cesarmillan rebuznó:
En la vida se ha ligado siendo culto, a no ser que vaya asociado a escritor de prestigio, profesor de universidad, cientifico reconocido, etc.
Las mujeres solo se fijan en la cultura si va asociada al exito economico.
Una verdad como un templo. Además, hoy en día, en pleno siglo XXI,
tener conocimientos es tan vulgar como el mear o el cagar. Todo el mundo tiene internet, todo el mundo saca información de Google, todos tienen filmografías completas de Bergman y Kurosawa. Joder, si hasta los canis tienen su portátil y se sacan unas perras distribuyendo la discografía de Pont Aeri o Gigi D'Agostino. En la sociedad de la información, lo que menos valor tiene es la propia información. Teclea un par de palabras y obtendrás un torrente infinito de conocimiento, de películas, de discos, de ofertas de ocio... Pégale una patada a una piedra y verás un artículo de la Wikipedia. Y todo gratis y al abasto de cualquiera. Nunca el saber había estado tan devaluado. ¿Desde cuándo lo que es gratuito y ubicuo tiene valor?
Otro problema de la sociedad de la información es que las ramas del conocimiento se multiplican, se especializan, se dividen y subdividen en un entramado infinito de temáticas, a cual más
friki y
cool, de manera que hay pocas probabilidades de que el tema de interés de uno sea el mismo que el de la zorra a la que se pretende embaucar. En la edad media era más fácil que los eruditos follaran, ya que entonces sólo había, pongamos por caso, alquimia, aritmética, filosofía, astrología y sagradas escrituras. Con tan pocas ramas de conocimiento, era sumamente fácil que tu tema favorito coincidiera con el de alguna cortesana y que ella accediera a abrirse el cinturón de castidad por ti.
Así pues, jactarse de tener conocimientos no sirve para nada ni impresiona a ninguna hembra. Por no decir que, en nuestra cultura celtíbera de la envidia, cuanto más mediocre parezcas, más simpático caes y más chuminos mojas.