo un imbécil –y la política europea tiene inflación de imbéciles- puede seguir pensando que un buen día profundizando en el camino ya fracasado, se logrará alcanzar el paraíso multicultural y políétnico. Abandonemos toda esperanza: solo queda la repatriación masiva de turcos, argelinos y magrebíes a sus países de origen.
Marruecos ha creado una nueva forma de hacer política internacional, basada en el chantage. Ha abierto la espita de la inmigración y los flujos han asediado nuestras fronteras en Ceuta y Melilla. Mohamed Vi sabe de la pusilanimidad de los gobiernos europeos y del español en particular. Así que, cuando desató la “crisis de las vallas”, sabía perfectamente que durante semanas el gobierno español no respondería, como así fue. Y cuando lo hizo, solamente fue capaz de ofrecer dinero a cambio del cierre de la espita. La crisis de octubre se saldó con cuarenta millones de euros en “ayudas” a Mohamed VI. Al firmar el talón, lo que el día antes había sido imposible de controlar, se resolvió al punto. Caldera decía que los asaltos a las vallas era una consecuencia del “hambre en África”. Pues, seguramente, al día siguiente de firmar el talón, el hambre desapareció de África, porque ya no volvieron a repetirse los asaltos. El problema ha sido que los malos ejemplos cunden. Ahora es Mauritania quien ha comprendido la esencia del chantaje a los sentimientos. Las pateras que salen de Mauritania en dirección a Canarias han causado ya 7.000 ahogados y desaparecidos... Dentro de poco Malí se decidirá a imitar la estrategia del chantaje a los sentimientos.
No. Hay que descartar la hipótesis del conflicto armado. El ejército marroquí es débil, mal entrenado y con escasa motivación. Es, además, el colectivo social en el que el islamismo avanza más rápidamente. A pesar de que el Ejército Español tiene sus deficiencias –y en el terreno de los conflictos internacionales, el hecho de que el 7% de nuestros soldados sean extranjeros en busca de la nacionalidad, es, sin duda, la mayor- tenemos la iniciativa absoluta en aire y mar y, a través de la Legión, también en infantería. Así pues, el conflicto armado no es viable. Ningún país inicia un conflicto armado para perderlo.
Ahora bien, creo que nuestras FFAA deben trabajar sobre una hipótesis, la de que, antes o después, terminará realizándose: que Marruecos lance el órdago sobre Ceuta y Melilla. En las actuales circunstancias cualquier ofensiva sobre Ceuta y Melilla sería contestada por el gobierno español con una retirada inmediata. No se llegaría a la guerra, porque el gobierno socialista español, ignora cualquier política de defensa digna de tal nombre. El gobierno ZP es el de la “renuncia permanente”, no lo olvidemos. Para “progres” de la calaña de ZP, Ceuta y Melilla son restos del “colonialismo” español y, por tanto, prescindibles.
El gran riesgo de este momento consiste en que Mohamed VI conoce la debilidad del gobierno español en materia internacional y la mentalidad progresista en la que se mueve. Antes o después se decidirá a rematar la cuestión de las dos Plazas de Soberanía.
Hay una explicación. España tiene todavía un as en la manga: la cuestión del Sáhara. Mientras España se mantenga en su posición tradicional, sostenida por franquistas, socialistas, centristas y populares, desde 1975 a 2004, Mohamed VI se autocontrolará. Le interesa más rematar la cuestión del Sáhara y terminar integrándolo oficialmente en la corona marroquí, que obtener el botín de Ceuta y Melilla. Para recuperar el Sáhara, Marruecos debe contar con que España varíe su posición y termine aceptando la colonización del Sáhara como hecho consumado, a cambio de una autonomía para esa región. Ahora bien, si ZP, por aquello del “diálogo de civilizaciones”, pacta asumir la posición marroquí sobre el Sáhara a cambio de frenar las reivindicaciones sobre Ceuta y Melilla, Mohamed VI respetará el pacto, solamente el tiempo en el que NNUU tarde en reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara.
hay un elemento nuevo en el Magreb, el interés de EEUU por la zona en la que alberga fundadas esperanzas de que en breve se producirá un volumen importante de petróleo. Argelia es el principal suministrador de gas natural a España a través del gaseoducto Argel-Marruecos-Sevilla, un canal demasiado sensible como para que pudiera garantizar el bombeo de gas en caso de conflicto. Hace falta establecer políticas energéticas más sólidas. La red europea de gaseoductos que traslada el gas ruso hasta los Pirineos, podría haber prolongado su zona hasta Gibraltar sin que hubiera grandes dificultades técnicas. Y esto hubiera contribuido a afianzas un poco más un eje “euro-ruso” que tiene muchos más posibilidades de futuro que un eje euro-magrebí.
Algunos estarían tentados de traducir el “majzén” como la “corte”, es decir, el entorno del monarca. Pero nos equivocaríamos. El majzén es una red de intereses y corrupción como no existe igual en ninguna monarquía europea. Imaginemos cien Prado y Colón de Carvajal, miles de Prado y Colón de Carvajal. Eso es el majzén. Por lo demás, una monarquía europea es perfectamente consciente que depende de la constitución, está sometida a la constitución y no puede hacer más allá de lo estipulado en la constitución. En Marruecos, por encima de cualquier límite está la figura del monarca y, por tanto, sus amigos también están por encima de la constitución. Eso es el majzén: el depositario del verdadero poder en Marruecos. No es un grupo de presión: es el poder en sí mismo que actúa por delegación del monarca absoluto. Sin límites, sin cortapisas, sin freno, con una ambición y una irresponsabilidad absolutas.
El poder del majzén es precisamente lo que hace crecer al islamismo moderado. El majzén –y la monarquía que lo tolera y sobre el que se apoya- es el principal factor de desigualdad social. Esta desigualdad genera dos fenómenos correlativos: la inmigración y la islamización de la sociedad marroquí.
Además, el majzén es miope. Frecuentemente ha intentado combatir a las izquierdas fomentando el islamismo radical. El resultado ha sido que las izquierdas son extremadamente débiles en Marruecos, pero el islamismo es extremadamente fuerte.